Por Guillermo Olivera Díaz
godgod_1@hotmail.com
¡Falsean, mienten, engañan por salvar su curtido pellejo!
¡Falsean, mienten, engañan por salvar su curtido pellejo!
Tanto el tío George, como
Velásquez Quesquén, tienen a la prensa venal al alcance de su mano. Son
invitados de "lujo" pese a la miopía y hartazgo que esgrimen en
materia procesal penal, siendo abogados, sobre una materia que ellos reputan
como "cosa juzgada".
Señalan, con sesgadas
anteojeras, que la Corte Suprema ya concluyó que el caso BTR carece de
vinculaciones políticas que inculpen a García y a varios ministros-secretarios
suyos, como el mismo Del Castillo. Ergo, en virtud del principio non bis in ídem,
que citan con impertinencia, la Mega de Sergio Tejada carecía de incompetencia
para reabrir el caso.
Nada más inexacto, impropio
e impertinente, pues la cosa juzgada favorece a quien ya fue procesado, juzgado
y sentenciado o sobreseído, calidad que no la han tenido García ni Del
Castillo. ¡No han sido juzgados ni sentenciados!
Veamos lo que argumenté
mucho antes de ahora. Está en Internet.
"Cosa juzgada miope de García y tío George
Por Guillermo Olivera Díaz; godgod_1@hotmail.com
Parece que Alan García y
Jorge del Castillo, ambos abogados, pero con gris antifaz deformante, cuando se
avecinan cargos penales en su contra, porque protagonizaron al alimón la
ilicitud, juegan a la cosa juzgada con miopía interesada. Uno y otro, hasta por
escrito, han esgrimido que el caso BTR es cosa juzgada, de imposible
reapertura. Apelan a esta garantía constitucional de otros en beneficio suyo,
sin que les pertenezca o sea aplicable.
El conocido instituto
procesal de la cosa juzgada está previsto en el Artículo 139°, inciso 13, de la
Constitución Política con estos términos: “la prohibición de revivir procesos
fenecidos con resolución ejecutoriada”. Detrás del texto, fundamento de él o
principio desencadenante está el non bis in idem, que significa que no se debe
procesar, juzgar y sancionar dos veces (2) a la misma persona y por lo mismo.
La viveza criolla de García
y Del Castillo fluye a flor de piel, pues ellos no han sido procesados,
juzgados y condenados o absueltos por el caso BTR. Lo fueron otros, que cumplen
su condena, y el proceso de ellos no puede ser revivido, porque ya feneció por
sentencia firme, final o ejecutoriada, incluso en la Corte Suprema.
Politiza Alan y espeta sin
solidez, en un Comunicado: “Por instrucción del gobierno, la comisión presidida
por el señor Sergio Tejada está enviando a un medio televisivo un documento de
acusación sobre el tema BTR, sin tomar en cuenta que tal asunto ya ha sido
materia de una sentencia final de la Corte Suprema, en la cual se declara no
haber existido responsabilidad o presión política”.
“Por los mismos hechos que
denuncia la Mega por BTR, la Suprema resolvió que no hubo interferencia y, por
tanto, no hubo delito: es cosa juzgada”, se lee de modo semejante en la cuenta
Twitter del tío George.
Ambos carecen de fundamentos
jurídicos. Existe cosa juzgada cuando se ha seguido un proceso en contra de
alguien, con nombre y apellidos, se ha juzgado y finalmente sentenciado, en
última instancia, en favor de quien el instituto le garantiza, por seguridad
jurídica, que no lo deben procesar de nuevo, por los mismos hechos. Cosa
diferente es que por el mismo suceder fáctico, que puede ser de un asesinato,
de tráfico ilícito de drogas o de un lavado de activos, se ordene el
procesamiento de otros personajes, que no fueron motivo del proceso ya
fenecido. Tal es el caso de Alan García y Jorge del Castillo. Fueron testigos
en el caso BTR, donde resultaron condenados los allí procesados y juzgados. Es
usual que la Sala Penal juzgadora se pronuncie porque se investigue a los que
lograron pasar como meros testigos, teniendo otra calidad de participación en
el ilícito. ¡Al testigo no se le procesa en el juicio donde depone!
Por lo tanto, la
megacomisión del congresista Tejada no debe sentirse zarandeada. Apelar a la
cosa juzgada antojadiza y miope, sin que jurídicamente la haya, es el manotón
de los estertores de dos abogados, casi ahogados. Lima, 08 de setiembre del
2013".
No es que Del Castillo y
Velásquez Quesquén sean tontos para persistir en su desbarrante tozudez. Más
bien, avivatos en búsqueda de su fiscal o juez de manga ancha. La prensa, como
revela el caso de los diarios chicha, ya está en sus bolsillos o faltriqueras o
barril sin fondo, donde las razones se pesan en oro, comenzando por sus
titulares.
Lima, 05 de febrero del
2014.
Publicado hace Yesterday
por CESAR ACHING GUZMAN
Etiquetas: Anticorrupciòn Guillermo Olivera D.
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