Pedro Cateriano, ministro de Defensa. Decisión sobre el CAEN |
Por
Gustavo Gorriti.-
El esperpéntico caso
del CAEN
–con su juego de sillas y poderes, doctorados en los que el postulante es a la
vez jurado, literaturas que demuestran que la huachafería está tan activa en el
más allá como en el más acá, amotinamiento dentro de la institución e
insubordinación frente al ministro y viceministro de Defensa–, parece
encaminarse a un pronto desenlace.
El lunes 3 por la
noche, el ministro de Defensa Pedro Cateriano, recién llegado de Europa,
declaró por teléfono a IDL-R
que “la solución al problema
ya está tomada” pero se negó a describir los detalles de dicha
solución.
En un tono sin duda
diferente que el que usa en sus conversaciones protocolares con personalidades
visitantes o visitadas, Cateriano dijo que la solución se conocerá con
inalterable formalidad administrativa. “Es
una norma que estoy planteando. Esto es lo que te puedo adelantar”,
declaró el ministro.
¿Un adelanto quizá?
No, fue la respuesta. La decisión “se
dará a conocer en uno o dos días a lo máximo” (es decir, el
miércoles 5 o jueves 6 de junio), y se conocerá a través de la publicación en
el Diario Oficial El Peruano.
Pero Cateriano tenía
algo importante que añadir. Por lo complejo y vasto de la responsabilidad
ministerial, “yo tengo que
delegar y delego muchas tareas… pero cuando no se soluciona el problema y tengo
que intervenir, lo hago”.
De manera, reiteró y
concluyó Cateriano, que “la
solución al problema ya está tomada. La decisión la tomé yo. La responsabilidad
política la asumo yo. Es lo que te puedo decir”.
Este periodista
hubiera querido preguntar un poco más… si es que, por ejemplo, sentía acidez en
el ministerio, o no; y si la “responsabilidad
política” explícitamente asumida iba a tener o no algún efecto
sobre la estabilidad laboral del ministro, pero Cateriano no estaba en ánimo de
conversación.
Visita de
viceministro
Hubo, sin embargo,
reacciones previas del ministerio de Defensa al reportaje que IDL-R
publicó el martes 28 de mayo.
El jueves 30 de mayo,
el viceministro de Políticas de la Defensa, Mario Sánchez Debernardi, llegó al
CAEN y, de acuerdo con lo que ha podido saber IDL-R, se entrevistó con Luis Piscoya, el
asediado director general de esa institución.
Viceministro de Políticas de la Defensa, Mario Sánchez Debernardi. (Foto: Tvwfdc). |
El viceministro dijo
que, había hablado por teléfono con el ministro Cateriano (quien estaba en
Europa en esa fecha) y recibido un encargo de este:
Le pedía a Piscoya
poner su cargo a disposición del ministro, por haber ‘llamado a la prensa’ y
vulnerado un ‘pacto de caballeros’ de manejar confidencialmente el tema.
La publicación de IDL-Reporteros había afectado la ‘imagen’
institucional, según dijo el viceministro, y por eso se pedía la puesta a
disposición del cargo (es decir, la renuncia en otros términos), de Piscoya.
¿Qué habría después
de eso? En reuniones anteriores, Sánchez Debernardi le había pedido el CV a
Piscoya, para “seguir contando con su aporte” (lo cual revelaba entonces la
disposición de capitular frente al autor de Bába Funké, Álex Robertson). Pero,
dijo el jueves 30 el viceministro, la situación ahora “era complicada”.
Trascendió también
que Sánchez Debernardi pidió luego la renuncia de Álex Robertson y del grupo
que lo secunda. Piscoya, por su parte, dijo que respondería directamente al
ministro, por escrito.
IDL-R se ha enterado que
el veterano catedrático de Filosofía remitió una carta a Cateriano el lunes 3
de junio, en la que se niega a renunciar. Piscoya reclama que su decisión de no
ceder frente a los amotinados, dirigidos por Robertson, fue la legal y correcta
y por lo tanto no hay lugar a renuncia y menos a castigo.
IDL-R intentó contactar a
Sánchez Debernardi, pero este no respondió sus teléfonos. Luego, la corta
entrevista con el ministro Cateriano sugirió algunas de las razones por las que
mantuvo el teléfono colgado.
En todo caso, el affaire del CAEN, mantenido
en un corrosivo limbo por tres meses, se decidirá en cuestión de horas. Hasta
hoy, la principal fuerza con la que contaba Álex Robertson, el ex coronel de
Intendencia que defenestró a Piscoya, no era el patrocinio sobrenatural de Bába
Funké y sus “partituras mentales” sino la fuerza directa, la influencia no
formal pero muy sustantiva, de su compañero de promoción y amigo, el coronel
(r) Adrián Villafuerte, popularmente conocido como “Ácido”.
Coronel EP (r) Adrián Villafuerte Macha, asesor del presidente Ollanta Humala. (Foto: USI). |
Gracias a esa
influencia, Robertson pudo desafiar las directivas del viceministro Sánchez
Debernardi sin que este hiciera otra cosa que declarar su impotencia.
Ahora, la decisión de
Cateriano, afecta sin duda la correlación previa de fuerzas. Y ello no puede
suceder sin el conocimiento y la aprobación del presidente Ollanta Humala.
Ese parece ser el
caso.
Según una fuente con
conocimiento preciso del tema y cercana a Palacio de Gobierno, el presidente
Humala “ha tomado nota del
asunto, está preocupado y le ha encargado al ministro de Defensa la resolución
del tema”. Ello porque, según dijo la fuente, “es inaceptable este espectáculo
[y porque el asunto] no da
para más”.
El desenlace está en
camino. Luego, es muy probable que se deriven otras consecuencias de ese hecho,
que IDL-R
buscará informar con precisión♦
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