lunes, 16 de abril de 2018

HOMENAJE A GENARO LEDESMA IZQUIETA: Del Frontón al Congreso de la República



Escribe: Jorge Manco Zaconetti

La última vez que conversé con Genaro Ledesma Izquieta fue el 2 de marzo del presente año, en el entierro de su hermana mayor María Ledesma Vda. de Dionisio Manco Campos, que fue llevado a cabo en el cementerio del distrito cañetano de Mala. Profundamente conmovido por la muerte de la única familiar directa que le restaba de la provincia cajabambina, el domingo primero de abril falleció el último de los líderes históricos de la izquierda peruana, que nunca claudicó en la defensa de los intereses nacionales y populares.

En el entorno familiar, el mes de marzo fue de agonía para “el tío Genaro”, pues cayó en una profunda depresión que agravó su ya decaída salud afectada por la presión alta, diabetes, problemas bronquiales, infartos y las consecuencias de los años de prisión; todo ello lo llevó a la tumba a los 86 años en una vida que resume la historia del siglo XX de nuestro país.

En lo personal desde que tengo uso de razón siempre identifiqué a Ledesma como parte de una familia ampliada, que unía lugares tan diversos como Cajabamba, Trujillo, Mala, y Cerro de Pasco, lugar este último donde bebiendo de la sabiduría de las comunidades campesinas, fue profesor primario, alcalde, abogado y defensor de los intereses de los campesinos y mineros ante la prepotencia de la Cerro de Pasco Corporation, y el centralismo limeño.

RECUPERACIÓN DE TIERRAS

Esta transnacional no solamente detentaba el complejo minero metalúrgico de La Oroya, con unidades mineras sino también accedía a una cuestionada propiedad agraria, con haciendas que tenían como partida de nacimiento la expropiación de las tierras a las comunidades campesinas, en un proceso histórico que el historiador sanmarquino Wilfredo Kapsoli ha investigado en su obra clásica “Movimientos Campesinos en el Perú”

La empresa Cerro de Pasco Corporation era la expresión del poder económico y político en la sierra central hasta antes de la experiencia del gobierno militar de Juan Velasco Alvarado, con intereses mineros, agrarios e industriales. El mismo proceso militar también reprimió los intereses de obreros y campesinos que no se sumaran a la experiencia del modelo peruano que tenía como lema: “ni capitalismo ni socialismo”

Con la confianza familiar y política en las ocasiones que coincidíamos siempre le reclamaba sobre la necesidad de escribir sus memorias pues como testigo, actor protagónico en la recuperación de tierras en los años sesenta del siglo pasado, su experiencia política de más de 60 años, su liderazgo en el Frente Obrero, Campesino y Estudiantil del Perú, el FOCEP, demandaba tener una obra, una especie de historia política desde adentro, que relatara las grandezas y miserias de la izquierda peruana, de cómo se frustró el proyecto político más importante a través de la llamada Izquierda Unida a fines de los años ochenta del siglo pasado.



UNA VIDA HEROICA

Como los legítimos hijos del pueblo, su vida fue heroica, de lucha permanente, pues hasta el final de sus días no dejó de hacer política. Su trayectoria estuvo preñada de persecuciones que lo hacían caserito de las cárceles como la isla del Frontón, el temido Sepa en el corazón de la selva peruana, donde hasta los más fuertes se quebraban, las varias deportaciones que sufrió salvándose por un pelo de ser tirado al mar por las huestes genocidas del gobierno militar argentino en contubernio con su par del Perú, el gobierno militar de Morales Bermúdez.

Muertos Alfonso Barrantes, Carlos Malpica, Javier Diez Canseco, yo le decía: Genarito, tú eres el único que puede contar la verdadera historia política, “desde adentro” sin mediaciones ni intereses mezquinos de cómo la izquierda de ser una expresión de los intereses populares, fue diluyéndose en el tiempo en una atomización política que la alejó de ser alternativa de gobierno.

Fue tan rica y fructífera la vida de Genaro Ledesma que podrían escribirse varios tomos de su experiencia preñadas de anécdotas, vivencias, todo ello al margen de sus varios libros publicados en poesía, cuentos y novelas. Pero presumo que le era doloroso escribir sus memorias pues con su sabiduría popular, humor provinciano que a veces se confundía con ingenuidad, sabía que hay cuestiones que no se pueden escribir, pues ayudan a dividir y no a sumar como él quería.

DEL FRONTÓN AL CONGRESO

Es tal vez el único caso en la historia parlamentaria mundial donde un preso político sea elegido parlamentario por votación popular en Cerro de Pasco, en una decisión de los dirigentes campesinos y sindicales que inscribieron su candidatura, siendo elegido diputado en la campaña de 1963. Así, pasó de inquilino del temido centro penitenciario El Frontón a congresista de la república, sin perder la humildad de ser hijo del pueblo.

Ahora que no está físicamente con nosotros, trasmito la experiencia contada por él mismo como abogado de las comunidades campesinas de Yanahuanca, Rancas y otras de Cerro de Pasco, a inicios de los años sesenta del siglo pasado, donde la problemática de la reforma agraria, y la recuperación de las tierras estaba en la agenda política de los programas reformistas y revolucionarios.

Así, la presencia dominante de la Cerro de Pasco Corp. cercando las tierras y pastizales condenaba a las comunidades campesinas a las tierras marginales, a las peores tierras, y por tanto a la pobreza. A pesar que los viejos dirigentes comunales afirmaban que la “gran empresa” ocupaba indebidamente sus tierras.

Genaro Ledesma como abogado preguntaba a los dirigentes si existían documentos, pruebas, títulos de propiedad que respaldasen tales aseveraciones. Así, una noche oscura fue visitado, e invitado por los dirigentes campesinos a caminar con los ojos vendados por la gélida puna por varias horas.

Así, casi amaneciendo llegaron a unas casas de piedra en plena puna, donde despojado de las vendas, pusieron a su alcance una serie de documentos coloniales del siglo XVII, XVIII, manuscritos en cuero de cabra, que daban fe sobre la propiedad de las tierras a favor de las comunidades campesinas, que en un proceso de despojo y expropiación en el Perú republicano de parte de las haciendas fueron condenando a la pobreza a cientos de familias campesinas.

Con un trabajo de lectura y estudio de tales manuscritos, identificando los hitos, límites geográficos, puntos de referencia pudieron los campesinos organizados de Cerro Pasco demandar la recuperación de sus tierras de las cuales fueron despojados. En ese contexto Genaro Ledesma, tradujo por así decirlo del castellano antiguo documentos de propiedad, dándole forma jurídica en las demandas legales sobre la recuperación de sus tierras.

Así, los campesinos no solamente tenían la fuerza de la organización, la razón histórica sobre el por qué luchar. Ahora tenían el fundamento legal y jurídico que respaldaba sus demandas ante el poder central, que tuvo como respuesta la represión con muertos, heridos y prisión. Como no podía ser de otra manera “el tío Genaro” terminó en la cárcel.

Esa ha sido la vida heroica de Genaro Ledesma Izquieta, en la lucha y defensa de los humillados y ofendidos del Perú. Socialista convicto y confeso se podía discrepar con él, pero no se podía dejar de reconocer su consecuencia, honestidad y moral que lo alimentó hasta el fin de sus días.

Con este artículo rindo homenaje a un reconocido líder histórico de la izquierda peruana y mundial, al fundador del FOCEP y a su extensa familia, con el compromiso de seguir en la lucha de los intereses de los trabajadores y defensa del patrimonio nacional. ¡Gloria eterna a Genaro Ledesma Izquieta!

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