http://alangarcia.itgo.com/Corrupcion.htm
El grado
de corrupción que alcanzó el régimen fujimontesinista fue de tal dimensión que
todos los actos oscuros del pasado parecen ahora de poca importancia. Los
cientos de millones de dolares sustraidos por esta mafia no puede hacer que
subestimemos otros montos que, siendo menores, no deben dejar de
escandalizarnos.
Alan García condujo un gobierno extendidamente corrupto. No todos los apristas, pero sí muchos de ellos
aprovecharon sus cargos para lucrar a costa del dinero de todos los peruanos.
El APRA no puede excusarse arguyendo que durante su gobierno no hubieron casos
de corrupción.
CUENTAS
PENDIENTES
El pueblo
peruano no debe olvidar que si no existieron muchas denuncias de delitos
económicos durante el quinquenio 1985-90 fue porque la Contraloría General y el
Ministerio Público estaban controlados por funcionarios apristas.
Alan García tiene cuentas pendientes con la justicia sobre diversos
casos: la coima que recibió de los italianos que construyeron el Tren
Eléctrico; el depósito de parte de nuestras revervas internacionales en el
banco BCCI, entidad dedicada a lavar dinero del narcotráfico; el negociado de
los dolares MUC y su amigo Zanatti; así como las oscuras operaciones de compra
de los aviones Mirage 2000.
El ex
presidente aprista dice que han terminado sus problemas con el Poder Judicial
al haberse aceptado su solicitud de prescripción de delitos, pero no porque
haya una resolución judicial que declare su inocencia. Hay que recordar que una
buena parte de los jueces y fiscales actuales fueron nombrados durante su
gobierno.
Entonces,
a la luz de estas sombras de corrupción, no podemos esperar que un eventual
gobierno aprista tenga la fuerza y limpeza moral que son indispensables para
investigar la larga lisat de delitos cometidos en el régimen anterior. Por
ello, la pregunta es simple ¿Puede un corrupto juzgar a otro corrupto?
¿FAVOR CON FAVOR SE PAGA?
Recordemos lo sucedió durante el inicio del gobierno fujimorista. Los
parlamentarios de cambio 90, siguiendo ordenes de su líder, se unieron a los
apristas en las votaciones decisivas para NO lograr denunciar
constitucionalmente al ex presidente García. Gracias a Fujimori, García consiguió librarse de un
juicio justo y necesario.
Sucedió
una vez ¿Qué sucederá ahora? ¿Favor con favor se paga? Qué nos garantiza que no
sean ahora los parlamentarios apristas quienes se agrupen para que los crímenes
del fujimontesinismo queden impunes. Nada.
Lo único que nos garantiza otro gobierno de Alan García es que la justicia
termine totalmente enterrada bajo el polvo de la corrupción.
Elegir a
Alan García como presidente equivale a optar por un camino oscuro y sombrío en
muchos aspectos. Significa, sobretodo, internarse en la oscuridad de la
impunidad, aquella en la cual hemos vivido durante 15 años. Por eso, el Perú no puede darse el lujo de tener
cinco años más de corrupción y mucho menos de no castigar la recién sufrida.
Los peruanos necesitamos justicia, y esta no la puede ofrecer quien hizo todo
lo posible (incluyendo negociar con Fujimori) para truncarla.
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