El Ruiseñor del Amor
Pedrito Otiniano, no hay otra forma de
tratarlo, es el más popular de los cantores que con Lucho Barrios, Julio Jaramillo y Johnny
Farfán, por nombrar sólo cuatro, se convirtieron en exponentes del bolero
cantinero que invadió el mundo del disco. Con la desaparición de Lucho Barrios,
se pudo comprobar la enorme fuerza que este estilo tuvo, entre diversos
públicos, muy especialmente el popular. Lástima que esta demostración de afecto
sólo se manifieste y rebrote, cuando el artista se va. Este proceso es ley de
la vida y la noticia.
Sentimiento
Cantor
Es conocida su vida
artística primaria en los caminos del criollismo y del que, a pesar de los
triunfos con el bolero, jamás se apartó y ha seguido practicando en su vida
bohemia con gran altura. Por la década del 50, en el "Club Unión" de
la Plaza del mismo nombre, solía demostrar su arte de cantor criollo. Lo vimos
actuar en Radio Victoria, conformando "El Trío Continental" con
Alberto Urquizo La Negra y una primera guitarra que no recuerdo. Fue
precísamente en un homenaje a los ídolos del pueblo, "Los Embajadores
Criollos".
Pedrito, el de siempre.
Fue allí que Lucho
Barrios no pudo cantar el vals que había ensayado por divergencias con el
animador y al poco tiempo triunfaría en el mundo del bolero. Por la misma
época, Pedrito Otiniano, tentado por aquellos éxitos, acepta una propuesta para
grabar y empezaría su gran historia romántica. Llevó su voz al disco con mas de
600 boleros y hasta llegó a cantar en portugués y japonés. Para Lucho Vélez,
gran relator deportivo y amigo nuestro, Pedrito Otiniano en el Perú, era el
Agustín Magaldi del cancionero argentino.
Su
versión de tangos como "Consejos de Oro" en su estilo, nos hicieron
comprender su comparación. Gran fama adquirirían "Ay Cariño",
"Cinco Centavitos", "Que te vaya bién" y todo ese extenso
repertorio que el público disfruta con gran admiración. Enviándole un abrazo
fraterno, tuvimos ocasión de acompañarlo en la "Peña del Club
Arequipa", en la que desfilaron Alicia Lizárraga, Alejandro Cortés y
Esther Granados entre otros. Con Raúl Sáenz, su batería y nuestro Acordeón, nos
dimos tal lujo que siempre evocamos
En sus años mozos.
Incluyo sus
declaraciones en las que manifiesta que es limeño y nació en 1927. Debutó a los
19 años en 1946 por Radio Mundial y cantando el vals "Fatalidad" de
Laureano Martínez Smart. Siempre inmerso por aquellos tiempos en nuestro
cancionero criollo, logra un resonante triunfo en un concurso de Radio
Excelsior y allí empieza su largo peregrinaje hasta su cambio al "Bolero
Cantinero". Es, sin ninguna duda, el querido "Ruiseñor del Amor"
que, con sus canciones, ha sabido ser causante de muchas historias románticas.
"Le ha robado
las llaves a su tocayo San Pedro" y con gran sentido del humor, se refiere
a las varias veces que se ha recuperado de situaciones aflictivas para su
salud. Acompañó a su amigo del alma Lucho Barrios y abogó por que se le diera
una despedida y sepelio, acordes con su fama. Sigue presentándose en ocasiones
que algún contrato lo haga subir a un escenario y con todo su espíritu
romántico vuelve al canto. Es su lugar y allí lo puso la vida. "PEDRITO
OTINIANO", este es nuestro homenaje y ponderamos tu arte. Gracias.
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