EDITORIAL.
Diario Correo
A estas alturas se ha perdido la cuenta del número
de expresidentes y gobernadores que han tenido problemas con la justicia tras
desempeñar el cargo de modo indebido. Gran parte de ellos fueron “huéspedes” en
prisiones del interior del país.
A estas alturas se ha perdido la cuenta del número de expresidentes y
gobernadores que han tenido problemas con la justicia tras desempeñar el cargo
de modo indebido. Gran parte de ellos fueron “huéspedes” en prisiones del
interior del país.
La larga lista la conforman César Álvarez (Áncash), Wilfredo Oscorima
(Ayacucho), Gerardo Viñas (Tumbes), Gregorio Santos (Cajamarca), Waldo Ríos
(Áncash), Alex Kouri (Callo), Hugo Gonzales (Cusco), José Luis Aguirre Pastor
(Madre de Dios), Yván Vásquez (Loreto), Kléver Meléndez (Pasco) y otros más,
como pasó en esta semana con Félix Salcedo (Pasco) y Jorge Velásquez (Ucayali),
quienes fueron recluidos por tener sentencias judiciales en su contra por
delitos cometidos.
¿Qué pasa con las autoridades de gobiernos regionales?
Es la interrogante que se formula la ciudadanía que eligió a dichas
personas para ocupar un cargo público y expresa su preocupación por el elevado
número de ciudadanos que tras llegar al poder incurrieron en delitos, sobre
todo peculado, colusión en agravio del Estado, malversación y otros de índole
administrativa.
A este número de autoridades regionales que han tenido problemas con la
justicia se suma otra cantidad similar o mayor que sigue desfilando por
juzgados al tener que rendir cuentas de acusaciones que existen en su contra.
La corrupción ha calado tanto en las regiones que obliga a Procuraduría,
Contraloría y Oficinas de Control Interno a tener mayor presencia para detectar
actos ilegales y encaminar procesos para sancionar a las malas autoridades que
cayeron en falta.
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