miércoles, 15 de febrero de 2017

Quién más tiene, más quiere tener

Por: Eduardo Mendoza Seminario
     
Lalomes6@hotmail.com                                                

El hombre nunca se siente satisfecho, siempre aspira a más, pero no a costa del pecado. Peor si es en grupo. Para el común de la gente, el caso Odebrecht podría tomar los alcances de esta expresión que he escogido para este comentario. Cualquier empresa comienza con sus primeros “pininos” y conforme avanza el tiempo, sus utilidades y experiencia van adquiriendo otros objetivos y metas, encaminados al poder. En otras palabras, conocimiento, riqueza y dominación.

Legalmente comienza con una empresa y después se consorcia con otras del mismo o diferente giro empresarial, ampliando patrimonio, prestigio y ¡poder! Extiende sus tentáculos a la clase política, ¡que no es novedad! Trayendo como consecuencia la confabulación del poder político y poder económico (sin perder de vista el autoproclamado “cuarto poder”), nadie se escapa. Perjudicando la generalidad del empresariado y gobiernos, llevándose de encuentro al Estado. Curioso que no se le critica a Odebrecht ineficiencia en sus  obras realizadas. Inclusive la organización sistemática y legal la está enfrentando a toda prueba, sujetándose a la formalidad legal.

En el Perú la prensa nos tiene mal acostumbrados al escándalo, sin medir las consecuencias, y lo peor, que los críticos siempre se creen puros, libres de polvo y paja. Sin embargo, tampoco se salvan, como es el caso del IPyS (Instituto de Prensa y Sociedad), que ya comenzaron a “zafar cuerpo” ciertos colectivos periodísticos Felizmente hay otros columnistas o comentaristas periodísticos, que no piensan lo mismo. A otro perro con ese hueso.

Preocupa lo que está haciendo nuestro Presidente Pablo Kuczynsqui con el Gasoducto del Sur Andino y Aeropuerto de Chinchero en el Cusco y lo que ya se está pensando con la privatización de Petroperú. La Comisión de Integridad le reclama que no está cumpliendo con las recomendaciones alcanzadas a su despacho. Definitivamente nuestra economía se verá afectada en su crecimiento. Habrá contracción en la inversión y empleo. En qué soluciones estarán pensando.

Nuevamente la democracia en la picota. ¿Qué hemos hecho los peruanos en 15 años de democracia? y nos vamos por los veinte. Qué raro que en democracia, lejos de combatir la corrupción ésta se haya generalizado, sofisticado y multiplicado. La inteligencia puesta al servicio del delito y las cárceles en escuelas del delito.


¿Qué podemos pensar sobre ideologías y partidos políticos que son el engranaje del bienestar de la humanidad? ¿El fin último es don dinero y no el ser humano? Lo peor es que no sabemos cuándo ni cómo va a terminar. Todos tienen vela en este entierro, nadie se salva, aunque se rasguen las vestiduras. Ni la prensa, como ya lo sabemos.

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