IDEELE
REPORTEROS
Reproducción de la columna ‘Las
palabras’ publicada en la edición 2321 de la revista ‘Caretas’.
Gustavo Gorriti Director de IDEELE REPORTEROS |
La sala gris
Me imagino que un porcentaje
considerable de ustedes, lectores, ha pensado o piensa que podrían estarlos chuponeado,
o hackeado o averiguando con inquietante acierto cosas sobre ustedes
en internet.
Antes de los tiempos de Edward
Snowden, la suposición de ser chuponeado conllevaba alguna distinción. Había
gente que consideraba interesante saber qué pensabas, decías, hacías o, a
veces, gemías. Por eso, en los tiempos analógicos, la gente mencionaba, con
sonrisa ambigua, los ruidos en su línea, bajones en el volumen de la
conversación, hasta el ocasional ruido de la respiración de algún espía que se
había olvidado de tomar antialérgico.
Ahora que se conoce cómo funciona la
capacidad de procesamiento masivo de datos de las computadoras, entre otros, de
la NSA, la distinción individual en ser espiado es más o menos semejante al
brillo individual, la unicidad existencial de una anchoveta en medio de un
cardumen.
Pero, aparte de esa megaminería de
datos, hay, por supuesto, un nivel mucho más focalizado, específico, táctico de
espionaje electrónico. Hay, de un lado, el chuponeo ilegal, de espías
estatales, privados o, como les gusta hacerlo ahora, en asociación
público-privada. Paralelamente, existe el chuponeo, o vigilancia de
comunicaciones, legal, usualmente ordenado por un juez y vigilado por un fiscal
como parte de las investigaciones sobre crimen organizado, subversión violenta
o espionaje.
Como arma de investigación criminal, o
de inteligencia, la interceptación de comunicaciones es una de las más
poderosas. No hay droga más adictiva en el mundo que el celular, y una vez que
se lo ha utilizado una vez es muy difícil desprenderse de él aunque se entienda
teóricamente sus vulnerabilidades. Se lo deja un tiempo y luego se vuelve a
utilizarlo, a veces con conmovedoras supersticiones electrónicas que hacen más
fácil el trabajo de los chuponeadores.
Aquí se ha hablado mucho –y dicho
muchas tonterías– sobre la forma de trabajo del programa ‘Constelación’, de
interceptación legal de comunicaciones. El hecho es que ha sido notablemente
eficaz, pese a su escala relativamente reducida.
¿Cómo funciona? ¿Hay posibilidades de
uso indebido del sistema, de espionaje ilegal dentro del legal? Una parte
importante de la respuesta puede encontrarse en Bogotá.
Las autoridades peruanas intervienen
comunicaciones en forma muy similar a la de los colombianos, entre otras
razones porque las autoridades de ambos países actúan en ese ámbito (en algunos
otros también) bajo la tutela directa –hay quienes prefieren llamarla
‘cooperación’– de las autoridades de Estados Unidos.
La diferencia es que Colombia aplicó
antes el modelo y lo hizo en escala mucho mayor y variada, como parte del Plan
Colombia. En el Perú, donde se sigue de cerca y se imita lo hecho en Colombia,
la menor escala y el hecho de que el programa de interceptaciones haya sido
manejado primariamente por la PNP (la Dirandro) –bajo la supervisión, préstamo
de equipos y control de protocolos de la DEA; es decir, del Departamento de
Justicia de Estados Unidos– , ha permitido, parece, un manejo más seguro.
Pero el caso de Colombia debe mirarse
muy de cerca porque la posibilidad de calco y de copia es muy grande. Así que
si quiere saber cómo lo chuponearían la respuesta está allá.
El último escándalo de espionaje
electrónico en ese país fue cubierto e investigado por la revista Semana desde
comienzos de este mes.
Un primer artículo, que apareció en la
edición de internet de Semana, reveló que en el área de Galerías en Bogotá, el
Ejército había camuflado un importante centro de interceptación dentro de un
restaurante.
Poco antes, el 23 de enero, el lugar
había sido intervenido y registrado por la Fiscalía, lo cual fue por lo menos
significativo, en tanto la Fiscalía General es las que maneja en Colombia la
central de interceptaciones, el ‘sistema Esperanza’ que concentra, dice Semana,
más de diez salas de ‘chuponeo’ en las instalaciones de la Fiscalía.
"La excepción fue una sala, la
gris, que no funcionaba en la Fiscalía sino en un cuartel militar en
Bogotá".
La excepción fue
una sala, la gris, que no funcionaba en la Fiscalía sino en un cuartel
militar en Bogotá. La sala gris, como informa Semana, ha sido “auspiciada y
financiada por la CIA”.
El escándalo reciente arrancó,
precisamente, desde la ‘Sala Gris’ del Ejército y mostró las diferencias entre
dos grupos militares: la Central de Inteligencia Militar (CIME), cuyo fuerte,
dice Semana “es interceptar teléfonos y están sometidos [a mayor]…
escrutinio”. El segundo grupo es la Citec (Central de Inteligencia Técnica del
Ejército), cuya especialidad “entre muchas otras cosas, en hackear desde
correos electrónicos hasta chats –por el pin de Blackberry o por WhatsApp”.
Quienes creían –incluyendo algunas
personas en Palacio y en el MEF– que chatear por el Blackberry era seguro,
podrían darse una vuelta por el Citec de Bogotá. De repente encuentran ahí algo
que les suene conocido.
El hecho es que en la incursión y
registro de la Fiscalía se encontró, parece, interceptaciones a los
negociadores de las conversaciones de paz entre el gobierno y las FARC. El
presidente Santos habló sobre el tema con visible indignación que, sin embargo,
duró poco. Pese a eso, los generales Ricardo Zúñiga, jefe de inteligencia
militar; y Jorge Zuluaga, director de la Citec, fueron separados de su cargo.
La incursión de la Fiscalía en la
camuflada oficina de la Citec, tuvo un desenlace inesperado. Al rato de haber
entrado, los funcionarios fiscales descubrieron un cuarto secreto, con puerta
blindada, dentro del lugar clandestino. Dentro encontraron a un militar que trataba
de proteger más de 25 discos duros y usb.
Cuando se termine de desencriptarlos,
se sabrá cuánto pudo aprovecharse la cobertura de la interceptación legal para
perpetrar un chuponeo clandestino.
Y aquí deberemos tener presente que
las revelaciones de Colombia servirán, entre otras cosas, como una lección de
lo que hay que evitar en el Perú♦
Publicado el Jueves 13 de febrero,
2014 a las 13:44 | RSS
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Última actualización el Jueves 13 de febrero, 2014 a las 13:52
Última actualización el Jueves 13 de febrero, 2014 a las 13:52
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