En lo que es probablemente el avance más importante
en la lucha anti-corrupción para el
continente desde el inicio de la operación Lava Jato, Marcelo Odebrecht, el ex presidente de la
megacorporación brasileña, ha firmado –según se supo hoy– el acuerdo de
delación premiada con los fiscales federales de Lava Jato. Junto
con él, otros 50 ejecutivos de
Odebrecht, -que según otras fuentes podrían llegar a 68- firmaron también, en
forma coordinada, sus propios acuerdos de delación.
Según lo informado por
OGlobo en Brasilia, el masivo acuerdo, después de ocho meses de intensas
negociaciones constituye la más grande serie de acuerdos de delación firmados
hasta hoy en el Brasil.
En realidad se
trata de un gigantesco acuerdo de delación corporativa, en el que una de
las mayores empresas constructoras del mundo confiesa en detalle sus crímenes,
coimas y sobornos desde los niveles más altos de la política y la economía.
Es, sin duda, un momento de
quiebre histórico en la lucha continental contra la corrupción y el inicio de
una cadena de revelaciones que terminarán de remecer Brasil y empezarán a
hacerlo, con inédita fuerza, en el resto del continente.
Y ello no afectará
solamente la historia de la corrupción en los últimos años. Según el reporte de
OGlobo, Emilio Odebrecht, padre de Marcelo, es parte de la colaboración
delatora que permitirá seguir el proceso exacto de la corrupción desde mucho
antes del inicio de Lava Jato.
Coimas
sin ideología
De acuerdo con la
información de OGlobo, el número de delatores ejecutivos es de 68 personas.
Ello ya ha creado, a tenor de esa fuente, un serio problema logístico para los
fiscales/procuradores federales en, sobre todo, Curitiba. Son diez funcionarios
calificados que tendrán que interrogar a casi 70 delatores. Si se tiene en
cuenta que en algunos casos un solo delator llega realizar hasta 50
declaraciones, se puede tener una idea de la complejidad del proceso de recibir,
ordenar, compaginar y sistematizar las confesiones.
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Eduardo Cunha. (Foto: The Wall Street Journal) |
Aparte de Odebrecht, otros
delatores de primera importancia serán llamados a prestar nuevas declaraciones,
entre los cuales Otávio de Azevedo, de Andrade Gutierrez. En el caso de que se
les pruebe que omitieron datos en forma deliberada en su confesión previa, los
beneficios que les han sido otorgados podrían ser anulados en forma parcial o
total. En la circunstancia actual y ante la perspectiva de pasar varios años en
prisión, lo más probable es que se de un festival de confesiones, una
inundación de verdades culposas que bien puede lograr un efecto sísmico en
Brasil y en América Latina.
De acuerdo con una fuente
mencionada por OGlobo, los acuerdos de delación premiada de Odebrecht y sus
funcionarios comprometen “en forma democrática” a líderes de todos los
partidos, del gobierno y la oposición en Brasil. Para coimear, Odebrecht no
hacía distinciones ideológicas.
En el caso de la
corporación Odebrecht, las confesiones de los delatores serán comparadas y
completadas con las informaciones extraídas por los investigadores federales
del llamado “Departamento de Operaciones Estructuradas” de la compañía, creado
por esta para administrar con más eficiencia el pago de sobornos y la relación
con los corruptos. Luego de penetrar el primer sistema, los investigadores,
según reporta OGlobo, avanzan en abrir un segundo sistema, donde estarían
registrados los negociados más sensibles.
Como es obvio, la primera
parte de las confesiones estará centrada en las corrupciones y complicidades
brasileñas. A tenor de lo trascendido, las confesiones de la corporación
Odebrecht implican alrededor de 130 congresistas y ministros y 20 gobernadores
actuales o antiguos.
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