La experiencia demuestra que a los gobernantes
fondomonetaristas no los salvan las leyes draconianas contra los obreros y el
pueblo.
Otra vuelta a la tuerca
César
Lévano
La Primera,
13 de junio 2014
Asustado
por la crisis económica nacional y mundial, el presidente Ollanta Humala ha
anunciado ayer una nueva etapa de reformas, en otras palabras, un nuevo paso a
la derecha. El plan recurre a una receta neoliberal que hunde más a los países:
recortar derechos laborales y favorecer sin freno a la gran empresa.
El
proyecto incluye una nueva ley de Seguridad y Salud en el trabajo, una norma
que impone medidas elementales para resguardar la salud y la vida de los
trabajadores. Esa norma obedeció al hecho de que en muchas actividades
productivas, particularmente en construcción civil se producía creciente número
de muertes por falta de prevención. El país conoce de casos dramáticos que
ocurrían casi siempre en centros de trabajo. En las obras de edificación, muchos
accidentes fatales ocurrían –y siguen ocurriendo– en empresas que ni siquiera
contaban con licencia.
La
idea ahora es eliminar esas previsiones. Vale decir, se quiere dar licencia
para la muerte.
El
presidente parece no haberse enterado de que las exigencias del FMI y del
empresariado reaccionario internacional han querido superar la crisis por medio
de medidas antilaborales: despido de funcionarios públicos, facilidades para
despedir trabajadores en la industria, merma de la seguridad social suprimiendo
derechos y privatizando segmentos de esta, recortes a la libertad sindical.
Todas
esas medidas religiosamente acatadas por gobiernos ultraderechistas o
falsamente progresistas (caso del PSOE en España) han resultado un remedio peor
que la enfermedad. Que lo digan Grecia, Portugal, Francia, Italia, España,
Irlanda.
Uno
de los pretextos para imponer ese castigo era “liberar” las condiciones de
trabajo para crear nuevos empleos. La desocupación crece, sin embargo, con su
carga de ruina humana, de frustración psicológica, de indignación masiva.
La
economía no se salva, pero los partidos que impusieron el abuso, tampoco. El
PSOE y el derechista Partido Popular se hicieron añicos en España, en las recientes
elecciones europeas. La izquierda acaba de derrotar de modo aplastante en las
urnas a la derecha antilaboral en Grecia. François Hollande, el presidente
“socialista” de Francia, ha puesto por los suelos a su partido, en beneficio de
la ultraderecha.
Una
precisión: en su edición del 10 de junio, el semanario francés L’Express
publica una entrevista con el historiador Grégoire Kauffmann, quien señala que
Marine Le Pen, hija del fascista Jean-Marie Le Pen, ha atraído votos no
fascistas y que ella acude al régimen democrático del voto, no a la violencia.
La
experiencia demuestra que a los gobernantes fondomonetaristas no los salvan las
leyes draconianas contra los obreros y el pueblo. ◘
http://laprimeraperu.pe/columna/otra-vuelta-a-la-tuerca/
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