Veintiún
pacientes con leshmaniasis o uta de los 60 registrados hasta la fecha en
Sapillica, aún esperan las ampollas para curar las heridas que cada día avanzan
y carcomen su piel.
Radio
Cutivalú llegó hasta el distrito de Sapillica. Aquí se entrevistó con pacientes
que llevan tres, cinco y hasta siete meses aguantando los síntomas de la uta,
una enfermedad causada por un parásito que provoca heridas en carne viva,
mientras se carcome la piel.
Muchos
de los pacientes no advirtieron a tiempo la enfermedad. Otros, la gran mayoría,
siguen encontrado una negativa cada vez que acuden al centro de salud a pedir
su tratamiento ante esta terrible enfermedad.
Lo
más grave de todo es que esta falta de medicina ha llevado a los pacientes a
aplicarse en sus heridas,algunos antiparasitarios para
animales y hasta ácido muriático.
Es
el caso de don Brígido Arévalo Quinde, un hombre de 66 años, que padece de uta
desde diciembre del año pasado sin que hasta el momento reciba el tratamiento
de aproximadamente 20 ampollas para matar el parásito que carcome su envejecida
piel.
Arévalo
Quinde cuenta que se ha visto obligado a echar ácido muriático a las heridas
que tiene en los tobillos de ambas piernas y que le impiden caminar con
facilidad. Pide a las autoridades atender su problemática.
Similar situación es la que
atraviesa Santos Lima Rivera. Este poblador padece de uta desde hace 7 meses y
admite que desde hace 9 días se aplica un antiparasitario para vacas llamado
IVERNEX.
NIÑAS AFECTADAS
Otro penoso caso ocurre en
el caserío Cabuyal. Dos hermanitas de 5 y 11 años padecen de uta desde hace
buen tiempo. La más pequeña afectada con una herida en el rostro, desde
noviembre del año pasado. La segunda, desde hace un par de meses, contagiada probablemente
por un mosquito transmisor que picó antes a su hermana.
La madre de estas dos
niñas, Adelaida Manchay Cunya, señaló que la pequeña de 5 años sí fue atendida
con el medicamento. Sin embargo, las ampollas se acabaron, y tras ello, las
heridas rebrotaron. Ahora nuevamente recibe tratamiento que espera haga efecto.
Un tercer caso lo
encontramos en la misma ciudad de Sapillica, donde vive Maritza Lizana Java de
42 años, quien desde hace tres meses siente que su vida no es la misma. “No
puedo cocinar, lavar, no puedo atender a mi familia, me quema y arde la
herida”, señala mientras muestra la profunda herida que tiene en su mano debido
al parásito de la uta.
Maritza es una de las
pacientes de Sapillica que han sido consideradas en el lote de ampollas que a
quincena de junio llegó sólo para el tratamiento de 15 personas.
Todos los afectados que dialogaron con Cutivalú,
coincidieron en invocar al gobernador regional, Reynaldo Hilbck, para que
coordine con las autoridades de la Sub región de Salud Luciano Castillo
Colonna, y de la Dirección regional de salud la compra de este medicamento que
debieron recibir del Ministerio de salud, a inicios de año.
“Siempre lo escucho [al gobernador]
decir por la radio que trabaja por una región para todos, qué nos atienda por
favor”, expresó doña Maritza Lizana.
A
LA ESPERA DE LA MEDICINA
Impotente. Así dijo sentirse la jefa
médico del centro de Salud de Sapillica, Andrea Lozada Zapata, quien lamentó no contar con los
medicamentos que 21 pacientes aún esperan recibir.
Informó que, en lo que va del año,
sólo han dado tratamiento a 39 pacientes con uta, en dos grupos. El primero, en
marzo donde atendieron a 24 pacientes. Cuenta que en esta oportunidad la
atención fue rápida debido a que los medicamentos que llegaron, caducaban al
siguiente mes, es decir en abril.
Después de ello, el resto de
pacientes tuvieron que esperar hasta junio, donde es conocimiento solo llegó
tratamiento para 15 pacientes con uta.
Andrea Lozada alertó del riesgo de
que los casos aumenten debido a la transmisión del parásito a través del
mosquito “manta blanca”. Aclaró que las autoridades de Salud conocen de esta
situación, debido a que ellos reportan semanalmente los casos.
A través de una nota de prensa la
Dirección regional de salud de Piura, aseguró que vienen gestionando la
medicina para atender a los pacientes que aún no reciben ningún tipo de
tratamiento.
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