miércoles, 13 de julio de 2016

Desde la Fiscalía de Sullana salen notificaciones falsas para archivar casos


Una queja de la Procuraduría Anticorrupción muestra que el propio personal del Ministerio Públicó notificó una cédula adulterada que se imprimió con el usuario de un fiscal. A pesar de eso, la investigación de de la Fiscalía de Control Interno de esta institución duerme “el sueño de los justos”


13 de Julio del 2016 - 09:28 » Textos: William Adrianzén » Fotos: Correo

La adulteración de documentos para simular el archivo de un caso de presunta corrupción de funcionarios de la Caja Sullana, pondría al descubierto que algunos fiscales que se supone deberían investigar para que se sancione a los que delinquen, serían parte de estos actos deshonestos.

En la última sesión de la Comisión Regional Anticorrupción de este año, fue evidente que el presidente de la Junta de Fiscales Superiores de Sullana, Javier Aguilar Cosme, quiso esquivar una queja expuesta por el representante de la Procuraduría Pública Anticorrupción, Víctor Zapata.

Lo serio de esta acusación llevó a que nos preguntemos ¿qué podría ser tan grave para que una autoridad del Ministerio Público quiera que se trate en otro momento?

LENTITUD. Correo decidió investigar y descubrió que se trataba de un caso que lleva dos años y medio en la Fiscalía Superior de Control Interno de Sullana, sin que se haya realizado una sola diligencia al respecto.

Es así que tuvimos acceso a documentos que muestran que el 4 de febrero de 2014, a la Procuraduría Pública Anticorrupción de Sullana, llegó una notificación supuestamente emitida por el entonces fiscal Waldo Benites, en la que se disponía el archivo del mencionado caso, la cual se habría emitido el 19 de diciembre de 2013. Esto resultó contradictorio para Zapata, quien tuvo acceso a la carpeta fiscal 648 - 2012, pero no observó el documento que acaba de recibir; más aún cuando se supone que al día siguiente iba a sostener una reunión con Benites, para conocer el estado del caso.

FALSIFICACIÓN. Esta notificación no se ajustaba a las que emite la Fiscalía. A simple vista se apreciaba que no tenía código de barras ni se señala el personal que la emite. Solo se registraba la supuesta firma del magistrado, pero el sello -que no era el original- solo se colocó junto a la rúbrica en la última página y no en todas como solía hacerlo Benites. Era una burda imitación.

Según la queja por inconducta funcional contra la Primera Fiscalía Provincial Corporativa de Sullana, se pidió que se investigue esta irregularidad. Zapata, extrañado por esta notificación, decidió verificarla en el archivo de la carpeta fiscal del caso en mención, lo cual no pudo ser posible, pues el personal de esta oficina le dijo que el expediente estaba en la oficina Manuel Anicama, quien ahora estaba a cargo de la investigación, pero no se encontraba en ese momento. Nadie sabía qué pasó.

QUEJA. Anicama confirmó que no conocía de dicha orden de archivo. Tres días después, la Procuraduría emitió la queja 12- 2014 ante el Órgano de Control Interno de la Fiscalía de Sullana, no solo contra el personal administrativo, sino también contra los fiscales.

Las primeras investigaciones determinaron que la impresión de la notificación falsa fue realizada con el usuario del magistrado, Edwin Ramos, adjunto del fiscal titular del caso de corrupción contra funcionarios de la Caja Sullana, quien tenía acceso a dicho expediente. Además, se concluyó que el personal administrativo no había participado de esta falsificación.

Esta situación no hace más que demostrar lo manifestado por el Aguilar Cosme en la asamblea de la Comisión Regional Anticorrupción, donde admitió que habían problemas internos en la institución que él dirige, pero no habían sido abordados de manera oportuna.

SIN RESULTADOS. Esta investigación sigue durmiendo el sueño el sueño de los justos, a pesar que se comprobó que esta notificación fue enviada a todas las partes de este proceso e incluida de manera irregular a la carpeta en mención, recién un mes después de la supuesta fecha de emisión. Asimismo, para legitimar este acto irregular, la disposición de archivo fue subida al sistema de casos penales de la Fiscalía.

A pesar de estos indicios, Edwin Ramos es ahora fiscal titular de la Primera Fiscalía Provincial Penal Corporativa de Casma.


En tanto, en la queja presentada por la Procuraduría Anticorrupción se solicitan diversas pericias como un prueba que determine la veracidad de la firma del fiscal Waldo Benites y se determine qué personal fue el que realizó la notificación y quién la ordenó.

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