Eduardo
Mendoza Seminario
Lalomes6@hotmail.com
La
democracia se sustenta en partidos políticos y estos participan periódicamente
en elecciones para renovar autoridades nacionales, regionales y municipales,
necesitando para ello financiamiento de sus correspondientes campañas
electorales. Aquí puede comenzar el pulpo de la corrupción. Pues, los aportes
de las militancias partidarias, actividades pro recaudación de fondos y aportes
institucionales de diversa índole, quedan cortos. Entonces aparecen empresarios
que buscan la suya, y ofrecen ayudar a costa de recuperarla después, cuando
estén en el gobierno. Además, estos últimos no se ofrecen a un solo candidato
sino a varios que tienen posibilidades de victoria.
¿Cómo
recuperar dicha “ayuda”? Fácil, a través del presupuesto público, adquisición
de bienes y servicios y obras de infraestructura, fundamentalmente. En otras
palabras, la inversión pública. Los lobbies a la orden del día y en todo nivel.
Todo esto supone lógicamente una organización sistemática, comprometiendo
seriamente a quienes tienen que investigar y sancionar.
No nos llame la atención los hechos escandalosos sobre diversos delitos,
cometidos por mafias, por escoger un término, involucrando a fiscales, jueces, policías,
militares, autoridades de todo nivel de la administración pública y
empresarial, periodistas incluidos, nadie se escapa. Estamos hablando de hoy,
ayer y ¿siempre? Recuerden un poco de historia y se darán cuenta que lo que hoy
se “descubre” viene desde atrás. Con la revisión del pasado podemos sacar una
conclusión, la clase política es la cabeza del pulpo. No hay ni vuelta que
darle.
Con
presidentes regionales seriamente comprometidos intentaron echarle la culpa a
la descentralización, a quienes respondí en aquella oportunidad, comentándoles
que no confundamos el proceso de la descentralización con la corrupción
descentralizada. La corrupción es precisamente el gran defecto de la
centralización. Para corromper se necesita experiencia y los inocentes son
presa fácil para el corruptor. La prensa se comió la lengua, no averiguó de donde
eran los funcionarios del entorno de las autoridades regionales, si eran de
fuera o del lugar. Todavía están a tiempo de hacerlo.
Lo
peor de la corrupción es, que los encargados de combatirla, de castigarla
ejemplarmente no lo hacen, más bien son parte de la mafia, podríamos decir son parte
del engranaje. Pero, a ellos la prensa no los apabulla como sí lo hacen con las
autoridades elegidas. Parecería ser que llevan soterrada otras insanas
intenciones.
“La
centralita” del gobierno regional de Ancash podríamos tomarlo como ejemplo para
analizar lo hasta aquí esbozado, de allí se han desprendido otras pruebas de la
corrupción, involucrando la clase política, sacándose los “trapitos al sol”, me
refiero a los mequetrefes apodados de congresistas, alcaldes, regidores,
presidentes regionales, funcionarios, etc., etc. En ese sentido no podrían estar
libres de polvo y paja. Muestra de ello tenemos congresistas cuestionados, sancionados
y otros en cárcel.
El
lavado de activos, trata de personas, extorsión, sicariato, lobbies, tráfico
ilícito de terrenos e inmuebles, signos exteriores de riqueza, desbalance
patrimonial, evasión tributaria, espionaje, son modalidades de la
corrupción.
En
el colmo de la desgracia las cárceles se han convertido en centro de operación
y creatividad del delito. Y el Congreso de la República, mal llamado primer
poder del Estado, muy bien gracias, no es conmigo, echándole la culpa no al
Ejecutivo sino a la pareja presidencial. Son una vergüenza nacional. Que tal
descalabro por Dios santo. Pienso que la base de todo es el tráfico ilícito de
la droga. Recordemos a sendero luminoso, antes y después de sembrar el terror,
se agenciaron de dinero para financiar lo que nos vino después. El narco
terrorismo, centralizado en el VRAEM. Cavilemos en el transcurrir de la
corrupción, hoy comprometiendo seriamente la seguridad ciudadana.
Estamos
hablando del sistema de la corrupción donde el pulpo puede ser su afiche de la
propaganda. Podemos alegar diciendo
todos sabemos diagnosticar, pero ¿quién acierta en el medicamente para combatir
este cáncer?
De
este pleito un sabio escarmiento, no más reelecciones, renovación total y de
raíz de la clase política. Revoluciones partidarias, ya no más los enquistados
en las dirigencias partidarias, que se confunden con los falsos liderazgos, de
los que paran vociferando y acusándose mutuamente.Ya no más de estos tipejos de
la política. Reclamamos política ciencia. Para refrescarnos transcribo lo dicho
por nuestro actual Papa Francisco “el 24-11-2013; “Evangeliugandium” Exhortación…la política, tan
denigrada, es una altísima vocación, es una de las formas más preciosas de la
vida, porque busca el bien común. “¡Pidió a Dios que crezca el número de
políticos capaces de entrar en auténtico diálogo que se oriente eficazmente a
sanar las raíces profundas y no la apariencia de los males de nuestro mundo!”.
Reitero,
la democracia la prostituyen los “lideres” y sus adláteres, reflejado en las
conocidas cúpulas partidarias que no practican lo que pregonan, elecciones
internas democráticas. La democracia nos queda grande. Como comentaba hace
tiempo atrás, quince años de democracia y la corrupción se ha sofisticado, la
inteligencia se ha puesto al servicio del delito. Se es candidato dependiendo de
cuánto tienes y cuanto das. Es
posible descubrir la corrupción pero es invencible a la hora de castigarla. La
lucha es titánica. Hay que actuar con más maña que fuerza. La participación
ciudadana es fundamental, decisiva.
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