Raúl Wiener |
Raúl Wiener
POLITIKA Analista
Como se
ha visto, Alan García
no solo indultó o conmutó penas a más de 5 mil sentenciados y a una gran
cantidad de narcotraficantes, y no sólo contrató a un narco salido de la cárcel
para que aprobara las solicitudes, sino que dictó dos decretos para facilitar
las excarcelaciones lo que deja en el aire cualquier especulación sobre que no
se sabía o que la responsabilidad es de Huamán, Chinguel u otro funcionario
menor, cuando todo apunta a los más altos niveles del cogollo alanista. Dictar
leyes o decretos para encubrir delitos es uno de los peores actos de corrupción
que pueden producirse.
Pero
miren la semejanza entre los narcoindultos y narcoconmutaciones y el cambio del
Código Penal hacia el final del gobierno aprista en lo que toca a los artículos
sobre colusión (art. 384), peculado y otros en agravio del patrimonio público,
que aparentemente debía servir para establecer la diferencia entre los casos
simples y agravados de este tipo de delitos en la lucha contra la corrupción.
Sin embargo, como lo sabían perfectamente en el gobierno que iba de salida,
esta modificatoria iba a tener efecto en los procesos en desarrollo, no en
cuanto a las penas máximas porque para ello no hay efecto retroactivo, pero sí
en cuanto abría una opción de rebaja arguyendo la tipificación de “caso
simple”.
Es lo que
ha ocurrido con los diez que quedaban como acusados por la estafa que significó
la privatización y posterior quiebra fraudulenta de la línea aérea de bandera
AeroPerú. A estos tipos les
esperaba necesariamente la cárcel por haberse concertado para que el Estado no
recibiera el dinero pactado en la venta y para que se licuaran las obligaciones
con los accionistas minoritarios: el propio Estado y los trabajadores, al
decidirse dolosamente la liquidación. Después de muchos años, personajes como
Roberto Abusada, expresidente de AeroPerú, Francisco Acosta,
Alfonso Brazzini y otros, iban a recibir lo que podía ser LA PRIMERA
condena por los delitos económicos estudiados por la Comisión Diez Canseco
entre 2000 y 2002.
Pero he
aquí que el 21 de julio de 2011 (a siete días de dejar el gobierno) García
dictó la ley 29758, por la cual ahora hay dos colusiones, la agravada y simple,
lo que le ha servido al fiscal José Timarche, para señalar que sólo puede
aplicar el primer tipo para AeroPerú, porque lo otro sería
perjudicar al reo. Esto por supuesto le permite decir que el máximo posible de
sanción es 6 años y no quince como era antes. Ergo después de todos los años de
lucha para lograr que alguien sea sancionado por los delitos de la era Fujimorista,
una alanada más permite a los procesados del caso AeroPerú acogerse a una
prescripción y burlarse de la justicia. ¿Y ustedes creen que todo esto es
gratis?
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