jueves, 1 de noviembre de 2012

Cómo se esfuman $100 millones en pescado


Página 2 de la Primera Parte del reportaje galardonado en COLPIN 2012

El ranking

 


¿Cuáles son las empresas con las diferencias más notorias? Más de la mitad de los desembarques con discrepancias del 20% pertenecen a la flota de las diez empresas más poderosas del sector que suelen descargar en sus propias plantas. Seis de estas compañías, de paso, financiaron, en un evidente conflicto de intereses, el estudio de Apoyo Consultoría que sirvió de base para elaborar el decreto 1084, que se suponía iba a ordenar el sector y a salvar de la depredación a la anchoveta (Ver: ‘Olor a pescado’).

Exalmar, propiedad de la familia Matta Curotto y que tiene entre sus directores a la conocida abogada Cecilia Blume (**), es la compañía que encabeza la lista: El 64% de sus desembarques tiene discrepancias del 20% para arriba.

La empresa afirmó a IDL-R, que eso no es así: “Si existieran realmente diferencias en las descargas de la magnitud que se indica (…) no tendríamos un volumen de 45% de descargas de terceros ya que ante diferencias de esas magnitudes, optarían por vender su pesca a otras empresas industriales”, aseguró Raúl Briceño, gerente de administración de Exalmar a IDL-R, por correo electrónico.

Pero IDL-R detectó que en las tres temporadas de pesca, sólo el 27% de los desembarques de terceros en las plantas de Exalmar tienen discrepancias a partir del 20%. ¿Por qué hay tal diferencia entre las discrepancias con la flota propia (64%) y la de terceros (27%)?

La flota de Exalmar tiene descargas que pueden superar el 50% de diferencia. El 9 de julio de 2010, la nave Don Víctor registró un desembarque de 89.68 toneladas métricas de anchoveta en el puerto de Chicama a pesar que el patrón declaró que había capturado 180. En la primera temporada de 2010, se registró que los desembarques de Don Víctor superaron el 20% de diferencia en casi 40 veces.


Adriana Giudice, gerente general de la
 pesquera Austral (Foto: IDL-Reporteros)
La misma actitud de negación hubo en otras empresas. “Diferencias del 20% nunca hemos tenido”, insistió Adriana Giudice, de Austral, quien asegura que su compañía está considerada como unas de las mejores empleadoras. “Estamos en el Great Place to Work”, apuntó. Pero IDL-R identificó que el 27% de los desembarques de Austral presentan diferencias del 20% a más.

Corporación del Mar es la tercera en la lista. Pero sus dueños son Austral y Exalmar. Ambas compañías se repartieron la flota y las plantas de Corporación del Mar en 2010, pero en el sistema de control de desembarques aparece aún como una empresa independiente.

Entre las compañías medianas en esta relación figuran Humacare, del clan Muro con una flota que descarga en las plantas de Compañía Pesquera Pacífico Centro que también es de su propiedad y que es la segunda con mayor número de desembarques con discrepancias. Cantabria ocupa el cuarto puesto. Muy cerca de este notorio ranking figuran otras dos pesqueras, Los Halcones y Rosario, de una misma familia: Falcone, que está asociada al grupo Romero en la Pesquera Centinela que también tiene desembarques con importantes diferencias.

CFG Investment aparece en la sexta posición. Este es un caso especial: se trata de una subsidiaria de China Fishery que a su vez está relacionada con Pacific Andes, uno de los conglomerados pesqueros de mayor importancia en China y Japón. Esta empresa no quiso dar su versión a IDL-R.

Hubo quienes cuestionaron el método de comparación: “Lo estimado por el patrón no tiene ninguna precisión”, aseguró a IDL-R Fernando Parodi, gerente general de la conocida Hayduk, que no sólo tuvo el 22% de sus desembarques con discrepancias del 20% a más sino que es propietaria de la nave Constante, que haciendo honor a su nombre registró en la segunda temporada de 2010, descargas que en promedio bordearon el 30% de discrepancia.

El cuestionamiento tiene poca base, como lo saben los industriales. Es cierto que se compara volumen (la declaración del patrón de la nave) con peso (de las balanzas dentro de las plantas harineras). Pero el volumen de las bodegas de las naves es cubicado obligatoriamente por técnicos de la Dirección General de Capitanías y Guardacostas del Perú (Dicapi). Y no hay patrón que después de centenares de descargas no sepa con alto grado de exactitud cuánta anchoveta, en peso, entra en sus bodegas.

Por eso es que al inicio de su intervención, la primera supervisora, SGS, hizo constar en las actas de inspección la declaración del patrón de la nave. Eso hizo que fuera luego imposible no considerarla en la supervisión.

Y sigue el ranking. Diamante, que fue fundada por el empresario Juan Ribaudo y ahora está en manos de sus hijos y ex esposa, es la octava en la lista. Le sigue Copeinca que asegura que casi toda su flota de anchoveta tiene sistema de frío lo que originaría que exista más agua en las bodegas de la nave, y que por ello pueda haber diferencias del 20%. El problema es que en varios casos las discrepancias llegan al 40%.

El nada ilustre ranking se cierra con Tasa que tiene como asesor de la alta dirección a Humberto Speziani, hoy presidente de Confiep.

Pero no sólo las grandes compañías presentan estos problemas, hay otras pequeñas como Corporación Pesquera 1313 que registran récords. Su embarcación Mary Carmen superó en todas sus descargas la diferencia del 30% en promedio. Sus pescadores ya denunciaron el hecho.

¿Cuánto cuesta esta discrepancia de toneladas que se esfuman? Su valor, ya lo hemos dicho, es de cerca de 100 millones de dólares. A los impuestos sobre esa cantidad, hay que agregarle los cerca de 600 mil dólares que el gobierno no recaudaría por derechos de pesca de las diez empresas que encabezan el ranking de discrepancias superiores al 10%.

Lo que dejaría de recibir el pescador son 3 millones 695 mil dólares si se suma lo que debe cobrar por cada tonelada pescada y el U.S. $1.95 que cada planta debe aportar por tonelada desembarcada para solucionar el problema de la jubilación del pescador (Ver cifras por empresa en gráfico interactivo).

“Hay un sistema de control irracional, corruptible e ineficiente en los puertos”, aseguró a IDL-R el ex ministro de la Producción, José Nicanor Gonzales; “el concepto de la reforma [de la ley de cuotas] fue correcto, pero falló en su implementación, al permitir que se consolide la alta concentración, de hecho la cartelización empresarial”.

“Algunas empresas tienen una actuación delincuencial”, dispara con voz bronca Javier Castro, secretario general del Sindicato de Pescadores de Chimbote y Anexos, cansado de denunciar estas diferencias ante las autoridades.

Kurt Burneo, ministro de la Producción
(Foto: Andina)
El ministro Kurt Burneo ha denunciado hace pocos días un ‘faenón’ en la pesca con funcionarios coludidos con las empresas para no sancionarlas. Pero lo que aún no parece haber hecho es revisar las cuentas millonarias de las discrepancias que revelamos luego de seis meses de investigación.

Si algo queda claro, es que la ley de cuotas no impidió la depredación de la anchoveta, que tampoco desterró la corrupción. También está claro que algunas empresas que financiaron la norma persisten en cometer irregularidades.

¿Qué hay detrás de todo? Cuando los pobladores de Chimbote aspiran ese ventarrón de pescado podrido que emana de las fábricas de harina, ya saben cómo llamarlo. Es el “olor del dinero”, dicen. Y saben de qué están hablando.


(*) IDL-Reporteros agradece a la reconocida periodista Giannina Segnini, jefa de la unidad de investigación del diario La Nación de Costa Rica, así como a Rigoberto Carvajal, ingeniero de sistemas de su equipo, por la asesoría en el procesamiento de las bases de datos de esta investigación.

(**) Corrección: El lunes 19 de septiembre se ha hecho el siguiente cambio, para mayor claridad del texto. Donde estaba escrito que Cecilia Blume era directiva de Exalmar, ahora queda escrito que es directora de esa compañía, es decir, miembro del directorio.



No hay comentarios:

Publicar un comentario