martes, 21 de mayo de 2013

Historia al detalle de cómo y quiénes robaron al país desde 1822 (XI)


En 1851 la Caja Fiscal solo contaba con 46,653 pesos en pagarés que todavía no se podían cobrar y se debía salarios a los empleados públicos.

La Casa comercial Gibbs, beneficiada con el fraude de la “Renegociación”, se había cobrado por adelantado sobre la venta del guano que aún no se hacía y no se sabía a qué precio por tonelada.

Este chanchullo debe ser detallado:

La Casa Antonio Gibbs tenía abundantes migas con el presidente Ramón Castilla, al punto que éste “renegoció la deuda externa peruana con Inglaterra, pero de hacerlo público, Gibbs compró los títulos de ésta a por ejemplo 1 peso y cuando se anunció la renegociación, estos títulos se revalorizaron y los vendió a 10 pesos.

¿Cómo se enteró Gibbs antes que los otros acreedores de la renegociación?

La renegociación hizo que el Perú cediera la mitad de sus ingresos millonarios por el guano a los acreedores ingleses. La tonelada de guano en 1846 se valorizó en 8 Libras Esterlinas.

Para 1847, ya estaba a 10 Libras Esterlinas la tonelada.

El negociado

Si tanto se condenó el Tratado Vivanco-Pareja con España en 1865, la “Renegociación” de Castilla fue diez veces peor para el país.

Por una deuda con Inglaterra que, según cifras oficiales de la época, haya sido 500 mil Libras, terminamos pagando más de 3 millones de Libras Esterlinas. Además de no ver ni un peso del guano que exportábamos a otros países de Europa, hasta cancelar una deuda criminalmente abultada.

Haciendo números:

En 1849, el Perú tuvo como ingreso bruto por la venta del guano 4’735 mil pesos; en 1850, 4’221 mil y en 1851, 6’170 mil, valorizando la tonelada de guano en 30 pesos.

Totalizando entonces, en 3 años: 15’026 mil pesos.De ese total, quitemos la mitad descontada por la renegociación: 7’513 mil pesos.

Descontemos las exportaciones a Europa, que es otra mitad, dejando entonces: 3’756 millones de pesos. Ése es el total neto, después de todos los sablazos de los acreedores, permitido por Castilla.

¿Si la Caja Fiscal, según cifras oficiales, tenía sólo 46, 653 pesos, dónde está la recaudación limpia del Estado, sin contar ese 1851, de 2’194 mil pesos?...

Robo y esclavitud

Pero, estimado lector (a), si asume que éste fue el único oprobio, falta aún más…

El guano se hallaba depositado en varias islas: De Lobos (Piura); Lobos de Tierra (Lambayeque); Lobos de Afuera, Macabí y Guañape (La Libertad); Santa y Del Terror (Áncash); Don Martín y Ancón (Carabayllo) e Isla Grande (Callao).

Pero los depósitos naturales más importantes se hallaban en las tres Islas de Chincha (Paracas, Ica): La Norte, Centro y Sur, cuyas capas de guano llegaban a 50 metros…Un enorme queso despedazado en tajadas.

Los acreedores se cobraban la deuda que teníamos con ellos, con nuestro guano (a eso se le llama consignación y a los acreedores, consignatarios) y el presidente Castilla, no contento con autorizar un pago sobrevalorado, les dio mano de obra…gratis: presos y esclavos negros.

Sí, el supuesto liberador de afroperuanos, les dio esclavos a los ingleses para facilitarles la vida a nuestros agiotistas.

Repartija

Pero el vergel del guano, no podía ser para uno nomás. El gobierno firmó un contrato con el hacendado iqueño y ex encargado de la presidencia, Domingo Elías, para que monopolice el servicio de acarreo del guano de la isla hacia los barcos de vela mercantes y que se cobrara con 1/3 por tonelada de los ingresos del fertilizante cobrado por el Perú.

Encima de lo poco que ingresaba de tal riqueza para el país, Castilla lo repartía entre sus amigos.

Elías usó a labriegos chinos que esclavizaba en sus haciendas, denigrados con el nombre de culíes, para la dura labor de acarreo del guano, quien sabe si les pagaba.

Sacando el jugo

Pues bien, ahora pasemos al cómo, descaradamente, el gobierno de Castilla y su entorno sustrajeron tanto jugo como pudieron a la naranja guanera.

Primero, al año de asumir el poder Ramón Castilla, suelto de huesos, aprovechó que el Congreso ya finalizaba la legislatura para presentar un presupuesto público, el primero de la historia republicana…como el Legislativo había concluido no lo vio, así que el gobierno lo promulgó él mismo…pero en dicho presupuesto figuraba sólo los gastos, pero no los ingresos… No se sabía cuánto había recaudado el Estado en esos años, con exactitud, por tanto, no se podía saber cuánto dinero se gastó bien ni cuánto se malversó o desapareció…A eso se le llama ROBO.

Lluvia de pesos

De 1,9 millones de pesos de ingresos en 1846, éstos se dispararon a 5,3 millones en 1849 y ahí empezaron a crecer los problemas… Dos años después, se denunció que esos 5,3 millones fueron en realidad 4,3 millones de pesos, vale decir, que 1 millón de pesos se hicieron humo.

Las evasivas fueron de lo más risibles: error al computar ciertos ingresos o no se examinó bien algunos egresos…Para calmar las aguas, se encontró que había ingresado al Fisco 823, 247 pesos, pero provenientes de adelantos de impuestos cobrados a importadores a quienes al final el Estado debía pagarles con intereses.

El sostén del Estado, hay que aclarar, eran el guano y el tributo indígena. La contribución personal de éste último era de 1 millón de pesos anuales.

Castilla, el “liberador”, abolió el tributo al jornalero y a los clérigos pero no al indio…a pesar de la bonanza económica

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