Señal de Alerta por Herbert Mujica Rojas
http://www.voltairenet.org/article178839.html?var_mode=recalcul, 11-6-2013
El presidente Humala no otorgó indulto al reo
Fujimori (esa es su verdadera categoría) y lo hizo de manera correcta. Impugnar
su estilo, de suyo confuso, resulta inane. La ética y espiritualidad de un país
que repudia a los pandilleros, arriba y abajo, ganó una batalla y el estadista
apareció en Palacio.
Respeto y admiro los razonamientos jurídicos,
especialmente los vertidos con tanta convicción y sabiduría por el doctor Guillermo Olivera Díaz
que anunció, previó y dictaminó sobre la improcedencia del indulto. No obstante
creo que hay un filón: la salud moral del Perú que requiere mostrar sus mejores
reflejos y actitudes para lapidar a los cacos de ayer y de hoy.
Pretender, como hacen algunas personas de
buena fe, que el reo Fujimori es un anciano y que se procura desconocer la
primera parte de su dictadura que -dicen- fue buena, es un disparate. Al nipón
se le encontró culpable por delitos de lesa humanidad y como tal creador del
potrero en que había convertido al Perú con un Congreso anuente, entre las
corporaciones de las que -como decía González Prada- hasta el caballo de
Calígula se avergonzaría de ser parte; con ministros delincuentes, burócratas
ladrones y estafadores, jueces al peso y oficiales de todas las armas firmando
aquiescencias de manera vergonzosa.
¿Se ha dado cuenta, amable lector, que los
miedos de comunicación, jamás preguntan a la señora Keiko Fujimori, por los más
de 6 mil millones de dólares de las privatizaciones "perdidos"? ¿con
qué dinero estudiaron los 4 vástagos del reo? ¿cuál la desesperación porque el
preso esté libre? ¿para manejar esos ingentes fondos hoy sin piloto allende y
aquende en bancos y financieras de todo el mundo en cuentas cifradas que requieren
de la firma del titular?
Todo lo "supuestamente bueno"
realizado en la gestión delincuencial de Alberto Kenya Fujimori favoreció a
mezquinos intereses económicos, cenáculos de mercachifles que se llevaban los
dólares en maletas robustas que jamás eran revisadas en las aduanas y cuyo
destino hasta hoy es desconocido. Lo único que se sabe es que eran producto de
la monra y el hurto de esa administración corrupta.
El anuncio del presidente Humala el viernes
7, fecha de honda repercusión y remembranza para el Perú porque recuerda el
sacrificio de Bolognesi en Arica en 1880, yuguló la intención vil de los grupos
de poder que quisieran, también, consagrar la corrupción a nivel de política de
Estado como entre 1990-2000 y para eso requerían de su cabecilla, Kenya,
indultado con una gracia que no solicitaron, exigieron, con toda la insolencia
y majadería aberrante de que hemos sido testigos.
El reo Fujimori está donde debe estar
purgando pena. Tampoco los miedos de comunicación cuestionan la cárcel dorada
en que vive este individuo. Más aún, ni siquiera causa curiosidad saber los
costos que tiene que pagar el contribuyente para mantener el hotel 5 estrellas
con cable, calefacción y demás goces que no disfrutan sus colegas en calabozos
húmedos y hediondos.
Amigos extranjeros no alcanzan a comprender
del porqué el fujimorismo tiene una bancada legislativa de 37 miembros y una
reconocida votación copiosa. El asistencialismo y limosna que repartió entre
sectores populares acostumbrados a esta nociva práctica se vuelca en las urnas.
Y la falta de educación política o cultural en gruesas capas ciudadanas por la
criminal dejadez y claudicación de los partidos políticos ha logrado un
clientelaje y adhesión como el que hoy existe.
No sólo fueron delincuentes/asesinos los que
menudearon y se hicieron de la cosa pública durante el fujimorismo en todos los
niveles, las privatizaciones dolosas, los contratos de estabilidad jurídica
concertados, la coima y el negociado, la estafa de la fe ciudadana, el crimen
vía las empresas que hicieron del fujimorismo elemento cómplice que dejó
impunes todos sus abusos laborales, la desperuanización del país, la conversión
del Perú en mercadería al mejor postor, el espectáculo de retrasados mentales
-algunos vueltos al redil- en el Establo de Plaza Bolívar, todas estas
variaciones de una misma sinfonía horrenda, constituyen el baldón moral que ha
sido, es y siempre será el fujimorismo. Los delincuentes/asesinos son asesinos
y delincuentes aunque la prensa pagada les otorgue títulos y honores que no
merecen.
Cuando cayó el fujimorismo a sus integrantes
la ciudadanía espetaba su asco y desprecio y fueron depositados en la sentina
de la historia. A posteriori han pretendido barnizar, con los años y la
pagaduría de servicios, que no ocurrió el desmadre del que todos fuimos
testigos y víctimas y hasta se quiso disociar el tándem siamés
Fujimori-Montesinos, aunque la realidad es más dura que el maquillaje porque
ambos están presos y son reos. Aunque la mona se vista de seda, mona se queda.
Hoy es fácil ser antifujimorista y hay
gárrulos que han hecho fortuna con esta orientación. En los días en que
Liberación, dirigido por César Hildebrandt, y de cuyo poder de fuego hasta hoy
no se ha hecho el estudio que merece, desnudaba la corrupción de esos pillos,
no lo era tanto. En esa tarea, con la leal coherencia que entonces, habemos
algunos que -ayer como hoy- decimos lo mismo y condenamos con inexpugnable
entusiasmo los desmanes inmorales de las taifas fujimoristas.
Publicado hace 6 hours ago por CESAR
ACHING GUZMAN
Etiquetas: Herbert Mujica
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