Martes 02 de abril 2013 -
06:45
Diario EL TROME
Este Búho piensa en un nombre cuando se discute si hubo o no
irregularidades en los más de 5 mil 500 indultos “humanitarios” o “gracias
presidenciales” otorgados por el ex presidente Alan García. Y ese nombre no es
otro que el de José Enrique Crousillat, el poderoso broadcaster que vendió la
línea editorial de América Televisión al siniestro Vladimiro Montesinos por
varios millones de dólares.
El controvertido ex ministro de Justicia, Aurelio Pastor, tuvo
participación en ese indulto, que se justificó porque Crousillat se “estaba
muriendo”. El indulto humanitario recibió un aluvión de críticas, pero Alan no
dio su brazo a torcer. Solo cuando descubrieron al “moribundo”, en bermudas y
feliz de la vida, comprando en un supermercado de Asia, se desbarató esa farsa
y tuvieron que regresarlo a prisión. Hace unos meses, al escuchar los audios
del Pastor ofreciendo sus “servicios” a cambio de importantes sumas de dinero
para reponer alcaldes vacados porque “tengo influencias en el Poder Judicial y
el Jurado Nacional de Elecciones”, podemos sospechar sobre estas escandalosas
“gracias presidenciales” no solo a sentenciados por corrupción, sino por
narcotráfico. ¿Por qué se le otorgó ese indulto “humanitario” a Crousillat, que
estaba muy bien atendido en una clínica y no a decenas de internos ancianos que
están muriéndose de tuberculosis o Sida? Ahora nos enteramos, por el presidente
de la megacomisión, que investiga las supuestas irregularidades en el gobierno
aprista, Sergio Tejada, que fueron 5 mil quinientas “gracias presidenciales”.
Pero lo peor de todo es que alrededor de 400 sentenciados por tráfico
ilícito de drogas fueron beneficiados. Eso es gravísimo.
Todos sabemos lo que significa el narcotráfico en nuestro país, incluso
actualmente apoyando con dinero sucio a los terroristas del Vraem. ¿Cómo se
justifica que el presidente indulte a un narcotraficante que tenía “una poza de
maceración y unos kilos de cocaína”? ¡Por favor! Alan se defiende mal. Según
Tejada, no solo se indultaron a “campesinas de la sierra de Puno y Tacna que le
pagaron cien soles para que pasen droga”, como dice el ex presidente. No. El
titular de la megacomisión Tejada asegura que “hay casos en que se conmutan las
penas a una banda completa (...) no eran simples paqueteros”.
También Alan se defiende diciendo “que se indultó a extranjeros
sentenciados por narcotráfico y se les expulsó del país”. Yo me pregunto, ¿por
qué tanto afán de dar “gracias presidenciales” a extranjeros narcotraficantes?
Cómo es posible que el ex ministro de Justicia, Aurelio Pastor, se lave las
manos y diga que él “no revisaba los expedientes sino solo los firmaba” (sic) .
Todo esto me parece escandaloso. Y lo peor es que el líder aprista
aprovecha la conferencia para cambiar de tema, tirarle la pelota al presidente
Ollanta Humala y pedirle que hable sobre el pedido que le hizo Juan Luis
Cipriani para que le dé indulto al ex presidente Fujimori. Pero hay algo
detrás. Está obsesionado con su candidatura presidencial para el 2016 y siente
que esta denuncia, definitivamente, daña sus pretensiones. Por eso se ofusca y
quiere zanjar el asunto a la mala: “si no les gusta no voten por mí”. Esta es
una denuncia gravísima y no va a terminar aquí, sino en el Congreso con la
investigación de la megacomisión. Alan debe olvidarse de una hipotética
candidatura de Nadine Heredia -que le produce pesadillas- y que demuestre que
no conmutó penas a una banda de narcotraficantes, como sostiene el congresista
Sergio Tejada. Apago el televisor
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