Después
de muchísimos años de jaranas con valses, marineras, fugas y festejos, cierto
día un grupo de criollos decidieron rendirle culto a la canción criolla,
fijándole una fecha especial en el calendario anual y así poder recordar a
todos los bardos que inmortalizaron la música criolla peruana a través del
tiempo.
Juan Manuel Carrera del Corral |
Y fue don
JUAN MANUEL CARRERA DEL CORRAL, guitarrista y cantor, refinado bailarín de
valses y marineras, gallero y aficionado taurino, devoto, cargador y jefe de
cuadrilla del Señor de los Milagros ,quien se encargó de trasmitirle y
contagiarle la gran idea a su amigo y compañero de jaranas, el entonces
Diputado por Lima don Luis Felipe Andrade.
Y así fue
como en un verdadero cónclave con los directivos de los diferentes Centros
Musicales de Lima y el Callao, reunidos entre guitarras, castañuelas y cajón,
acordaron fijar la fecha para celebrar con mayúsculas el “Día de la Canción
Criolla”. Por allí un asistente propuso que fuese el 18 de octubre, pero la
mayoría se opuso por que ese día era sagrado para los limeños mazamorreros,
pues coincidía con la salida del Señor de los Milagros y todos tenían que estar
en “Pachacamilla”. Finalmente entre piscos, valses y recuerdos se fijó como
fecha definitiva el 31 de octubre de todos los años.
¿Pero
cuáles fueron las razones para que se eligiera como fecha el 31 de de octubre?,
fueron varias, primero por que el día debía caer un fin de quincena y que al
otro día fuera feriado, en otras palabras, debería ser un día donde haya plata
para la jarana y así poder soportar la serenata, la fiesta y el anda vete, ya
que después del 31 de octubre, venía el feriado del primero de noviembre, Día
de los difuntos, tiempo y razón como para visitar a los bardos en el cementerio
y seguir la jarana en recuerdo de ellos.
La idea
se cristalizó cuando el 31 de octubre de 1944, el mismo Presidente de la
República Dr. Manuel Prado y Ugarteche, se dio un baño de popularidad y desde
el mismo balcón del “Centro Musical Carlos A. Saco”, del cual era presidente
don Juan Manuel Carrera, firmó la tan esperada ley que creaba “El Día de la
Canción Criolla”. Esa noche en la Placita de Buenos Aires en los Barrios Altos,
resonaron las guitarras y cajones, y se dice que las voces de los cantores se
escuchaban en varias cuadras a la redonda, en aquella época en que no había
micrófonos; hasta que llegó las 6 de la mañana, hora en que todos los centros
musicales debían hacer flamear el bicolor nacional en sus respectivas fachadas.
A las 11
de la mañana, después de un buen caldo de gallina en el Mercado Central de
Lima, todos los criollos enrumbaron a la Iglesia de la Virgen del Carmen,
Patrona del Criollismo, para escuchar la misa entre rezos y pestañadas
malanocheras. Luego, a la 1 de la tarde, la muchedumbre de criollos, sin
distinción de color ni de barrio enrumbaron casi en procesión profana hasta el
cercano cementerio de “Maravillas”, para la concebida romería a los vates y
cantores que ya reposaban la vida eterna, con una sola diferencia, ya que en
esa ocasión no llevaban en sus manos ni cirios ni sahumerios, sino más bien
guitarras y cajones, con sus respectivas botellas de buen pisco.
Lo más
curiosos de los festejos fueron las actuaciones que de 3 a 5 de la tarde se
llevaron a cabo en la Penitenciaria y el Sexto, para compartir la jarana con
los presos criollos y faites que habían caído en las malas artes de la vida.
Finalmente, a las 7 de la noche se armó la gran jarana con la presencia de las
principales autoridades limeñas, donde participaron cientos de cantantes y
guitarristas venidos de las ricas canteras musicales de El Cercado, Los Barrios
Altos, el Rímac, Breña y el Callao.
Pero,
¿Quién fue don JUAN MANUEL CARRERA DEL CORRAL?, era sobrino de ese famosísimo
criollo, jaranista, cronista taurino, periodista y escritor, don Eudocio
Carrera Vergara, conocido en la Lima del 900 por el seudónimo del “Dr.
Copaiba”, quien fuera hermano de padre de don Manuel Carrera Corzo, recordado
hacendado nasqueño y asiduo concurrente vespertino del entonces famoso jirón de
la Unión. Pero como reza un viejo dicho:”De raza le viene al galgo”, los 3
hijos de don Manuel Carrera, fueron grandes criollos: Manuelito, Sixto y
Gaspar, tan es así que Sixto Carrera Fuentes, inmortalizo el vals “Abandonada”,
escrita en 1960.
Pero todo
no queda allí, pues el famoso criollo de todos los tiempos don Alejandro Ayarza
el gran Karamanduka, autor de “La Palizada” ,era gran amigo de la familia
Carrera y llegaba continuamente a Nasca, especialmente invitado a festejar las
jaranas de una semana que se organizaban en la Hacienda “Estaquearía Grande”,
propiedad de don Manuel carrera.
Fue en
esas idas y venidas de kamamanduka, que conoció , se enamoró y se llevó a una
hermosa parda nasqueña de origen acarino, llamada doña Virginia Arenaza, quien
lo acompañò hasta que este falleció en diciembre de 1955.
Nasca,
Octubre del 2010
Josué
Lancho Rojas
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