Por: Sofia Flores Diario La
Primera
La
precariedad de nuestro sistema de salud siempre ha motivado la exigencia a
nuestro gobierno por una mayor partida presupuestal, siempre mediando el
aspecto remunerativo, pero siendo honestos no todo es dinero, la burocracia
ahora inmersa con el contagiante radicalismo izquierdista ha propiciado una
huelga incentivando un solo fin, el incremento salarial a nuestros
profesionales de la salud.
No
obstante hay un problema mucho mayor, no contemplado con la seriedad debida por
el gremio egoísta del sindicalismo blanco cual es el manejo deficiente y
negligente de todo el sistema nacional administrativo de nuestro sector de
salud, en donde se puede vislumbrar una burocracia atentando contra el derecho
más preciado que tiene un ser humano, su vida.
Trato
inhumano, corrupción, coimas, tráfico de influencias, personal inepto, médicos
metalizados arrogantes, déspotas que se burlan de todo tipo de justicia en la
atención medica, cubriéndose entre ellos sus faltas, son algunas de las
características de nuestros profesionales de la salud, sin importar la
integridad de aquellos peruanos que por su escaza situación económica caen en
el laberinto de un sistema de salud plagado de indolencia.
De nada
sirve destinar más recursos cuando estos no serán aprovechados adecuadamente,
para ello es necesario primordialmente mejorar el sistema administrativo y
funcional de todo nuestro sector de salud de lo contrario solo estaremos
rociando más agua escudriñándose en todas las brechas de corrupción, sin ningún
tipo de mejora para el peruano que solo tiene a este sector como único medio en
la protección de su vida.
Es en
este sector donde se comete el peor atentado contra los derechos de todo ser
humano, porque se trafica con la enfermedad, la angustia, economía y
desesperación de los peruanos a vista y paciencia de nuestros galenos, porque
nadie es capaz de tomar el asunto en sus manos, solo se conocen el lema más
dinero, mas presupuesto, mejor consideración, “consideración” algo que muchos
de ellos no practican.
Además es
una generalidad que los puestos administrativos en el sector salud son como
ocurre en toda entidad de los estados dispuestos no por la capacidad
profesional sino por el peso de la influencia personal o intereses pertinentes.
Los
médicos tienen el derecho a reclamar una remuneración digna, pero hay que
diferenciar y no colocar a todos en un mismo saco.
La
calidad profesional se mide por el trato humano tal como exige su vocación al
servicio de salud, de nada sirve un curriculum apoteósico cuando nuestros
médicos olvidan el juramento hipocrático que tanto los identifica para salvar
vidas.
No todo
lo que brilla es tan blanco en el sector salud, nuestra cultura indiferente y
egoísta nos lleva a no inmiscuirnos en los problemas de otros , de tal forma
vemos a médicos convertidos en expendedores de recetas atendiendo a miles de
pacientes en escasos minutos, afectando aun más la precaria salud de estos
conjuntamente con su economía.
Tal como
ocurre en toda perspectiva siempre habrán profesionales de la salud en silencio
practicando dignamente su profesión sorteando barreras burocráticas y las
limitaciones de una infraestructura que dificulta e imposibilita un eficaz
tratamiento , con las consiguientes carencias de medicinas, teniendo que lidiar
con los escasos recursos económicos de las familias, aquí el estado solo se
hace presente cuando dispone de algún lote medicinal donado o comprado
austeramente sin mediar calidad ni seguridad , o cuando busca la publicidad de
una placa por la construcción de algún pabellón que más tarde estará solitario
por las limitaciones presupuestales.
En todo
caso si hablamos de lotes de insumos médicos o medicinas, estos por lo general
caerán en el circuito de coimas y corrupción dentro del sector, desabasteciendo
aun más los canales de distribución.
Es imprescindible una reorganización de este sector pero transformando la mentalidad burocrática estatal en una actitud más razonable, invirtiendo más, pero en mejorar la calidad profesional, a través de niveles remunerativos acorde con su vocación de servicio, inteligencia y capacidad profesional,
Nuestro sistema de salud debe ser evaluado constantemente en todos sus niveles, promocionando un trato más humano, más razonable dejando de lado la indolencia.
Es imprescindible una reorganización de este sector pero transformando la mentalidad burocrática estatal en una actitud más razonable, invirtiendo más, pero en mejorar la calidad profesional, a través de niveles remunerativos acorde con su vocación de servicio, inteligencia y capacidad profesional,
Nuestro sistema de salud debe ser evaluado constantemente en todos sus niveles, promocionando un trato más humano, más razonable dejando de lado la indolencia.
No
entremos en el juego de chantajes de gremios sindicalistas que solo ven la
solución de sus problemas económicos que según ellos tiene bastante tiempo,
tiempo durante el cual jamás pudieron o quisieron contemplar el creciente
problema administrativo, por el contrario prefirieron continuar en esta cadena,
hoy quieren en corto tiempo en días solucionar una problemática de años, para
estos señores sindicalistas es mejor obviar todo el engranaje nefasto de una
administración incapaz que afecta a toda la nación.
Mas
partida presupuestal, mas remuneración pero ante todo optimizar la calidad del
servicio y esto solo será posible adjudicando los cargos administrativos a
personas idóneas en todas las entidades de salud, así como exigir calidad en
nuestros profesionales de la salud, permitiendo un servicio digno para todos
los peruanos .
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