El 9 de octubre de 1968 el gobierno
revolucionario del general Juan Velasco Alvarado dio muestras de que la dictadura
militar en Perú instaurada pocos días antes no era más de lo mismo. La medida
política adoptada fue la expropiación de la IPC (International Petroleum
Company) que venía explotando el petróleo de los yacimientos de La Brea y
Pariñas (Piura), sin título legal alguno y ejerciendo un monopolio en desmedro
de los intereses de la nación. Este día se proclamó el Día de la Dignidad
Nacional en Perú.
El entonces presidente de la Empresa Petrolera Fiscal, Carlos Loret de Mola, denunció la falta de una página en el contrato de precios con la compañía norteamericana International Petroleum Company (IPC), lo cual motivó el golpe. Una semana después, el 9 de octubre, el Ejército tomó las instalaciones de la Brea y Pariñas que estaba en manos de la IPC y se llamó a esa fecha el 'Día de la Dignidad Nacional'.
El filósofo peruano Augusto Salazar Bondy llamó a tal situación y condición socio-cultural del país como el problema de la reproducción de una cultura de dominación que impide la constitución de la nación. Por eso la reproducción ideológica del nuevo gobierno de las Fuerzas Armadas acentuó el nacionalismo en función de un proyecto de país, signado y orientado en el conocido Plan Inca, tal y como recoge 'Crónica Viva'.
QUÉ SUPUSO ESTE DÍA
La dignidad nacional se focalizó en la
recuperación del petróleo para los intereses de la nación y en marcar una
política internacional en el continente. Además el Día de la
Dignidad Nacional, en el plano económico, implicaba encarar a corto plazo el
necesario problema de la soberanía nacional. Por eso el Perú durante el
Gobierno del General Juan Velasco Alvarado contó con una poderosa Fuerza Armada
moderna, nunca antes vista en su historia republicana, que le permitió alcanzar
el liderazgo del poder militar
disuasivo en el continente latinoamericano.
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