A la izquierda, 'Artemio', frente a la columna senderista en formación matutina. Viernes 2 de diciembre, seis de la mañana. (Fotos: IDL-Reporteros) |
Son las diez de la noche del primero de diciembre y nos alistamos a dormir en el campamento del jefe senderista, ‘Artemio’, en la meseta que corona un cerro boscoso en un punto remoto del Huallaga. Hemos llegado al lugar después de una escalada fatigosa. Somos cuatro los periodistas que arribamos después de un trayecto largo por carretera, por río y a pie: Romina Mella y Gustavo Gorriti, de IDL-R; Bladimir Angulo, periodista de Aucayacu y corresponsal de IDL-R en esa localidad; y Dan Collyns, colaborador de The Guardian y la televisión china (antes lo fue de la BBC).
Al llegar, encontramos a otros dos periodistas: Aurelio Anaya, de radio Pajatén, de Juanjui; y Moisés Campos, de TV Cable 24, de Tocache. ‘Artemio’, el veterano jefe senderista del Huallaga, con 30 años alzado en armas nos ha recibido con una cordialidad sutilmente contrapunteada por la treintena de senderistas uniformados, bien armados y, según parece, entrenados, que lo protegen.
El campamento es rústico pero bien organizado. Toldos de tensado plástico negro en gradiente hacen las veces de carpas en el aire húmedo pero fresco de la meseta boscosa. El dosel de árboles coposos previene la observación aérea y otros toldos actúan como difusores de humo en la cocina a leña. Bancas de troncos delgados y bejucos, hechas en el momento por los senderistas a golpe de machete, sirven como todo mobiliario. El campamento, todo indica, se ha armado en corto tiempo y puede levantarse aún en tiempo menor.
De la paila emerge la cena cuando ya ha oscurecido: un tazón de arroz con leche por persona, pensado más como bebida que comida. Después, hacemos una primera entrevista a ‘Artemio’, iluminados por un rato por las lámparas de las cámaras, hasta que se acaban las baterías y solo queda el registro de las grabadoras y algún flash infrecuente.
Luego, a las diez de la noche de la primera línea, nos acostamos todos, lado a lado, dentro del tambo/toldo que nos han separado. Sobre una delgada cama de hojas, han echado unas mantas y colchas en el suelo y dormiremos ahí. Dormimos, ¿hay que decirlo? vestidos y hasta calzados, con el toldo encima pero con la visión del bosque y el cielo de noche entre los árboles. Mientras se espaciaban las conversaciones, las luces de linternas de los senderistas hacían un juego surreal desde la oscuridad en la que nos encontrábamos.
En medio de esa danza extraña de luces, dormimos ligero, vigilados a toda hora por los centinelas senderistas, unos apostados, otros en movimiento. En la mañana, después de algunas ceremonias marciales, que parecían más castrenses que guerrilleras, y un sobrio desayuno, tuvimos la entrevista principal con ‘Artemio’. Después, iniciamos el regreso mientras ellos desmantelaban con rapidez el campamento y nos acompañaban parte del trayecto.
Lo que sigue es la primera parte de las entrevistas. El texto ha sido organizado por temas, combinando a veces preguntas hechas la noche del primero y mañana del dos de diciembre. Se ha hecho una edición mínima para limpiar la hojarasca verbal y resaltar los conceptos principales. Los audios, en cambio, no tienen edición alguna fuera de su segmentación. Igual ocurre con los videos.
La segunda parte de la entrevista se publicará mañana.
‘Artemio’ nos da la bienvenida al ‘corazón del Alto Huallaga’. “Mi nombre oficial” dice“es José ‘Pepe’ Flores Hala, natural de Camaná, departamento de Arequipa”.Le preguntamos por su edad y nos responde que tiene 47 años. Según la investigación que hizo Óscar Castilla, de El Comercio, ‘Artemio nació el 8 de setiembre de 1961, lo cual suma 50 años. Pequeñas vanidades del monte, quizá. Sobre el nombre con el que figura en el registro: Florindo Eleuterio, lo desestima con un gesto despreocupado: antes obligaban a los padres a coger el nombre del calendario, dice.
‘Artemio’ se ve en buen estado de salud y no se le percibe ni el maltrato del monte ni el de la huida. Y la forma de contestar, concentrada pero calma, revela una larga familiaridad con la discusión política.
Artemio |
La derrota
¿Usted está de acuerdo, coincide, en que la guerra iniciada por ustedes el 17 de mayo de 1980 terminó en derrota para ustedes?
Sí, eso es real. No vamos a negarlo.
Entonces el tipo de acciones que usted lleva a cabo ya no son acciones de una insurrección que busca la victoria sino acciones meramente defensivas.
El objetivo político sigue siendo el mismo con que nos levantamos en armas, aunque en la práctica hoy día eso no es posible. Creo que eso es fácil de entender. En segundo lugar, mantenemos una fuerza armada en aras de garantizar la postura nuestra en relación de nuestros camaradas que están presos; y creo que eso es fácilmente comprensible. No tenemos la mínima intención de blandir las armas de la guerra, de la lucha armada. No. Con sinceridad queremos plantear que nosotros queremos una solución política; queremos que termine, pero a través de los métodos de una mesa de negociaciones.
Negociación, tregua o rendición
Ustedes quieren desmovilizarse.
Por supuesto. El tema es que pasa por una situación de tregua militar.
Tregua. Que no es igual a desmovilización.
Claro, pero son los pasos iniciales. Una tregua militar que dé los espacios y las garantías correspondientes en una determinada área a fin de que se pueda entablar por un proceso de conversaciones en pro de negociaciones; (…) Depende de la decisión que tome el Estado y el gobierno de turno.
Tres senderistas preparan parte de lo que será la cena. Jueves primero de diciembre. (Foto: IDL-Reporteros |
La desmovilización y la inutilización de las armas públicamente.
¿Usted no piensa, se resiste a entregar o, si se quiere, a devolver las armas?
Es una cuestión de principios, de postura. Más que entregarlas, inutilizarlas.¿Destruirlas?
Destruirlas. Públicamente. Pienso que debe de haber organismos mediadores como la Cruz Roja Internacional, la Iglesia, que en estos casos donde ha habido conflictos deben de intervenir para hacer la verificación del caso. Pero todo requiere de … que haya la voluntad política del Estado y del gobierno en que sí realmente se quiera solucionar este problema de este conflicto armado y no nos estén paseando como ya sucedió antaño con anteriores gobiernos.
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