lunes, 17 de febrero de 2014

POCA LLUVIA, POCO ALIMENTO


 
 
DRA. NINELL DEDIOS MIMBELA

Doctora en Agronomía

Los agricultores, pequeños y medianos incluidos los ganaderos se encuentran sumamente preocupados pues la falta de precipitaciones o lluvia amenaza la campaña agrícola y ganadera en la Región de Piura. Tras analizar la situación actual el sector se encuentra en seria amenaza y las pérdidas económicas pueden ser cuantiosas. Si recorremos los campos en la costa nos detenemos a observar que la mayoría se encuentran “en descanso”, pues la falta de agua en los principales reservorios permite que la mayoría de agricultores haya decidido no sembrar.

Sin embargo, esta circunstancia se traduce en un incremento de los costes de cultivo y, en concreto, si las condiciones deficitarias de lluvia continúa, en esta campaña no se cubrirán gran parte de las demandas hídricas de los cultivos con agua de riego, con lo que el consumo energético será mayor, con una factura importante en pérdidas traducidas en millones de soles.


Por sectores, hay algunos especialmente afectados, como el arroz, los cereales, la ganadería o los cítricos. En el caso del primero, con el inicio de la campaña el cultivo puede verse afectado su rendimiento o ser presa de los problemas fito sanitarios. En el caso el algodón se espera que sea un buen año aunque la superficie sembrada es mínima.

En el caso de los frutales se podría presentar problemas como un  retraso en la maduración del fruto, por lo que los rendimientos serán menores a los de años anteriores. La merma en la producción tiene una importante repercusión económica en los principales valles incluso por la la reducción de jornales. De cara a la campaña agrícola más importante de este año, es de vital importancia que haya precipitaciones a lo largo de los próximos dos meses. De no ser así, el resultado pueden ser unas pérdidas de producción catastróficas.

En este sentido, han apuntado que los productores esperan que la situación cambie, al menos en la sierra donde la producción de pastos es extrema y donde las ligeras y esporádicas precipitaciones favorecen a la regeneración natural de especies herbáceas y arbustivas en el caso de cultivos como el maíz el panorama se deja de ser optimista. Todo cambiaría si antes de final de mes se produjesen las ansiadas lluvias, en cantidad suficiente para permitir un buen enraizamiento de la planta. Pero de no ser así peligra gravemente la producción de cereales  y granos con consecuencias indirectas sobre los sectores ganaderos, por la repercusión que puede tener en el precio de las materias primas destinadas a alimentación animal. Todo lo expuesto se suma a una reflexión del cual debemos nos queda un gran camino por recorrer al considerar las medidas de prevención no solo sobre la seguridad alimentaria sino también sobre la sostenibilidad ambiental.

Dra. Ninell Dedios Mimbela

CIDMA-Perú
Centro para la Investigacion Desarrollo y Defensa del Ambiente

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