Escribe: Claudia Cisneros
Si Keiko Fujimori llegara a
ser Presidente, de algo podemos estar seguros: tendríamos la continuación del
gobierno más corrupto de la historia del Perú y uno de los más corruptos del
mundo, en el puesto 7 de 10 según Transparencia Internacional (http://www.lanacion.com.ar/586074-revelan-el-ranking-de-los-ex-lideres-mas-corruptos-del-mundo).
¿Y por qué estamos seguros
de que el de Keiko sería una continuación de esa obscena corrupción de su
padre? Por algo muy sencillo: Keiko Fujimori jamás ha hecho ni hará un mea
culpa por la responsabilidad de su padre, Alberto Fujimori, en el saqueo
institucional del Perú. Porque Keiko Fujimori jamás ha reconocido ni
reconocerá los delitos de su padre. Jamás ha reconocido ni reconocerá las condenas
justas, que de manera limpia y elogiada hasta por propios defensores del
fujimorismo, le fueron dadas.
Porque si alguien que
quiere ser la primera autoridad del país es incapaz de respetar el derecho, la
justicia y los procesos que sustentan el Estado de derecho y la democracia,
cómo puede esperarse que actúe derecho. Si alguien que detentaría el mayor
poder de un país se cree por ello encima de la justicia y la ley, como lo
demuestra con respecto a su padre, ¿qué puede esperarse de su autoridad como presidenta?
¿qué abusos no cometerá con todo su poder? ¿a qué otros delincuentes no
apañará, si hasta ahora apaña a su padre y a sus cómplices políticos que la
acompañan?
Keiko y los cómplices del
fujimorismo pretenden cambiar la historia con mentiras. Con falsas poses de
indignación como la de sus respuestas ante las declaraciones de Humala de que
Fujimori fue un ladrón de marca mayor. Aunque no les guste el tono, lo cierto,
y lo que el Perú no debe olvidar, es que Fujimori está preso por asesino y por
ladrón. Condenado en procesos impecables y elogiados a nivel nacional e
internacional. Keiko no va a cambiar eso haciéndose la indignada porque se le
llama a su padre aquello que ha sido probado justa, fehaciente y limpiamente, y
hasta por propia confesión. Fujimori es corrupto porque fue sentenciado en
setiembre de 2009 por corrupción: por pagos ilegales a congresistas de otros
partidos con nuestra plata, comprándolos para sus fines políticos; por usar
nuestro dinero para financiar una red y equipos de espionaje contra sus
opositores políticos y periodistas; por usar millones de soles de los peruanos
para corromper medios de comunicación pagando ilegal e inmoralmente para que
los noticieros y periódicos digan lo que Fujimori y sus secuaces querían y no
informen nunca la verdad de los delitos y abusos que cometían.
En 2009 fue condenado por
peculado, que según la Real Academia Española es “hurto de caudales del erario,
cometido por aquel a quien está confiada su administración”, o sea: robo de la
plata del país por quien era responsable de cuidarla. Seis años le dieron
por robo. El propio Alberto Fujimori confesó haberse robado 15 millones de
dólares de las arcas del Perú (que luego dijo que devolvió, já) y por ese robo
recibió 7 años de condena. Y otros 8 años le dieron por peculado otra vez, por
meter mano, hurtar, robarle a las propias Fuerzas Armadas y usar ese dinero
para de manera ilegal e inmoral crear periódicos chicha, populares, y sobornar
a los que ya existían a cambio de solo publicar lo que Fujimori y sus cómplices
querían. Para que enlodaran con mentiras e insultos infames a sus contrincantes
políticos, para demolerlos con trampa y volver a ser Presidente en el 2000, por
3ra vez y contra la Constitución. El mismo Fujimori reconoció algunos de sus
actos de corrupción durante el juicio por peculado, acogiéndose a la conclusión
anticipada. ¿Quién que es inocente hace eso? Nadie. “(En términos concretos lo
que el imputado dijo es ‘sí, soy corrupto, ya no hagamos juicio’)”, explicó
entonces la ex jueza superior Inés Tello.
Ese es el Fujimori ladrón,
abusivo, mentiroso, corruptor, manipulador que Keiko defiende. Esta mujer que
quiere ser Presidenta. Y que es incapaz de exigir que sus tíos acusados de
ladrones por robarse ropa usada que era para donar a los más pobres. La mujer
que quiere ser Presidenta no solo no defendió a su madre cuando hizo la
denuncia de esta perversidad de sus tíos, y denunció el apañamiento de su padre
a estos robos; sino que en silencio y de manera cómplice, Keiko permitió que su
padre torturara, humillara y expectorara a su madre haciéndola ocupar a Keiko
su lugar, cosa que hizo con pérfido gusto. Entonces, Keiko, la corrupción no
“atacó al gobierno” de tu padre como has dicho hace poco, la corrupción era el
gobierno de tu padre. La corrupción era tu padre. Y no permitiremos que
pretendan construir una historia falseada. No permitiremos que los ladrones
como tu padre o apañadores cómplices como tú nos roben la memoria y la verdad.
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