La mañana del 14 de agosto de 1985 los pobladores de la pequeña comunidad de Accomarca (Vilcashuamán, Ayacucho) fueron reunidos a la fuerza por elementos militares que arribaron por diferentes frentes a la quebrada de Huancayoc, y luego de introducirlos en dos casas los asesinaron con disparos de fusil y granadas de guerra. 69 hombres, mujeres y niños fueron eliminados porque para la II División de Infantería de Ayacucho todos los comuneros eran terroristas.
La segunda semana de setiembre de 1985 el crimen fue denunciado públicamente y el Congreso de la República designó una Comisión Investigadora de los hechos, la cual en Ayacucho logró interrogar a quien el Ejército señaló como el único responsable de semejante crimen: el Teniente EP Telmo Hurtado Hurtado. En ese momento el entonces Teniente Hurtado les respondió que había cometido ese hecho para que ellos –los diputados- pudieran estar sentados en el parlamento. Desde entonces Hurtado fue señalado como el único autor de la matanza y si bien el Poder Judicial le abrió proceso penal inmediatamente la justicia militar exigió que los hechos debían ser juzgados en el fuero castrense y la Corte Suprema de Justicia así lo determinó. Increíblemente Hurtado fue condenado por el delito militar de negligencia por no haber informado sobre los hechos de la matanza. A pesar de la condena Hurtado logró realizar una carrera militar casi normal y sería recién en 1999, cuando tenía el grado de Mayor, fue dado de baja ante la denuncia pública de IDL.
La Comisión de la Verdad investigó y denunció el caso y ello permitió que recién el año 2005 se abriera un proceso penal contra Hurtado, contra todos los jefes militares y contra los jefes de las patrullas que participaron en el crimen. Si bien el juicio oral comenzó en noviembre de 2010, Hurtado jamás había declarado ante la justicia, porque desde el 2002 radicaba en los Estados Unidos de donde en julio de 2011 fue extraditado. Así, casi 27 años después de aquella mañana de agosto de 1985 el ahora Mayor ® Telmo Hurtado Hurtado compareció ante el tribunal encargado del juzgamiento del caso de la matanza de Accomarca y las declaraciones que ha hecho -el día lunes 9 de abril- deben ser comentadas y analizadas, porque constituyen un evento que, sin exagerar, podría ser calificado como histórico para el proceso de justicia en el Perú.
Las declaraciones de Hurtado
Las investigaciones y procesos judiciales por crímenes contra los derechos humanos han estado marcados por una estrategia de defensa de los acusados que se ha sustentado en la negación más absoluta de los crímenes y –obviamente- de sus responsabilidades. Los juicios parecieran mostrarnos un ejército de altos oficiales desinformados, sin conocimiento de la realidad que los rodea, que jamás emite órdenes y que nunca saben qué hacen sus subordinados y que jamás tuvieron conocimiento de las graves violaciones a los derechos humanos que se producían en sus narices en zonas bajo estricto control militar.
Las declaraciones de Hurtado se han aparatado radicalmente de ese esquema de defensa y plantean otro completamente diferente que se sustenta en el reconocimiento de responsabilidades individuales y el señalamiento de las responsabilidades de los superiores. Ciertamente Hurtado se ha decidido por esta estrategia porque debe partir de un balance muy concreto sobre la cantidad de años que lleva preso y la probable reducción de la pena que el tribunal que lo juzga le podría conceder, pero aun así la experiencia nos dice que ningún oficial antes de Hurtado se había decidido enfrentar a la alta oficialidad militar y en buena cuenta al mismo Ejército. En ese sentido las declaraciones de Hurtado deben marcar un antes y un después en el proceso de justicia.
Las declaraciones las podríamos comprender en tres ámbitos diferentes: el ámbito de la intervención individual y los hechos criminales; el ámbito de la responsabilidad de los jefes y el ámbito de la estrategia contrasubversiva de aquellos años.
1) En el primer ámbito Hurtado podemos considerar el reconocimiento de Hurtado como autor material de la matanza de Accomarca. Él reconoce que es responsable de 31 víctimas. Pero a la vez proporciona información relevante relacionada a la participación de la patrulla “Lince 7” a cargo de Juan Rivera Rondón. Estas declaraciones han ayudado a corroborar las informaciones existentes en el expediente judicial presentando una versión más coherente de los hechos del 14 de agosto de 1985.
Ha dicho Hurtado que el asistente del G-2 le entregó al terrorista © Genaro para que identifique a los presuntos senderistas de Accomarca. De igual modo –señala- que la operación Huancayoc se desarrolla luego que en dos operaciones, previas al 14 de agosto de 1985, elementos militares habían ubicado información de inteligencia que refería que en la zona de Huancayoc se desarrollaba una escuela popular y que los pobladores guardaban armas y explosivos.
En esa época el G-2 y el departamento de inteligencia cumplía una labor preponderante sino en la producción de inteligencia sino también la realización de operaciones especiales de inteligencia.
2) En el segundo ámbito relacionado a las órdenes superiores podemos considerar que Hurtado ha dicho que él solo estaba cumpliendo órdenes superiores. Al respecto Hurtado a declarado que él y Rivera son convocados a participar en una reunión de coordinación –el día 12 de agosto de 1985- en la cual los oficiales del Estado Mayor Operativo los orientan sobre la naturaleza y objetivo de la Operación contrasubversiva.
Hurtado refiere que en esa reunión de coordinación desarrollada en el Cuartel Los Cabitos el jefe del BCS de Vilcashuamán señaló que todos los habitantes de la zona (Accomarca) eran terroristas confirmados. Inmediatamente después Hurtado recibe una orden superior absolutamente clara: no debía traer ningún detenido. Es decir, que no debía existir ningún sobreviviente de la operación. Ni siquiera el (c) Genaro que fue entregado como guía.
Los elementos del Estado Mayor Operativo tenían una posición de comando que les permitía dar órdenes militares a los elementos subordinados.
Después de la denuncia pública del crimen los elementos del Estado Mayor y de manera especial su jefe –Nelson Gonzáles Feria- dispusieron un plan de encubrimiento de los hechos.
La II DI determinó que Telmo Hurtado debía asumir toda la responsabilidad de los hechos y por ello –en el afán de encubrir el crimen le ordenaron que se haga el loco ante los integrantes de la Comisión Investigadora del Congreso de la República.
El Comandante General de la II DI tenía pleno conocimiento de los hechos y, además, los aprobaba. Por ello cuando Telmo Hurtado lo buscó en su casa de Chorrillos, este le ordenó que regrese a la zona a realizar una operación de “limpieza” de los vestigios y de los testigos.
3) En el último ámbito las declaraciones de Hurtado dan cuenta que los sucesos de Accomarca eran los procedimientos regulares de la época en la zona. Esa era la estrategia contrasubversiva que el Ejército desarrollaba en la zona. Al respecto Hurtado ha señalado que en Ayacucho había una práctica de la ejecución extrajudicial como si se tratara de un procedimiento regular de la II División de Infantería, en la cual participaron los elementos del Estado Mayor Operativo.
Hurtado ha declarado que la tortura, el disparar a aquellos pobladores que corrían tras el ingreso de los militares a las comunidades y las ejecuciones extrajudiciales eran parte de los procedimientos regulares del Ejército.
De igual manera ha declarado que los hechos de Accomarca no solo involucran a un teniente o a la propia División de Infantería, sino que involucran al conjunto de la institución militar.
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