El escritor colombiano
Gabriel García Márquez, premio Nobel de literatura en 1982, falleció hoy a los
87 años en México DF, confirmaron medios internacionales. Gabo como lo llamaban
sus amigos y sus hermanos- recibió numerosos reconocimientos, además del Nobel,
a lo largo de su carrera, entre los que se destacan: el Premio Dimitrov de
Bulgaria, la Condecoración del Águila Azteca de México y la Orden Félix Varela
de primer grado de Cuba. Asimismo la Universidad de Columbia le otorgó el
doctorado honoris causa y el gobierno francés lo galardonó con la Legión de
Honor.
El Nobel de
Literatura marcó un hito en la historia creativa de América Latina, al crear
con su realismo mágico a Macondo, un pueblo que con sus personajes pasó a formar
parte de una de las obras más leídas en la región y el mundo, Cien años de
Soledad, que retrata la vida de la estirpe Buendía.
El
escritor, novelista, cuentista, guionista y periodista colombiano Gabriel
García Márquez, murió este viernes a los 87 años de edad, luego de un cuadro de
neumonía que lo mantuvo hospitalizado por una semana.
García
Márquez, ganador del premio Nobel de Literatura en el año 1982, nació el 6 de
marzo de 192, en Aracataca, un municipio del departamento bananero de Magdalena
(norte), era hijo de un telegrafista y de la hija de un coronel.
Al
culminar sus estudios secundarios, García Márquez se fue a Bogotá (capital) a
estudiar derecho en la Universidad Nacional de Colombia, para complacer a sus
padres, sin embargo en sus tiempos universitarios, dedicaba especial atención a
la lectura y al descubrimiento de nuevos autores.
Tras el
asesinado de Jorge Eliécer Gaitán fue cerrada la universidad y el Gabo, como
también es conocido, desiste de convertirse en abogado y se centra en el
periodismo. Se traslada a Barranquilla (norte) para trabajar como columnista y
reportero en el periódico El Heraldo.
Posteriormente
fue enviado a París para ser corresponsal extranjero de El Espectador. Estando
en Europa, conformó el círculo de escritores y pensadores que le dieron vida al
conocido “boom latinoamericano” (movimiento literario, político y social que
surgió entre los años 1960 y 1970).
El Gabo
obtiene notoriedad mundial cuando se publica Cien Años de Soledad en junio de
1967. Ésta se convierte en su obra maestra y hace de Latinoamérica la patria
grande del realismo mágico, poniendo en el mapa a un caribe inimaginado en
otras latitudes con la increíble historia de una saga familiar.
Esta
fascinación por el caribe, que le dio la vuelta al mundo con Cien Años de
Soledad, le valió el premio Nobel de Literatura. García Márquez recibió el
premio en Suecia, donde vestido de liqui-liqui tomó la medalla y el diploma que
lo consagraron como un grande de la literatura. En su discurso rompió el
silencio del auditorio para hablar de su Latinoamérica natal "yo sueño que
ahora las estirpes condenadas a Cien Años de Soledad, tengan una segunda oportunidad
sobre la tierra", dijo en esa oportunidad.
El
Coronel no tiene quien le escriba, El amor en tiempos de cólera, El general en
su laberinto entre otras tantas obras, hicieron de García Márquez, una
referencia mundial de la literatura en clave latinoamericana. Recibió -entre
otros- varios reconocimientos como el premio Rómulo Gallegos, la condecoración
Águila Azteca en México, la orden de la legión de honor en París.
El Gabo
siempre defendió su postura política, rechazó el intervencionismo estadounidense
y el capitalismo como forma de Gobierno. Sostuvo amistades que levantaron
polémica, como su entrañable lazo con el Líder de la Revolución Cubana, Fidel
Castro, de quien manifestó su admiración durante años.
Su enfermedad
En 1999
le fue diagnosticado un cáncer linfático. Al respecto el escritor declaró en el
año 2000 en una entrevista al diario El Tiempo de Bogotá lo siguiente:
“Hace más
de un año fui sometido a un tratamiento de tres meses contra un linfoma, y hoy
me sorprendo yo mismo de la enorme lotería que ha sido ese tropiezo en mi vida.
Por el temor de no tener tiempo para terminar los tres tomos de mis memorias y
dos libros de cuentos que tenía a medias, reduje al mínimo las relaciones con
mis amigos, desconecté el teléfono, cancelé los viajes y toda clase de
compromisos pendientes y futuros, y me encerré a escribir todos los días sin
interrupción desde las ocho de la mañana hasta las dos de la tarde. Durante ese
tiempo, ya sin medicinas de ninguna clase, mis relaciones con los médicos se
redujeron a controles anuales y a una dieta sencilla para no pasarme de peso.
Mientras tanto, regresé al periodismo, volví a mi vicio favorito de la música y
me puse al día en mis lecturas atrasadas”.
Sus
quebrantos de salud, lo obligaron a abandonar la vida pública recientemente.
Sin embargo fue visto este 29 de septiembre durante la inauguración de una sala
de juegos en la Ciudad México, donde el Gabo fue el invitado de honor;
acompañado de su familia el escritor se mostró de buen ánimo y conversador.
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