Eduardo Mendoza
Seminario
En
mi primer comentario sobre el escándalo internacional de Odebrecht argumenté el
“tufo político” que percibía. Prosiguiendo con “quien más tiene más quiere
tener” y un tercero que lo titulé “en quien creer”. Pues bien, hoy por la forma
como se vienen desarrollando los acontecimientos sobre el mismo asunto, tengo
el pálpito que se está tergiversando el camino correcto que comenzó en el
departamento de investigación de E.E.U.U., Brasil y Suiza.
Pienso
que el objetivo no es el ex presidente Alejandro Toledo, sino más bien una bala
trazadora o luz de bengala para distraer la atención. De no ser así se ha
podido discernir sobre el voto de conciencia del juez, recurriendo a la figura
legal de comparecencia restringida, sin necesidad de la prisión preventiva. Los
especialistas de diversa ideología observan incluso la figura de la deportación
y extradición, dando a entender que la cosa tiene para rato. Paralelamente se
ha desatado una campaña de movilizaciones en Lima y descentralizadamente a
nivel nacional. Siguiéndoles la cola el Congreso, aprobando por “unanimidad”la
imprescriptibilidad de los delitos, a sabiendas que sus papis están hasta el
cogote.
Efectos
inmediatos: la paralización del Gasoducto Sur Peruano, GSP, preocupante por ser
un proyecto de gran envergadura, inversión importantísima para beneficio de la
nación.Lo mismo sucederá con el Aeropuerto de Chincheros en el Cuzco. Y otras
que están en el brasero, incluyendo empresas peruanas consorciadas, caso Graña
y Montero, vinculada a otros sectores productivos.
El
poder judicial “se pone las pilas” tratando de impresionar con la selección de 14
jueces que integrarán el Sistema Nacional Especializado en Delitos de Corrupción
de Funcionarios. Serán capacitados por la Academia de la Magistratura y empezarán
su labor el 31 de marzo del presente. Y se olvidan que una “figura” judicial
para tentar delitos son las famosas “medidas cautelares”, concedidas a empresas
que han sido observadas por instituciones del Estado, en las licitaciones de
obras y adquisición de bienes y servicios.
La
cosa se torna espeluznante, porque se está comprometiendo a importantísimas
empresas peruanas de prestigio, consorciadas con Odebrechtque a su vez
comprometen a las Administradoras de Fondo de Pensiones, AFPs. Y tenemos para
más. Ya se discute el modelo económico, trastocando ideologías. Los colaboradores
eficaces y delaciones premiadas, en cierta forma, “traidores”, tienen que
probar convincentementelas fechorías cometidas por sus jefes o patrones.
¿Porque callaron en su oportunidad? “El que calla otorga”
Pensando
en términos cristianos, lo de Odebrecht es un rosario, no de ave marías sino de
pecados mortales, con derecho al perdón, pero, acorde a una penitencia. Hay
indicios, de allí el titular de este comentario.
No hay comentarios:
Publicar un comentario