Piura. En lo nacional,
regional o local, los poderes reales se encumbran en la sombra. Se inician
tímidamente para ir asumiendo mayor consistencia. El poder formal, mucho más si
es ignaro en temas públicos, por omisión u acción transfiere las decisiones a
poderes fácticos sin ninguna facultad legal pero si real. Esposas, hermanos,
primos, sobones, místicos o brujos, asumen tal influencia y poco a poco se va
derivando hacia lo irregular e ilegal. Muestras existen muchas a nivel global y
en nuestra región.
Grigori Yefímovich Rasputín
fue un místico ruso con una gran influencia en los últimos días de la Dinastía
Romanov. Su nivel de importancia creció de tal manera que ninguna decisión
procedía sin su aprobación. Era el poder bajo la sombra gracias a la
condescendencia de la zarina y con ella la obediencia del zar. Lo asesinaron en
1916 y con él se fue toda una historia de entretelones de lo que implicó la
Dinastía Romanov.
Existen muchas similitudes con
José López Rega, "El brujo" argentino quien asumió influencia desde
1973, y en especial luego de la muerte de Perón a mediados de 1974,
convirtiéndose en un virtual primer ministro debido a su influencia sobre
Isabel Perón al punto de que casi la totalidad del gabinete estaba conformado
por hombres de su confianza y promovidos por él mismo. Después de fugar del
país, fue detenido en Estado Unidos y falleció en la cárcel en 1989.
El caso nacional más reciente
es el que corresponde a Vladimiro Montesinos. Desde 1990 y tras separar del
entorno presidencial a antiguos asesores, logró encumbrarse y hacerse
determinante en cada acción pública. Propuso ministros, viceministros, miembros
del Poder Judicial, ordenó las Fuerzas Armadas a su antojo y la economía la
manejó a la conveniencia del presidente y sus intereses mismos. Los negociados
en el gobierno fueron comunes y los abusos constantes, la estela aún se vive y
Presidente tanto como ex hombre fuerte se encuentran encarcelados.
Existen poderes menos
perniciosos, pero influyentes en sí mismos. Nadine Heredia, en su condición de
Primera Dama, tiene privilegios que no le corresponden. Según fuentes diversas,
participa activamente en los asuntos que corresponden a la acción gubernamental
e incluso usa los bienes del Estado como sucedió con el viaje a Brasil. Por
ahora, le encanta el protagonismo y se embebe en el poder que ostenta el
esposo. Sus fines, dan la impresión, son de expectativas electorales y tendrían
la finalidad de acumular políticamente.
Recientemente, en un artículo
publicado en un medio escrito piurano, Carlos Sánchez Delgado reflexiona sobre
lo regional "Las próximas elecciones nos brindarán una nueva
posibilidad de forjar instituciones públicas en la que los elegidos no se crean
dueños de la sociedad que los votó, ni sus familiares puedan tener
participación en las decisiones de gobierno (sin haber sido elegidos)".
Evidentemente, subyace en él un cuestionamiento a presuntos poderes fácticos
que poco a poco se van desvelando y como efecto, incrementando las críticas
contra un proyecto político pulverizado por su propio forjador.
Igualmente, en lo municipal,
los arraigos convierten en indispensables a quienes no lo son. Quienes deben
escuchar se ensordecen y quienes deben actuar solo tienen los medios
periodísticos para hacerse escuchar. Las opiniones o noticias retumban contra
el ego de estas autoridades y buscarán en dichos medios al o los culpables, de
tanta "incomprensión". El "velo" que cubre todos los ojos,
también se extiende hasta el entendimiento y se es incapaz de adoptar decisiones
racionales y convenientes.
Una frase que describe el
comportamiento de las autoridades expresa que "no son capaces de mirar
más allá de un metro de distancia" y en ese perímetro justamente se
encuentran quienes tienen otro tipo de intereses a los públicos. Quienes se
ubican en esta posición, en primera instancia buscan consolidarse en el
ejercicio de la cuota de poder dada, expectorar gracias a su influencia de
cargos importantes a los menos sumisos, después construir interrelaciones
comerciales, si es con empresas chimbotanas o limeñas mucho mejor. Después,
regresarán a sus lugares de origen y los grandes perdedores serán los que
confiaron y fueron defraudados.
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