lunes, 10 de junio de 2013

Pidió indulto


Pidió  indulto, el reo Alberto Fujimori que emputeció a las Fuerzas Armadas, el que  hizo del Congreso un chiquero, suprimió el orden constitucional, desconoció su firma y hasta su huella digital con tal de no pagarle una deuda a la madre de sus hijos.

 Pidió  indulto, el recluso Alberto Fujimori, el sujeto que quiso ser senador japonés para obtener la inmunidad que lo librara del alcance de la ley.

 Pidió  indulto, el preso Alberto Fujimori, que llenó 45 maletas de vídeos, dinero y botines diversos, tomó el avión presidencial y pasó de Brunei a Tokio donde pidió asilo y desde donde renunció por fax a la presidencia de la República.

 Pidió  indulto, el recluso Alberto Fujimori que un día habló de amor por la patria, mientras era el jefe de una banda que saqueó las cuentas del tesoro público por un valor que los más conservadores estiman en seis mil millones de dólares.

 Pidió  indulto, el reo Alberto Fujimori, el sujeto que estaba pescando en Iquitos cuando la policía de La DINCOTE, sin ninguna ayuda de Montesinos, capturó al cabecilla de la banda terrorista, Abimael Guzmán.

 Pidió  indulto el sujeto que huyó del país tras descubrirse cómo es que Montesinos compraba congresistas, a cambio de fajos de dólares.

Pidió  indulto el patético pobre diablo de Fujimori. Aquel que se atribuye todos los poderes para las cosas que salieron bien, y se pinta como un presidente disminuido, desinformado e irresponsable cuando le mencionan los asesinatos que cometían los criminales a los que él felicitaba, ascendía y amnistiaba.

Pidió  indulto y pidieron indulto sus hijos e hijas, sus doncellas, sus congresistas, quienes argumentaron que debemos agradecerle el haber sacado al país de la crisis económica y corrupción  en la que nos hundió Alan García – quien hizo tanto para que Fujimori lo sucediera -, pero tenemos que olvidar que con él todos los derechos del trabajador fueron abolidos, todo asomo de equidad fue perseguido, toda corrupción en el proceso de las privatizaciones fue posible, es decir vendió toda la riqueza de la abuelita y su cofre quedó vacío...porque quedó en manos de los corruptos.

Pidió  indulto y pidieron indulto sus hijos e hijas, sus doncellas, sus congresistas, quienes argumentaron que hay que ser gratos con sus gobiernos pero no podemos recordarle su repugnante papel en la derrota peruana del Cenepa, cuando nuestros soldados carecían de logística, comunicaciones y, en muchos casos, de rancho y de zapatos y lo que es peor ocultar la entrega de 42 Km2 en la zona del Cucumaza Bumbuisa y el Yaupi Santiago.

Pidió  indulto y pidieron indulto sus hijos e hijas, sus doncellas, sus congresistas, quienes argumentaron que debemos ser gratos con su régimen porque “refundó el país”, pero tenemos que olvidarnos de sus ministros o están presos o están con orden de captura por ladrones.

Pidió  indulto y pidieron indulto sus hijos e hijas, sus doncellas, sus congresistas, para el sujeto que cerró el Congreso,  permitió la rapiña más grande de la que se tenga noticia, convirtió a un edecán en fiscal para entrar a robar maletas en la casa de Trinidad Becerra, la esposa de su socio en la banda criminal, que vivió entre alimañas, que dio un golpe de Estado cuando su esposa, en un rapto de bendita locura, denunció los asaltos de la hermana Rosa y del cuñado Aritomi a la caja de Apenkai, este probo encubridor de Miyagusuku, esta vergüenza que grita lo que lee y juega con la voluntad de olvidar de los peruanos.

Este sujeto Alberto Fujimori Fujimori, en suma, sigue siendo exactamente el mismo miserable que la miseria moral adora y hace suyo. El secreto de Fujimori es que ha convertido en socialmente exitosos los peores vicios de la “peruanidad”: la crueldad en el tumulto, el cinismo como método y, sobre todo, la cobardía elevada a la categoría de función vital.

Ahora saldrán a los medios de comunicación, su hija Keiko y su Hijo Kenyi, sus congresistas a despotricar por la decisión del presidente Ollanta Humala Tasso de no indultar al reo Fujimori, el preso que vive como rey en su cárcel dorada de La DIROES. Seguro que seguirán utilizando la millonaria reserva cínicamente robada a las arcas del estado peruano, con fines electoreros, y realmente da pena ver que existen aún muchísimos peruanos y peruanas que siguen subyugados al fujimorismo y gritan sin muchas veces terminar de entender lo que vociferan y todo por haber recibido una miserable dádiva.

El poder judicial en alguna forma le ha devuelto al país algo de dignidad. Ollanta Humala Tasso le ha devuelto la dignidad a millones de peruanos. Alan García Pérez, actuó como lo hacen los cobardes, dejarle al presidente Ollanta Humala para que tome la decisión.

Amigos y amigas hagan un examen de conciencia, si les queda un poco de amor por la patria y mucha dignidad... hagan efecto multiplicador este comentario ... que lo único que lleva es un refrescante toque a nuestra ingrata memoria, que permite olvidar rápidamente lo que pasa en nuestra patria.

 

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