Piura.- Basta mirar Internet, las redes sociales y los distintos medios de comunicación para darnos cuenta de que la noticia de la muerte de Mons. Oscar Cantuarias, Obispo Emérito de Piura, ha conmovido profundamente a mucha gente en el país, pero especialmente a los piuranos y tumbesinos. No es para menos, Oscar Cantuarias Pastor dedicó 25 años intensos, entregados, llenos de apostolado a Piura y Tumbes, como su pastor; como su defensor y en muchos casos, poniéndose al frente -con su peculiar carácter- incluso en marchas o manifestaciones por la defensa de causas justas y por la resolución de problemáticas de Piura.
Pero, sin duda, para la Universidad de Piura, para los universitarios (docentes, alumnos, autoridades académicas), especialmente de la década pasada, lo primero que viene la mente junto al recuerdo de Mons. Cantuarias, es la fuerza, impulso, dinamismo y jovialidad que puso en la organización y realización del Jubileo Universitario celebrado en el año 2000, en el que participaron más de 10 mil universitarios; y la celebración (un año después) del primer aniversario de este acontecimiento; o años más tarde en el Congreso Eucarístico Mariano. Con su poder de convocatoria, como el de aquella época, su lenguaje franco y audaz, algunas veces polémico, se acercó a los jóvenes una y otra vez en diversas reuniones. Como recuerdo de sus muchas tareas pastorales, está la Catequesis familiar, por ejemplo.
Hoy, con ese mismo cariño que lo despidió Piura hace 5 años, cuando se jubiló, hoy lo despedimos, con gratitud, con cariño, con buenos recuerdos y con el ánimo de no defraudarlo. No en pocas ocasiones le oímos decir variedad de dichos y piuranismos, pero quizá el que siempre repetía fue: “es de bien nacidos ser agradecidos”. Pues ahora le decimos: ¡gracias! O como el diría, imitando a los piuranos que tanto quiso: ¡muchississisismas gracias!
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