Por: Augusto Álvaro Rodrich Viernes, 18 de abril de 2014 DIARIO LA REPÚBLICA
Gabriel
García Márquez sobre el periodismo
En setiembre de 2008, viví la
experiencia inolvidable de ser invitado por la Fundación para un Nuevo
Periodismo Iberoamericano, que fundó Gabriel García Márquez, para participar,
con él presente durante toda la semana, en un seminario sobre periodismo y en
coincidencia con sus sesenta años de periodista. Ahí, le escuché decir eso de
que “el periodismo es el oficio más bello del mundo”. A continuación, algunas
frases suyas sobre el periodismo:
Aunque se sufra como un perro,
no hay mejor oficio que el periodismo.
La ética debe acompañar siempre
al periodismo, como el zumbido al moscardón.
El periodismo es una pasión
insaciable que sólo puede digerirse y humanizarse por su confrontación
descarnada con la realidad.
Una noticia nunca termina y
nunca está todo contado.
Es más fácil atrapar a un
conejo que a un lector.
La mejor noticia no es siempre
la que se da primero, sino muchas veces la que se da mejor.
En la carrera en la que andan
los periodistas debe haber un minuto de silencio para reflexionar sobre la
enorme responsabilidad que tienen.
Mi ética, en tanto que
escritor, exige la autocrítica de mi trabajo. Gozo, realmente, corrigiéndome.
Cuando uno se aburre
escribiendo, el lector se aburre leyendo.
Para ser periodista hace falta
una base cultural importante, mucha práctica y, también, mucha ética.
El infortunio de las
facultades de Comunicación es que enseñan muchas cosas útiles para el oficio,
pero muy poco del oficio mismo.
El periodismo impreso no
desaparecerá, pero garantizará lectores en la medida que esté bien escrito. Si
no, nos aburrimos nosotros.
Mis padres durmieron
tranquilos desde que les hice saber que en el periódico ganaba bastante para
sobrevivir. No era cierto. El sueldo mensual de aprendiz no me alcanzaba para
una semana.
El periodismo es la profesión
más parecida al boxeo, con la ventaja de que siempre gana la máquina y la
desventaja de no poder tirar la toalla.
El periodismo me ha ayudado a
establecer un estrecho contacto con la vida y me enseñó a escribir. La obra
creativa ha dado valor literario a mis trabajos como periodista.
Los periódicos han priorizado
el equipamiento material e industrial, pero han invertido muy poco en la
formación de los periodistas. La calidad de la noticia se ha perdido por culpa
de la competencia, la rapidez y la magnificación de la primicia.
Los directores del periódico
colocan a los reporteros en la escala de los aprendices, y cuando de veras
aprenden y su lenguaje deja de ser pobre, los asientan a arreglar el mundo en
un escritorio, desde donde es más fácil llegar a ser diputado que escritor.
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