miércoles, 15 de febrero de 2017

El pulpo de la corrupción

Eduardo Mendoza Seminario
Lalomes6@hotmail.com                                                                 

La democracia se sustenta en partidos políticos y estos participan periódicamente en elecciones para renovar autoridades nacionales, regionales y municipales, necesitando para ello financiamiento de sus correspondientes campañas electorales. Aquí puede comenzar el pulpo de la corrupción. Pues, los aportes de las militancias partidarias, actividades pro recaudación de fondos y aportes institucionales de diversa índole, quedan cortos. Entonces aparecen empresarios que buscan la suya, y ofrecen ayudar a costa de recuperarla después, cuando estén en el gobierno. Además, estos últimos no se ofrecen a un solo candidato sino a varios que tienen posibilidades de victoria.

¿Cómo recuperar dicha “ayuda”? Fácil, a través del presupuesto público, adquisición de bienes y servicios y obras de infraestructura, fundamentalmente. En otras palabras, la inversión pública. Los lobbies a la orden del día y en todo nivel. Todo esto supone lógicamente una organización sistemática, comprometiendo seriamente a quienes tienen que investigar y sancionar.

No nos llame la atención los hechos escandalosos sobre diversos delitos, cometidos por mafias, por escoger un término, involucrando a fiscales, jueces, policías, militares, autoridades de todo nivel de la administración pública y empresarial, periodistas incluidos, nadie se escapa. Estamos hablando de hoy, ayer y ¿siempre? Recuerden un poco de historia y se darán cuenta que lo que hoy se “descubre” viene desde atrás. Con la revisión del pasado podemos sacar una conclusión, la clase política es la cabeza del pulpo. No hay ni vuelta que darle.

Con presidentes regionales seriamente comprometidos intentaron echarle la culpa a la descentralización, a quienes respondí en aquella oportunidad, comentándoles que no confundamos el proceso de la descentralización con la corrupción descentralizada. La corrupción es precisamente el gran defecto de la centralización. Para corromper se necesita experiencia y los inocentes son presa fácil para el corruptor. La prensa se comió la lengua, no averiguó de donde eran los funcionarios del entorno de las autoridades regionales, si eran de fuera o del lugar. Todavía están a tiempo de hacerlo.
Lo peor de la corrupción es, que los encargados de combatirla, de castigarla ejemplarmente no lo hacen, más bien son parte de la mafia, podríamos decir son parte del engranaje. Pero, a ellos la prensa no los apabulla como sí lo hacen con las autoridades elegidas. Parecería ser que llevan soterrada otras insanas intenciones.

“La centralita” del gobierno regional de Ancash podríamos tomarlo como ejemplo para analizar lo hasta aquí esbozado, de allí se han desprendido otras pruebas de la corrupción, involucrando la clase política, sacándose los “trapitos al sol”, me refiero a los mequetrefes apodados de congresistas, alcaldes, regidores, presidentes regionales, funcionarios, etc., etc. En ese sentido no podrían estar libres de polvo y paja. Muestra de ello tenemos congresistas cuestionados, sancionados y otros en cárcel.

El lavado de activos, trata de personas, extorsión, sicariato, lobbies, tráfico ilícito de terrenos e inmuebles, signos exteriores de riqueza, desbalance patrimonial, evasión tributaria, espionaje, son modalidades de la corrupción. 

En el colmo de la desgracia las cárceles se han convertido en centro de operación y creatividad del delito. Y el Congreso de la República, mal llamado primer poder del Estado, muy bien gracias, no es conmigo, echándole la culpa no al Ejecutivo sino a la pareja presidencial. Son una vergüenza nacional. Que tal descalabro por Dios santo. Pienso que la base de todo es el tráfico ilícito de la droga. Recordemos a sendero luminoso, antes y después de sembrar el terror, se agenciaron de dinero para financiar lo que nos vino después. El narco terrorismo, centralizado en el VRAEM. Cavilemos en el transcurrir de la corrupción, hoy comprometiendo seriamente la seguridad ciudadana.

Estamos hablando del sistema de la corrupción donde el pulpo puede ser su afiche de la propaganda.  Podemos alegar diciendo todos sabemos diagnosticar, pero ¿quién acierta en el medicamente para combatir este cáncer?

De este pleito un sabio escarmiento, no más reelecciones, renovación total y de raíz de la clase política. Revoluciones partidarias, ya no más los enquistados en las dirigencias partidarias, que se confunden con los falsos liderazgos, de los que paran vociferando y acusándose mutuamente.Ya no más de estos tipejos de la política. Reclamamos política ciencia. Para refrescarnos transcribo lo dicho por nuestro actual Papa Francisco “el 24-11-2013; “Evangeliugandium” Exhortación…la política, tan denigrada, es una altísima vocación, es una de las formas más preciosas de la vida, porque busca el bien común. “¡Pidió a Dios que crezca el número de políticos capaces de entrar en auténtico diálogo que se oriente eficazmente a sanar las raíces profundas y no la apariencia de los males de nuestro mundo!”.

Reitero, la democracia la prostituyen los “lideres” y sus adláteres, reflejado en las conocidas cúpulas partidarias que no practican lo que pregonan, elecciones internas democráticas. La democracia nos queda grande. Como comentaba hace tiempo atrás, quince años de democracia y la corrupción se ha sofisticado, la inteligencia se ha puesto al servicio del delito. Se es candidato dependiendo de cuánto tienes y cuanto das. Es posible descubrir la corrupción pero es invencible a la hora de castigarla. La lucha es titánica. Hay que actuar con más maña que fuerza. La participación ciudadana es fundamental, decisiva.


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