jueves, 14 de marzo de 2013

EL MODELO EMPRESARIAL PARA LA EDUCACIÓN BÁSICA


César Delgado Herencia

            Los maestros y sindicatos peruanos de centros públicos han asistido –y asisten- desde hace cuatro décadas a una campaña de demolición de la educación pública para desembocar en “ventana de oportunidades” de mercado ([1]), que hoy maneja presupuestos ejecutados públicos y privados que rebasan los 10,000 millones de dólares anuales. Campaña basada en cuentos, mitos y leyendas sobre la Escuela Pública y con algunas observaciones de baja calidad de instituciones privadas, que se extiende no sólo a sus efectos visibles sino que como bloque histórico, actúan en conjunción autoridades, políticos, educacionistas, empresarios que con la fachada de “mejorar los aprendizajes de los niños” están destruyendo la naturaleza de la educación pública tal como emergió y todavía se mantiene en algunos países de la vieja Europa. Como sostiene el periodista David Brooks de La Jornada “…buscan imponer un modelo empresarial para evaluar a profesores y escuelas, debilitar los sindicatos del magisterio y privatizar uno de los últimos sectores públicos, que ahora es visto como un ámbito con enorme potencial para los negocios. Todo en nombre, como dice su publicidad, del bienestar de los niños…” ([2])

               El magisterio que trabaja en la Escuela pública ha pasado de ser reconocido y respetado por la comunidad nacional y familiar a ser los responsables de todos los males educativos así como por extensión de los males sociales de este país; no hay problema social que no se “resuelva” incorporando al currículo escolar esas intenciones, sea porque no vamos al mundial de fútbol, o por la alta siniestralidad en las carreteras, o porque un entrevistado no sabe dónde nació San Martín, o porque los egresados de la educación básica no saben meter un clavo, etc., etc.

               La sostenida campaña mediática financiada directa e indirectamente por grupos de presión nacionales –con intereses diversificados en el mercado desde financieros hasta mineros- aceptada por el funcionariado de primer y segundo nivel (quienes fijan políticas, objetivos y estrategias nacionales/regionales) así como, instrumentando mediciones internacionales estandarizadas, busca consolidar un modelo empresarial asentado en la “evaluación” de profesores, instituciones escolares, con ello lograr debilitar sindicatos y su intento final, avanzar en privatizar esta etapa de educación básica que como vemos tiene enorme “potencial” para los negocios. El poder mediático del empresariado peruano en la educación está ganado esta discusión porque con ese enorme peso comunicacional (diarios impresos, radios, televisión, web) está logrado definir los términos del problema, sin mayor respuesta y a tiempo por parte del profesorado.

               Para esa finalidad la derecha nacional tiene situación de dominio de todo el proceso educativo de la educación básica, desde la formación inicial de docentes hasta su desempeño en aulas, pasando por materiales educativos, conocimiento e investigación por agencias externas, estudios para reformas, manejo de datos e información, ha creado aquellas condiciones de incalidad de la Escuela Pública, direccionada a posesionar en la mente de los padres de familia el mito de la educación privada.

               Resulta interesante que intelectuales orgánicos implementadores del modelo de gestión empresarial –Bernardo Toro fue un tiempo especialista del Banco Mundial- como Diane Ravitch, ex secretaria asistente de Educación de Estados Unidos en el Gobierno Republicano de G. Bush, profesora en la Universidad de Nueva York, ahora crítica del modelo empresarial, escriba: …las escuelas públicas de la nación y los profesores que trabajan en ellas han sido sujetos de un asalto sin fin (...) un esfuerzo amplio y bien financiado para sustituir las escuelas públicas con administración privada (...) y para responsabilizar a los maestros de los males de la sociedad… “ (…) “… Por primera vez en nuestra historia hay un esfuerzo concertado, encabezado por gente poderosa, para minar la mera idea de escuelas públicas y desprofesionalizar a aquellos que trabajan en este sector…”. ([3]) Subrayado mío.

                Para los peruanos esos intentos tuvieron una expresión en la década de 1990 con el experimento frustrado de Alberto Fujimori, apoyado por el Banco Mundial y otras agencias multilaterales, en los derogados Decretos Leyes 26011, 26013 de 1993 para importar el modelo educativo empresarial chileno, basado en ideas del economista Milton Friedman uno de los publicistas del modelo neo liberal del Consenso de Washington de menos Estado y más sociedad, en lo que entienden por sociedad estos economistas. Como vemos por la cita de Trathemberg sólo se cambió de estrategia dado que la finalidad sigue siendo la misma “…En ese momento –cuando el capital privado sea hegemónico en la educación básica-  todo el debate sobre la calidad de la educación pública y la carrera magisterial cambiará totalmente de contenido…”.

            Los que hoy escriben y se sorprenden con esos datos fueron beneficiados desde las empresas dedicadas a sistemas de cómputo, acopio de datos, así como preparación, ejecución de pruebas de la evaluación para la reforma docente, servicios de capacitación general y especializada, evaluaciones de soporte, diseño de materiales educativos, rehabilitación de infraestructura, equipamiento tecnológico, que implicaban esas “reformas educativas” de la década anterior. Funcionando en organismos asesores nacionales o extranjeros para el mismo fin. Miles de millones de soles de las arcas públicas se trasladan en contratos de todo tipo para promover esos “cambios” (que explican el aumento de presupuesto en el oncenio a pesar de la baja demanda pública en la década comentada, sin descuidar la reducción de la carga docente pública a un promedio de 15 estudiantes por aula).

La clave del éxito de la campaña de demolición de la educación pública con la fachada del “bienestar de los niños y niñas pobres” es el trabajo de propaganda en Internet, Televisión, Radio, Prensa, los grupos políticos –recordemos cómo fue tratado el tema educativo en los planes de gobierno de los candidatos a la presidencia 2010, los espacios para el “primer problema de desarrollo nacional”, etc.-, así como un conjunto de ONG, asociaciones civiles, iglesias dedicadas a esas reformas de la educación. Un aparte son las organizaciones empresariales, financieras, que de forma directa o indirecta han contribuido a que las oportunidades de la mina de oro de la educación pública sean las actuales.

                Esas organizaciones, como sus intelectuales orgánicos, se encargaron en un gran esfuerzo desde fuera del sector educativo -contando con sus estadías como asesores, consultores- o funcionarios desde la administración de la educación-, construir el andamiaje necesario para la ventana de oportunidades de la escuela pública. Hoy los sindicatos magisteriales, los profesores y las instituciones educativas son los chivos expiatorios en una sociedad que fracasa en la formación integral de los estudiantes públicos.

La argumentación para la presencia del modelo empresarial en la escuela pública se basa en los exámenes estandarizados PISA ([4]), o de la UMC, empleados no sólo para diagnosticar el desempeño de estudiantes, sino medir efectividad y el valor agregado de los profesores a la formación de los alumnos. De este modo “justifican” la presencia del afán de lucro. Mucho dinero no gastado eficientemente y pruebas estandarizadas en competencias instrumentales de cálculo y comprensión que tienen ocultas la decisión de afectar la enseñanza, obligándolo a que los profesores –que mayormente no estiman su propio trabajo como veíamos en la pregunta de Toro- ignoren o dejen otras áreas curriculares como arte, ciencias sociales, filosofía, cultura que son precisamente las formadoras de identidad nacional y sentimiento de pertinencia ciudadana. El eje del modelo pedagógico empresarial daña el plan de estudios oficial de los DCN, dado que priorizan esas habilidades, limitando otras opciones y reduciendo la educación escolar a una preparación para exámenes, a una academia de preparación y supuestamente para premiar al más capaz que se ha esforzado y por esto es mejor estudiante. Ejemplos de estas actividades están en los apoyos por la educación de las empresas financieras, comunicación, mineras, industriales; así como organizaciones empresariales representativas.

 

               No podríamos imaginar que los políticos que apoyan el modelo empresarial educativo le digan a sus  hijos nos gustaría llevarlos al concierto, a clases de violín, al equipo de natación, al ballet, al club de ajedrez pero sólo lo haremos si comprobamos que eso elevará sus calificaciones en los exámenes’. El profesor William Ayers ([5]), dice “…Eso es una locura, ningún padre privilegiado diría tal cosa; entonces, ¿por qué se lo decimos a un niño afro estadunidense en Brooklyn? Es un insulto y lo más lejos de la democracia. Por eso, esa reducción del currículum, eso de deshacerse de las artes, de educación física, todo eso tendrá consecuencias desastrosas a largo plazo si uno desea vivir en una sociedad humanizada y democrática…”.

Ese anarquismo individualista que se inicia con Max Stirner en el siglo XIX, que ahora domina la “nueva derecha” norteamericana y su rebote en una sociedad civil peruana anglófila, busca la reducción del papel del Estado a favor del libre mercado, asignador de la riqueza cuya filosofía de base es la creencia que es el capital privado el gran creador de la riqueza y no el trabajo humano de trabajadores en largas jornadas. Esta es la concepción que está en la base del modelo empresarial educativo y que tiene condiciones para expandirse en la educación básica, como ayer lo hizo con la educación superior, que representa más del 60& de la matrícula de los peruanos que persiguen una profesión de mediano o largo plazo.

Interesa comprender que la propuesta del modelo empresarial no lo sostiene investigaciones, estudios –así como sucedió en la década anterior con los aludidos decretos leyes-. Como es otro producto importado por los bazares académicos de la derecha, el modelo está compuesto de “resultados” de pruebas estandarizadas, centramiento en el docente de ser causa de esos resultados, anti sindicalismo puro que no permite por sus huelgas y paros las horas de exposición pedagógica. El modelo es puesto en realidad sólo por la decisión política del momento, de arriba hacia abajo, lo observamos en las leyes magisteriales recientes. El dato objetivo es la baja calidad de la educación pública, su solución en esa mentalidad es administrativa –tal como ya precisaba José Carlos Mariátegui en sus 7 Ensayos hace casi cien años-.

Según los mentores del modelo el tema no es de aprendizajes sino de enseñanza, el maestro está politizado y se dedica a otra cosa, no a desarrollar aprendizajes en sus estudiantes. Sin embargo, además de lo escrito sobre el dominio en todos los procesos de formación inicial de maestros que tiene los mentores del modelo empresarial, investigaciones actuales indican que la calidad del profesor es un factor que representa cuando más el quinto (20%) en la mejoría de los aprendizajes de los alumnos de la Básica, el 80% para un buen desarrollo académico, son los factores no escolares, la pobreza y la distribución de recursos en la escuela pública son mucho más importantes para la calidad de la educación pública. ¿Será esperanza la educación privada para superar esta situación, considerando que su plantilla docente está integrada mayoritariamente por los mismos docentes que laboran en la Escuela pública?

La aludida profesora de la Universidad de Nueva York, respecto al empuje que tiene en su país el modelo empresarial en la educación agrega que “…la historia no será bondadosa con quienes atacaron a maestros, buscaron despedirlos basados en medidas inexactas y trabajaron fervorosamente para reducir el estatus y la compensación de los profesores. (…) No admirará el esfuerzo de insertar valores empresariales al trabajo de educar niños y forjar sus mentes, sus sueños y su carácter. No disculpará a aquellos que olvidaron los propósitos cívicos y democráticos de nuestras escuelas (...) ni hablará bien de aquellos que pusieron la búsqueda de ganancias sobre las necesidades de los niños…”

                A MODO DE CIERRE

            Empezamos el artículo haciendo mención a la pregunta del experto colombiano. Hemos hecho preguntas derivadas ¿debe haber educación privada en educación básica? ¿Será esperanza la educación privada para superar la incalidad de la educación nacional? ¿La educación privada en el modelo empresarial es la educación que queremos los peruanos?

               Las dos primeras es si, tan igual como las escuelas confesionales, extranjeras, pero ellas deben tener la misión de igualar y no diferenciar. Al igual que en el transporte, la calidad del servicio está en la gestión pública y las otras empresas son particulares que complementan aquella; como los grandes almacenes de capital extranjero no pueden erradicar las bodegas ni mercados municipales.

               La escuela privada no puede ser hegemónica, con fines de lucro para inversión de riesgo porque esta se justifica por la ganancia, es su naturaleza; es como si pensáramos un gobierno del          sistema político por empresarios o sindicalistas. Y aquí ingresamos al fondo del tema, la tercera pregunta mucho más amplia que la educación privada, ¿cuál es la educación básica que queremos los peruanos para nuestros hijos? Esta respuesta no está clara ni en la Ley General de Educación ni en el plan nacional ni planes regionales de educación.

               En ese sentido, el modelo empresarial educativo de lucro al amparo de la normativa aprobada en unos de los peores momentos para la educación pública no es una esperanza por la lógica del propio sistema cíclico de expansión y contracción de las economías emergentes; la esperanza sigue en la educación pública, en la enseñanza fiscal, pero libre de esas políticas mercantilistas del capital. Todos los reformadores orgánicos del capital que envían a sus hijos a escuelas muy diferentes a las que proponen para los hijos de otras personas. La norma de un gobierno ciudadano es muy simple, es la versión moderna de la política educativa de mediado del siglo pasado de Juan Mendoza: que lo que la gente más privilegiada y más sabia desea para sus propios hijos, eso debería de ser la norma para los hijos de todos.

               Finalmente, recordemos el pensamiento de José Rivero que en el articulo La agonía de la escuela pública dice “…La escuela pública revalorada posibilitará ejercitar a la mayoría su derecho a educarse bien, particularmente los menos pudientes; formación e identidad de la ciudadanía en contextos de multiculturalidad; posibilitar a la mayoría ciudadana que sus hijos sean educados con un conjunto de conocimientos, destrezas y valores compartidos; integración y socialización, etc.

               Es un tema de democracia, mayorías, ciudadanía, multiculturalidad, valores compartidos, integración, socialización, igualdad, inclusión, etc. y no necesariamente de saberes instrumentales, cuantificables

 



                [1]) Que ha credo un desbalance entre la oferta educativa privada y el mercado, según apunta Centrum de la PUC, ver Gestión del 17DIC12    Hoy hay más demanda que oferta privada para la mesocracia con mentalidad pequeño burguesa arribista
                [2]) Ver La Jornada, México  del 16 de Diciembre 2012 en la Pág. WEB de este diario mexicano
                  [3]) Este artículo fue publicado inicialmente en The Nation (Nueva York) el 14 de junio de 2010 y reproducido en Rebelión
                  [4]) Incluso tomando referencia estos “estudios”, la educación privada nacional no mejora el penúltimo puesto del cuadro de méritos de      América Latina del país
                 [5]) veterano luchador por la educación pública democrática norteamericana

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