Ricardo Jimenez A.
http://ricardojimeneza.blogspot.com/
En los próximos días
visitará el Perú el ex Presidente de Brasil y emblema de la integración
regional soberana de Suramérica, Luis Inácio “Lula” Da Silva, para recibir el
Doctorado Honoris Causa por parte de la Universidad Nacional Mayor de San
Marcos (UNMSM). A propósito de esta visita publicamos nuevamente una
nota elaborada en base a una de sus conferencias en agosto de 2011.
En el auditórium de
la Caixa Federal de Río de Janeiro, con motivo de los 30 años de IBASE, entidad
progresista y democrática de la sociedad civil brasileña, se realizó ceremonia
en homenaje de “Betinho”, destacado sociólogo brasileño fallecido fundador de
la misma. Ante un par de centenares de personas, el orador principal fue el ex
presidente de Brasil, Ignacio “Lula” Da Silva, quien llegó vistiendo la
chaqueta con aplicaciones andinas que hace un tiempo regalara públicamente el
Presidente Boliviano Evo Morales a sus pares suramericanos, y expuso durante
cerca de una hora sobre “ciudadanía”. Mostrando dotes de gran orador y gran carisma,
Lula quiso exponer desde su propia experiencia sobre el tema ("No soy
académico", insistió varias veces), en una alocución llena de coloridas
anécdotas personales, pero que apareció poco auto crítica en la medida que no
incluyó limitaciones o deficiencias de su gestión.
Bromeó sobre su “eterna” postulación a
la presidencia, recordando que perdió cuatro elecciones y que muchos
desesperaron de que un dirigente sindical obrero pudiera llegar a la
presidencia. “¿Otra vez vienes a postular? Ya no, no te vamos a inscribir”, me
decían en el registro electoral, bromeó. Puso esto como ejemplo de ciudadanía
activa. Destacó sus políticas sociales de redistribución de la riqueza, entre
ellas muy destacadamente el programa “Hambre cero”, que permitió disminuir
significativamente el hambre de los sectores más excluidos. “¿Por qué las ONG,
los sectores de izquierda, nunca pusieron el hambre, que era un problema
social, como un problema político de primera importancia? Tal vez porque no lo
comprendieron. Ellos decían: “¿Qué son 50 reales al mes en comida para los más
pobres? Así no se resuelven los problemas realmente, eso es populismo”. Pero
eso es porque ellos están alejados, desconectados de esos sectores más
excluidos, y no entienden que esos 50 reales al mes en comida son el primer
derecho humano que se les negaba, porque no hay un derecho humano más elemental
que comer”.
Conjuntamente, señaló que ciudadanía
es participación radical, recordando que en su gobierno por primera vez en la
historia del país entraron todos los sectores marginados y excluidos a discutir
consultivamente la política: obreros, indígenas, comunidad LGTB, etc. “La
democracia no es un pacto de silencio, es radicalización de la participación”,
concluyó.
Finalmente, se refirió con gravedad al
escenario actual de crisis creciente en los países ricos del norte, Estados
Unidos y Europa. “Ellos ya una vez nos hicieron pagar a nosotros la crisis,
moviendo sus cambios monetarios y la infame deuda, ahora ya no, n o más, no
otra vez”, sentenció. Destacó la unidad suramericana como bloque y escudo de
fuerza para recuperar políticas económicas soberanas, en las que destacan un
rol activo de los Estados, con planes de inversión, infraestructura y empleo,
que den bienestar a los pueblos y no a los bancos y sistemas financieros
privados, causantes de la crisis y persistentemente privilegiados por los
gobiernos de los Estados del norte.
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