miércoles, 30 de mayo de 2018

Ayacucho y la sierra sin gas



Escribe: Humberto Campodónico
¿Por qué Lima sí tiene gas con un proyecto que tuvo grandes incentivos tributarios y eso no se le da a la Sierra?
A través de un gasoducto que atraviesa selva y sierra, llegó a Lima en el 2004 el gas de Camisea. Eso es historia conocida. Lo es menos que ese gasoducto pasa a 18 Km de Ayacucho, lo cual hace factible que el gas llegue también a la sierra central. Saben bien los lectores que allí están las regiones más pobres del país.

Pero la ausencia de un verdadero Plan de Masificación ha hecho que, hasta el día de hoy, en la zona no se consuma ni un pie cúbico de gas de Camisea. Veamos.

En el 2005 y 2006, Proinversión planteó la construcción de gasoductos regionales a Ayacucho, Ica y Junín. Pero tuvieron corta vida. ¿Por qué? Porque “la escasa demanda no garantiza su rentabilidad”.
Luego se dijo que a Ayacucho, Abancay, Andahuaylas, Huanta, Huancavelica, Huancayo, Jauja, Cusco, Juliaca y Puno el gas llegaría con los “gasoductos virtuales”, que son, en realidad, camiones cisternas que transportan el gas natural comprimido hasta las ciudades, donde se instalan plantas para su aprovechamiento.
Hasta la fecha, nada. Se planteó primero la Derivación Principal a Ayacucho, con una inversión de US$ 21 millones, contándose con el 100% de la ingeniería básica extendida. Pero surgieron problemas de certificación de restos arqueológicos y con las comunidades de la zona, por temas de servidumbres.
En el 2013, Graña y Montero Petrolera ganó la concesión para el transporte de gas comprimido para GNV a las ciudades señaladas y la construcción de estaciones de servicio, con una inversión de US$ 14.5 millones.
Pero esto también fracasó pues hubo divergencias entre GyMP y el gobierno regional de Ayacucho sobre inversiones realizadas por la primera. Se fueron a arbitraje, lo que ha demorado varios años.
En el interín, Proinversión lanzó otro Proyecto de Masificación de Gas para la Sierra Central y Sur, en el marco del DL 1012, volviendo de nuevo a plantear la construcción de gasoductos, con una inversión de US$ 350 millones. Se afirma que en el mes de junio se conocerá al ganador de la licitación. ¿Será?
Conclusión: 14 años después no hay ni siquiera la derivación a Ayacucho de 18 Kms. ¿Por qué Lima sí tiene gas con un proyecto que tuvo grandes incentivos tributarios y eso no se le da a la Sierra? Doble rasero. No sirven los “planes” de masificación retaceados y al tuntún de Proinversión. Se necesita un Plan Nacional de Masificación de a verdad, que supere las ideologías obsoletas del MEF y de Proinversión. El Perú lo requiere.

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