Eugenio D'Medina Lora |
Pasaron diez días
desde el destape oficial del megaescándalo de corrupción de Odebrecht y, en vez
de arremeter a desnudar a los corruptos, ya es claro que varios pretenden
ponerlo en “baño María”.
31 de Diciembre del 2016 - 07:40 Eugenio D'Medina Lora
Diario Correo
Pasaron diez días desde el destape oficial del megaescándalo
de corrupción de Odebrecht y, en vez de arremeter a desnudar a los corruptos,
ya es claro que varios pretenden ponerlo en “baño María”. Para botón de
muestra, el procurador anticorrupción que va a liderar la investigación de este
fétido pozo sin fondo es nada menos que el exprocurador adjunto de la
Municipalidad de Lima durante la gestión de Susana Villarán, una de las
principales sospechosas de haberse beneficiado con los dineros de la
constructora brasileña. Pero hay más botones.
Mientras el propio Presidente de la República minimiza el
caso con el argumento de que “aquí se robó menos” que en otros países (¿!),
gran parte de la prensa se entrega a resaltar la captura de un NN que le pegó a
su mujer, silenciando mediáticamente el megaescándalo.
Como si fuera poco, el
Defensor del Pueblo señala prácticamente que no se puede hacer nada contra esta
empresa y sus negocios, muchos de ellos bajo el sistema de asociaciones
público-privadas (APP) porque no existen cláusulas anticorrupción en los
contratos de APP, con excepción de la del Gasoducto del Sur. Inaudito que
nuestras autoridades permanezcan inmóviles ante la corrupción flagrante de hoy,
apelando a tecnicismos.
Mejor apelemos a la lógica: lo que tiene origen ilícito
deviene en ilegal. No se lucha contra la corrupción hablando contra ella,
mientras se permite, en los hechos, que sigan adelante los negocios y
negociados que surgen de ella. Demasiadas casualidades que llevan a sospechar
que se está armando un blindaje terrible sobre demasiada gente de poder
implicada. Desde políticos y empresarios hasta periodistas.
El encubrimiento de Odebrecht es grosero e inmundo. Aquí no
faltan leyes, señores. Sobran más bien. Lo que faltan son pantalones para
enfrentar la corrupción sin mirar nombres y apellidos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario