Escribe:
Jorge Manco Zaconetti (Investigador UNMSM) 5 de enero 2016
Es
urgente y necesario apostar por la masificación del gas natural en el Perú y
que no solamente la capital se beneficie, para depender lo menos posible de las
oscilaciones del precio del petróleo y de las distorsiones abusivas del mercado
de la distribución mayorista y minorista de combustibles, en especial de las
gasolinas y gas licuado de petróleo (GLP) que son los energéticos sustitutos y
alternativos al gas natural que se distribuye mediante redes subterráneas o
mediante gasoductos virtuales, es decir en “transportes tanqueros”
Los
beneficios del gas de Camisea tuvieron que esperar casi 20 años pues
descubiertas las reservas gasíferas del lote 88 en 1984 por la transnacional
holandesa Shell recién a mediados del 2004 pudieron explotarse las reservas de
gas natural, especialmente en la generación eléctrica, y en el uso de unas
cuantas empresas industriales, constituyendo hasta ahora la demanda residencial
menos del 5 por ciento de la demanda total, con aproximadamente 300 mil
usuarios residenciales en Lima.
Es más,
el Estado tuvo que asegurar al Consorcio Camisea una demanda mínima de parte de
la estatal ElectroPerú con compras de 75 millones de pies cúbicos al día
(MMPCDC) que eran vendidas a la transnacional Endesa (Edegel con su unidad de
Ventanilla), en un contrato “take or pay”, cuando las centrales de la estatal
tienen una naturaleza hidráulica.
Posteriormente
se tendieron las redes subterráneas para la distribución del natural en Lima
Metropolitana con el anillo que tiene su inicio en el City Gate de Lurín y
desde el 2006 hasta el 2012 se promocionó la demanda del Gas Natural Vehicular
(GNV) lo que permitió el surgimiento de decenas de grifos, talleres de
conversión, y sobre todo la existencia de un parque automotor de más de 250 mil
unidades que hacen uso del GNV.Ante la percepción de una falta de mercado, la
intervención del Estado fue fundamental para asegurar por ejemplo la
rentabilidad del transporte mediante el gasoducto que parte del campo de
Malvinas a Lurín (Garantía de Red Principal se le llamó). Así, todos los
usuarios regulados del servicio eléctrico tuvimos que abonar un cargo, es decir
un plus en soles en nuestros recibos de electricidad, para financiar la
rentabilidad de un gasoducto que tenía en ese entonces una capacidad máxima de
transporte de 450 millones de pies cúbicos diarios, y supuestamente el mercado
era débil y pequeño, por ello el Estado tenía que asegurar una demanda mínima.
Por todo
ello los usuarios del país no solamente de Lima, de Piura, Cuzco, Arequipa etc.
abonamos más de 480 millones de dólares a favor del Consorcio TGP
(Transportadora de Gas del Perú) que eran los mismos que estaban en el
Consorcio Camisea (Pluspetrol, Repsol, Hunt, Sk de Corea, Sonatrach etc.),
desde agosto del 2002 hasta el 2009 fecha en que el mencionado gasoducto
alcanzó su plena capacidad de uso.
Dicho sea
de paso ese dinero es propiedad de los usuarios regulados que garantizaron la
rentabilidad del gasoducto. Por tanto con ese capital se podría subsidiar la
masificación del gas natural en especial de los usuarios residenciales en Lima,
Piura y el sur del Perú. En el mismo sentido debemos destacar el carácter de
precios regulados que tiene el gas natural del lote 88 tanto para el uso de la
generación eléctrica e industrial, ello determina que la tarifa del gas de
dicho lote sea extremadamente barata al punto que distorsiona los precios
relativos de otras fuentes energéticas (hídricas, eólicas, etc) .
Por ello,
la realidad de Camisea y la débil masificación del gas natural en Lima que
cuenta después de 15 años con aproximadamente los 300 mil usuarios de una
población superior a los 9 millones de habitantes. Siendo una de las
dificultades el alto costo de la conexión domiciliaria, la seguridad de
suministro la capacidad del transporte del ducto y la permisología
municipal.
¿LA MASIFICACIÓN EN LIMA, PIURA EN CUESTIÓN?
A
diferencia de la experiencia de Camisea con precios regulados y el otorgamiento
de una serie de subsidios en especial para las empresas eléctricas (Edegel,
Kallpa y Enersur) que compran gas barato y venden energía cara al cliente
regulado, en especial aprovechando la exclusividad de las generadoras sobre el
llamado “Mercado de Corto Plazo” o spot, donde a lo mucho compran el MW/hora a
20 dólares y lo venden al mercado regulado de los sufridos consumidores a más
de 65 dólares el mismo megavatio hora, con lo cual obtienen ganancias
extraordinarias. ¡Si ganan así las empresas de generación que usan el gas de
Camisea que pertenece a la Nación así también se debe subsidiar la masificación
del natural de uso doméstico!
En
verdad, nos falta mucho para promocionar la cultura del gas natural pues el
desenvolvimiento del mercado del gas tiene lamentablemente un sesgo eléctrico
que constituye su principal uso, dejando de lado la petroquímica y las
políticas de valor agregado con el agravante que se exporta más de 500 millones
de pies cúbicos diarios del gas natural proveniente del lote 56 en condiciones
desventajosas para el fisco. Sin embargo en Piura existe la posibilidad de
fomentar la masificación del gas natural que podría alimentar a los principales
departamentos del norte del país. En dicho departamentos existen importantes
reservas de gas natural en los lotes I, II, V, VI/VII, X, XIII y Z-B que
podrían suministrar el gas para la satisfacer las necesidades de las familias,
pequeña industria y comercio, empresas pesqueras e industriales, al
margen de la generación eléctrica, el parque automotor y la Refinería de
Talara.
Aproximadamente
se extraen en promedio unos 150 millones de pies cúbicos diarios (MMPCDC) y
solamente se transa, es decir se comercializa a lo sumo 30 millones por
día, lo cual determina que volúmenes importantes se reinyectan o lo que es peor
se ventean o queman lo cual significa la liberación del gas metano en la capa
de ozono lo que agrava el “efecto invernadero” con las consecuencias
ambientales que ello trae consigo.
A
diferencia de los precios regulados del lote 88 los precios del gas natural en
los lotes mencionados se rigen por las políticas de libre mercado. Sin embargo
para el servicio público mediante la distribución del gas natural por ductos el
organismo regulador Osinergmin determina o fija las tarifas máximas de la
distribución del gas natural.
Por ello,
en la II Propuesta Tarifaria presentada por la empresa Gases del Norte del Perú
al organismo regulador para el consumo residencial se destaca una sensible
disminución de 22.8 dólares por millón de BTU a una tarifa de 8.89 dólares por
millón de BTU (MMBTU), lo cual significa una reducción de casi 14 dólares con
una variación hacia abajo del 61 por ciento.
Evidentemente
ello satisface al futuro consumidor de Piura haciendo posible su conversión
hacia el gas natural pues tendría que pagar a lo sumo 16 soles incluido el 18
por ciento por concepto del IGV frente a los 37 soles o más que tendría que
abonar por un balón de 10 kilos de GLP, que como analizamos en un artículo
anterior tiene una precio abusivo producto de las distorsiones en las
actividades de distribución, transporte, y comercialización mayorista y
minorista del gas licuado de petróleo. A diferencia de Lima que tiene como
responsable a la empresa Calidda donde la tarifa promedio bordea los 17.7 soles
incluido el IGV, y el actual costo de conexión está sobre los 1,639 soles al
cual hay que agregar el 18 por ciento por concepto de IGV, lo que totaliza un
monto superior a los 1,934 soles.
Si bien
este monto resulta difícil de asumir en los considerados hogares pobres y de
bajos recursos, se podría financiar en el tiempo con una tarifa adicional por
conexión de 31.3 soles incluido IGV. Lo cual sumaría un tarifa mensual promedio
de 17.7 soles más los 31.3 por conexión financiada un total de 49 soles
mensuales que sigue siendo una tarifa lejana del bolsillo popular que dicho sea
de paso ha financiado en el pasado el gasoducto de Camisea a Lima.
Por ello
el alto costo de la conexión en Lima dificulta la masificación del gas natural
y gozar al mismo tiempo los beneficios de la cultura del gas y poder sustituir
la demanda del gas licuado de petróleo (GLP). Todo esto se agrava cuando todos
los usuarios regulados hemos subsidiado la rentabilidad del gaseoducto de
Camisea a Lima. Por ello, cabe preguntarse sobre uso y destino de los montos
pagados por todos los usuarios regulados del servicio eléctrico entre el 2002 y
el 2009, por más de 480 millones de dólares.
A
diferencia de Lima en Piura existe la posibilidad concreta de gozar los
beneficios de un gas natural barato y seguro para el uso residencial, vehicular
y la pequeña industria a través de la II Propuesta Tarifaria presentada por
Gases del Norte del Perú ante el Osinergmin.
En Piura el usuario residencial abonaría
mensualmente durante los próximos 8 años una tarifa fija de 16 soles incluido
el IGV, y el costo total de la conexión sería de 824 soles más el IGV. Es
decir, pagaría una tarifa sensiblemente menor a la que se paga en Lima (S/
1,639 más IGV), ello ha sido posible gracias a una efectiva regulación y la
defensa del interés público en medios como DIARIO UNO, Radio Cutivalú, Radio
Exitosa etc. Ver Cuadro Comparación Precio Gas Natural. Uso Residencial Lima
Vs. Piura.
Igualmente
si se tratase de pagar en Piura la conexión en un tiempo superior al año el
usuario tendría que asumir el costo de los intereses producto del
financiamiento que se tendría que asumir, al igual como se financia un
electrodoméstico en cinco años, el consumidor resulta pagando por dos unidades
en razón de los intereses.
Por ello
lo recomendable es asumir el financiamiento en el menor tiempo posible, y gozar
de los beneficios de la cultura del gas natural, pues con tarifas mensuales de
16 soles mensuales en Piura no solamente resultan menores a las vigentes en
Lima, como se puede observar en el cuadro, sino que se puede superar los
precios abusivos del gas licuado de petróleo (GLP) que en las provincias del
norte tienen un precio superior a los 40 soles por un balón de 10 kilos.
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