Escrito por Corresponsal Rondero www.cunarc.org
Dos tajos abiertos. El tajo el Perol (sobre la laguna el perol, la misma que tiene 15 millones de años) tendrá 2 km de largo y 1 km de profundidad. Removerán 92,000 toneladas de roca al día por 17 años. Los desmontes (su basura) lo depositarán sobre la laguna Azul. Esta laguna mas los bofedales circundantes dan vida al río Jadibamba.
Generarán un promedio de 85,000 toneladas de relaves tóxicos al día por 17 años. Estos relaves estarán ubicados en un área de 700 hectáreas que constituyen las nacientes del río Jadibamba, principal río del distrito de Huasmín del que las comunidades usan para la agricultura, ganadería y consumo humano. Estos relaves los depositarán de por vida en las entrañas de nuestras jalcas. Utilizarán gran cantidad de agua porque la tecnología a utilizar es por flotación.
ENORMES GANANCIAS: El proyecto sacará de las entrañas de las lagunas 11 millones 800 mil onzas de oro. El costo de producción por onza de oro de Yanacocha es 250 dólares el precio actual del oro en el mercado internacional es de 2,200 (dos mil doscientos) dólares, con tendencia a subir. Obtendrán 3.1 billones de libras de cobre, además de plata.
En inmediaciones del proyecto existen cerca de 40 lagunas y más de 100 hectáreas de bofedales o humedales. Ocho de cada diez pobladores de Huasmín, Encañada y Sorochuco son pobres, pero prefieren el agua a los beneficios de la explotación minera.
Elegir entre el agua y el oro es lo mismo que escoger entre la vida o la muerte para los pobladores de los distritos de Huasmín y Sorochuco, de la provincia de Celendín, y de Encañada, de la provincia de Cajamarca. Ellos rechazan el proyecto minero Conga, que demandará una inversión de 4.800 millones de dólares, una de las más grandes en la historia del país. No lo quieren porque es una amenaza para los recursos hídricos. Sin agua, dicen los comuneros, se mueren.
Y sin embargo Conga podría representar para los tres distritos una notable inyección de recursos por el canon minero. Hoy, según cifras del Ministerio de Economía y Finanzas, Huasmín percibe 1,7 millones de soles por concepto de canon minero, mientras que Sorochuco 1,2 millones. En cambio, Encañada recibe 21,3 millones de soles, lo cual representa más del 90% de su presupuesto (26,8 millones de soles). Pero para los pobladores no se trata sólo de dinero.
El oro no se bebe
“Dicen que somos antimineros y que no queremos el desarrollo, pero no es así. Lo que no queremos es que afecten nuestras aguas que usamos para nuestro consumo y el de nuestro ganado. Queremos que se conserven nuestras lagunas naturales”, dice Daniel Gil Terrones, poblador del caserío El Lirio.
“El conflicto estalló debido al traslado de cuatro lagunas ubicadas dentro de las seis mil hectáreas de terreno que son parte del proyecto Conga, de la compañía minera Yanacocha. Según los funcionarios de la empresa es necesario remover las lagunas porque ponen en peligro la explotación de cobre y oro.
El proyecto Conga se encuentra ubicado en la cabecera de cuenca de los ríos Jadibamba, Chirimayo, Chugurmayo, Quengorio y Rejo, afluentes del Sendamal (Celendín). También el Chaullagón, afluente del Chonta (Cajamarca), y el Quengorío, afluente del Llaucano (Bambamarca). Estos ríos serían afectados por el traslado de las lagunas Perol, Cortada o Mala, Azul y Chica. Estas serán trasvasadas a los reservorios Chailhuagón, Perol, Inferior y Superior que construirá Yanacocha.
Pobres pero dignos
Es una paradoja. Las comunidades que se oponen al proyecto minero Conga se encuentran entre los más pobres del país. Virtualmente ocho de cada diez pobladores viven en la pobreza. En efecto, según el último reporte del Instituto Nacional de Estadística e Informática (INEI), en Huasmín el 88,3% es pobre y el 50% vive en extrema pobreza. En Sorochuco el 79,1% es pobre y el 46,3% habita en extrema pobreza.
Y en Encañada, 78,5% es pobre y el 44,3% extremadamente pobre. En Encañada, que recibe importantes transferencias por canon minero, estos recursos parece que no han servido para aliviar el sufrimiento de las comunidades. Cualquiera que no vive en Encañada, Huasmín o Sorochuco dirá que los campesinos están locos por rechazar al proyecto Conga, porque podrían cambiar radicalmente sus vidas con el canon minero. Pero no es así de simple. Los comuneros prefieren el agua, que es la vida.
Las autoridades de los diferentes caseríos del distrito de Huasmín se congregaron el pasado jueves en el caserío de San José de Pampa Verde, para reunirse con el presidente de la región Cajamarca, Gregorio Santos Herrera, y el alcalde de Huasmín, José Marín Agusti. En el encuentro, los pobladores afirmaron que no aceptarán la remoción de las lagunas altoandinas, que forma parte del proyecto Conga.
Huasmín es un distrito ubicado a 106 kilómetros de la ciudad de Cajamarca. La gran parte de su comunidad se dedica a las labores de agricultura y ganadería. Sus cultivos son diversos debido a que cuentan con cuatro microclimas que les permite cosechar arroz, oca, papa, coca y maca, en la zona más alta; y plátano, yuca y caña de azúcar en la parte baja.
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