jueves, 31 de marzo de 2016

Empresas y gobierno nos roban


Escribe: Claudia Cisneros

En estos días los “gurús” económicos andan disputándose las explicaciones de la desaceleración.

Que los precios de las materias primas siguen bajando y que falta inversión privada son verdades innegables. Pero lo que todos estos falsos profetas de la “economía pulcra e inclusiva” no dicen es que, mientras hubo una economía auspiciosa debido a los altos precios de las materias primas, ninguno se dignó a iniciar la diversificación productiva y el proceso de industrialización que todos esperamos. ¿Por qué? Simple, porque implica gran inversión y menos ganancia en el corto plazo. Y el gobierno con sus socios, los grandes poderes económicos, piensan solo en el corto plazo, en la ganancia rápida y mezquina, piensan solo en ellos.

Que la economía se maneja de manera responsable para favorecer a la nación toda. Que la economía no se mezcla con la política (Segura dixit). Son todas mentiras del mismo manual  pseudoliberal. Que el libre mercado es de natural autorregulación o la supuesta no intervención del Estado es otra ofensiva falacia del discurso neoliberal. Nada más interventor que un Estado sumiso y cómplice del lobby amañado de los poderes fácticos, que interviene en la economía y en todo aspecto social para que el mercado sea en apariencia libre, pero que solo busca que se “liberalice” para unos pocos, mientras se recortan libertades y derechos de muchos. Así promueven desde el Estado la iniquidad, injusticia social y económica.

Pero el silencio más estruendoso entre estos economistas, sus fervientes acólitos y toda la derecha pseudoliberal peruana, es el de cómo el Estado es robado por el Estado y en complicidad con el gran empresariado. Y, aún así, ahora ese empresariado desprecia a Humala.

Aun cuando este gobierno ha sido descarado en favorecer la inversión privada a costa de nuestra economía nacional y del descuido de nuestros recursos naturales, humanos y derechos ciudadanos. Y esto no es estar en contra de la inversión privada, al contrario, ¡bienvenida!, pero no para enriquecer a los ricos mientras se empobrece a los pobres.

Humala y sus gurús lobistas del gran empresariado rebajaron el impuesto a la renta de las empresas para que tengan un margen de mayor inversión. Pero no, lo que hicieron fue guardarse la plata para ellos. Según Sunat, se recaudó 13% menos por ese concepto (http://bit.ly/1OKy9v9).

De lo más descarado, y de lo que calla en 7 idiomas la ultraderecha, es que este gobierno benefició a la gran empresa a costa de paquetazos que le han robado al país millones en recaudación por multas, así como por no cobrar tributos que el empresariado elude usando complejos y amañados esquemas tributarios.

Dos ejemplos vergonzosos, entre otros: la Norma XVI con la que Sunat perseguiría la elusión de millones en impuestos de las grandes empresas y que, pese a ser una recomendación de la OECD, fue suspendida luego de presión de la Confiep y la Cámara de Comercio de Lima (http://bit.ly/1J9j4ng).

Están también los 30 millones de soles en multas que el gobierno dejó de cobrar a casi medio centenar de empresas extractivas, gracias al paquetazo antiambiental; la Ley 30230, que promovió el MEF y secundaron el MINAM de Pulgar Vidal (qué vergüenza) y la propia entidad fiscalizadora, OEFA, a través de su presidente, Hugo Gómez (http://bit.ly/1OXubiU). Lo que recauda en multas OEFA es sustento para su funcionamiento y para la fiscalización ambiental. Pero al gobierno, a Pulgar y a Gómez no les importó debilitarla, promoviendo el mensaje desde el gobierno que para los empresarios abusivos e infractores todo y para la gente y su calidad de vida nada.

Yanacocha, Doe Run, Volcan, Buenaventura, Ares (Grupo Hochschild) y más de 40 grandes empresas se beneficiaron de no pagar multas que el Estado les perdonó pese a que en algunos casos fueron afectaciones graves o muy graves. Tras un año de vigencia de esta escandalosa ley, que en su momento denunciamos y a la que nos opusimos, ¿acaso estas empresas invirtieron en el Perú amén del vergonzoso regalo que el gobierno les hizo? No, no solo no ayudaron a subir algún punto porcentual del PBI como habrían prometido, sino que OEFA solo recaudó 21% del universo de multas sancionadas.


Y así es como el gobierno y las empresas nos roban en la cara. Y así es como la clase empresarial peruana sigue siendo abusiva y con complejo de hacendado privilegiado. Y así es como nos encabritan contra su pseudomodelo, eficaz solo para sus bolsillos y fatal para nuestro país.

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