lunes, 2 de noviembre de 2015

Hablemos del sucio dinero


Por: Rosa María Palacios (Periodista)

¿Saben cuánto declaró el PPC en la campaña del 2011 como gastos totales a la ONPE? La increíble suma de 452,475 soles. Eso fue todo lo que dice ese partido que gastó.  ¿Y sus aliados de la Alianza por el Gran Cambio, Restauración Nacional? –sí, la del Pastor Lay–, 466,503 soles; Alianza para el Progreso (el partido de César Acuña), un poco más de 4 millones de soles. ¿Gran total final de la campaña de PPK? Alrededor de 5.5 millones de soles. No es broma. ¿Con menos de 2 millones de dólares quedó tercero? Eso, me disculparán, no se lo cree nadie.

La información está en la página web de la ONPE y responde a las resoluciones de verificación de la Gerencia de Supervisión de Fondos Partidarios, en donde unos heroicos funcionarios hace años dan cuenta de todos estos estropicios sin poder hacer más que dejar constancia de estas historias de disparate financiero. Estas son las resoluciones del 2011. Pueden mirarlas con paciencia si es que de verdad les interesa el problema, como le interesa al fiscal Germán Juárez que investiga –en exclusiva– al partido de gobierno.

Y a propósito, ¿Gana Perú? Declara una recaudación de fondos por más de 22 millones de soles, pero solo en publicidad detectada por la ONPE se gastaron 21 millones. ¿Y el resto, cómo se cubrió? Después de varias rectificaciones resultó que habían gastado 25 millones y que están… ¡en deuda! Hasta hoy.

¿Fuerza 2011? Modestos, declararon haber recaudado 17 millones de soles pero sólo en publicidad detectada por la ONPE ¡habían gastado 18 millones! Les faltaba plata a los pobres. ¿Y Perú Posible? Declaró 7 millones de soles pero sólo en publicidad se les detectó 13 millones de soles. Y eso que ellos no pasaron a segunda vuelta.

Todos los partidos que participaron el 2011 fueron castigados con la máxima sanción. ¿Cuál es? Perder el financiamiento público. Ese que existe solo en el papel.  Es decir,  no existe sanción efectiva. Dos partidos, Perú Posible y Alianza por el Progreso (su aportante fue la Universidad César Vallejo por montos no permitidos) fueron multados, pero nunca pagaron porque los partidos no tienen patrimonio y no hay nada que embargar. ¿En conclusión? No hay delito, no hay sanción administrativa efectiva. No pasa nada, porque pueden volver a postular sin pagar nada.

Durante el 2014 viajé a varias ciudades del país invitada por la ONPE a explicar la gravedad del problema. Porque si la historia de los aportes y gastos de partidos es grave, la de los movimientos es dramática. Estos, los movimientos políticos locales y regionales, ni siquiera tienen obligación de presentar información. ¡Es un gesto voluntario!

Los aportes anónimos –sucios o no, nadie lo podrá saber– se tapan con varios trucos. El de la rifa (Fuerza 2011) el del aportante–militante (Apra), el de los “eventos” auspiciados por militantes (todos los partidos), el del aportante “ni enterado” (ciudadanos cuyo nombre y DNI se usan para rellenar la falsa contabilidad), el del aportante que –¡oopps!– dio más del límite de ley. ¡Y eso es lo que se tapa porque la publicidad contratada es formal! Lo que no se tapa y va por fuera puede llegar a ser el doble: encuestadoras, asesores internacionales, mítines, transporte en aviones privados, etc.

¿Es delito algo de esto? Nada. ¿Es delito tirarse el vuelto de la campaña? No. ¿Sé lo llevan en balde en Lima y provincias, como negocio cuasi familiar? Sí ¿Se puede cambiar? He ahí la cuestión. Los que decidieron trapear el piso con la esposa del Presidente no cayeron en cuenta que aquí nadie será sancionado por el pasado pero todos tendrán que afrontar el futuro. ¿Creían que podían poner el foco sobre el gobierno y no sobre la oposición?

Si vamos a hablar de plata vamos a hacerlo directamente. Congresistas hipócritas ¿van a aprobar la reforma del financiamiento de partidos o van a seguir distrayéndonos?


Sanciones penales y pérdida de inscripción. Cuando aprueben eso me hablan de honestidad, fariseos.

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