martes, 16 de julio de 2013

Privatizar - Estatizar Terrible disyuntiva


  Por: Ingeniero CIP    Armando Orosco Quiñones   aralorqui@gmail.com                                                                                                                            
Jaime de Althaus y Gonzalo Prialé, dos grandes defensores de la entrega de las riquezas del Perú a capitalistas extranjeros, no importa la forma ni condiciones en que ello se cumpla, se solazaron, hace pocos días,  en una entrevista televisiva. Fue ésta una brillante oportunidad para  anunciar a todos los peruanos los grandes males que caerían sobre el Perú si Petro Perú, tal como no pocos peruanos lo quieren, compra la refinería de la Pampilla y un paquete de grifos que ahora son propiedad de la empresa española REPSOL que está soportando muy graves problemas económicos, a nivel mundial.

Comienzo por precisar que no estoy en desacuerdo con este par de furibundos defensores de la Empresa Privada, me aúno a sus preocupaciones por las muchas incompetencias que a nuestras empresas estatales adornan y de los muchos daños económicos y de otro orden que su funcionamiento ha regalado al Perú, a lo largo de muchos años. Hasta aquí el gran telón de fondo que ellos y bastantes otros que a lo mismo se dedican con gran éxito, usan para dar fuerza a su entreguista propuesta privatista, muy especialmente si las favorecidas son empresas extranjeras y, mejor aún, si éstas pertenecen a muy conocidos círculos de empresas extranjeras ultracorruptas que han logrado formar un verdadero dominio en el Perú

La propuesta privatista es muy simple, todos o, por lo menos, los más importantes esfuerzos de desarrollo que necesita el Perú, en vez de ponerlos en manos de peruanos incapaces y corruptos,  los ponemos en manos de inversionistas extranjeros que, por el solo hecho de no ser peruanos, no son ni incapaces ni corruptos. Así, muy esquemáticamente expuesto, es  de simple y efectista el fundamento para reclamar la entregar del Perú todo, a manos extranjeras

Desgraciadamente, como los hechos irrefutables lo demuestran,  las cosas no son ni tan simples ni tan bonitas como fueron pintadas y siguen siendo pontificadas por estos fanáticos entreguistas del Perú a los grandes empresarios extranjeros. Bajo estas condiciones de entreguismo se han cumplido muchas obras que son verdaderos espantos. Para no aterrar a mis conciudadanos, solo describiré algunas pocas.

Puedo referirme muy brevemente a la Central Hidroeléctrica de Carhuaquero  que fue concursada como una obra que debió costar US$80’000.000. Desgraciadamente, la empresa extranjera que ganó el Concurso, reitero, ganó el Concurso,  ejecutó la obra en plazos bastante más largos que los contratados, pero consiguió que se le pagara US$320’000.000. Pero, como una prueba mayor de la enorme corrupción que aquí reinó, apenas unos meses después de inaugurada y como parte dela fiebre privatista del régimen corrupto de Fujimori, fue privatizada en US$80’000.000. El pueblo peruano fue esquilmado en US$240’000.000, con gran beneplácito de los privatistas de ayer y de hoy.

Aunque  no se trata de la construcción de ninguna obra, me parece muy importante informar como, en los años ’60, vía la compra que la Compañía Peruana de Vapores hizo a una empresa italiana, de los barcos Mantaro y Pachitea, el Perú fue víctima de una estafa del orden de los US$15’000.000. El legítimo derecho que el Estado Peruano tenía de involucrar como cómplice a la empresa italiana vendedora, no fue aprovechado y las reclamaciones, en forma sospechosa e inexplicable, se limitaron a los peruanos en ello comprometidos. Estos esfuerzos en busca de castigo para los culpables y la restitución económica a que legítimo derecho tenía el Estado Peruano, duraron mucho tiempo, sin ningún resultado.

En este estado de las cosas llega la década de los ’90 o de la privatización del Perú. Fue en estos momentos en que, casi a escondidas y muy a la carrera, la Empresa vendedora italiana, cómplice indiscutible de esta estafa, se ve favorecida con un pago, por parte del Estado peruano, del orden de los US$100,000.000. El Ministro de Economía de la época, Jorge Camet, a quien, por encargo del Gobierno fujimorista, le tocó en suerte realizar muchas operaciones de ese mismo corte, lo explicó como la necesidad de crear las condiciones indispensables para conseguir que el Perú lograra el invalorable regalo de ser aceptado como miembro de la comunidad económica de ese momento.

Me adelanto a la crítica que dirá que se trata de dos casos aislados y fuera de toda conexión. Indudablemente que ello es así, por eso, para que todo el Perú compruebe que la Corrupción que tanto se apoya en la privatización, actúa con total coherencia y con envidiable organización y eficiencia, pongo aquí como gran ejemplo el caso del Proyecto Olmos que actualmente sufre un horroroso proceso de destrucción, con la colaboración más eficiente y solícita de autoridades del nivel regional y del nivel nacional.

Un primer asunto por investigar en el Proyecto Olmos, es precisar cómo y por qué los US$77’000.000 que el Estado peruano donó para favorecer al total de la Primera Etapa, fue adjudicada, inexplicablemente, en forma exclusiva y excluyente, a la Fase Trasvase  dejando así en peligroso desamparo a las fases de Generación Hidroeléctrica y de Desarrollo Agrícola que sufren igualmente del problema de obras temporalmente sobrevaluadas que justificaron esta donación. Debo precisar que PROINVERSION, luego de 2 años de Estudio determinó que estas obras tenían un costo total de US$112.000.000, no puede calificarse menos que un despropósito asignar a estas obras un regalo que supera el 70% de su costo. Hay aquí evidentemente un acto colosal de Corrupción que debe ser seriamente investigado.

Otro tema que genera muy graves sospechas es el trabajo de una Comisión Especial cuya presidencia, dada su enorme importancia, fue entregada al  Gerente General  del PEOT, ingeniero Enrique Salazar Torres, y que tenía por misión cumplir el delicado trabajo de garantizar que el precio que se asignara al agua a venderse a los futuros agricultores de Olmos, tuviese una sólida fundamentación técnica. Desgraciadamente y pese a las seguridades que se dieron que la tal Comisión trabajaría con total independencia y gran aislamiento, en forma que solo levanta sospechas inmensas, el valor del agua a que esta Comisión llegó, tuvo una semejanza de casi identidad con el precio demandado por el mal llamado Concesionario, H2Olmos, subsidiaria de Norberto Odebrecht del Brasil. Acontece que son muchos los técnicos peruanos que garantizan que estos precios son injustificadamente altos e impagables para los futuros agricultores de Olmos.

Tan impresionante que ya ha servido de inspiración de temas cómicos, es la actuación infeliz y desastrosa de Fernando Cillóniz Benavides como mandamás y eficiente dispendiador de dineros peruanos, en el proceso de remate de 38,00 hectáreas de tierras de propiedad de la Comunidad Santo Domingo de Olmos de las que delincuencialmente se apropió Odebrecht, vía su subsidiaria H2Olmos.

Comenzaremos por las grandes mentiras en que incurrió este incalificable incapaz mandamás. Resalto informaciones que precisan campañas para la privatización de tierras de Olmos en lugares tan exóticos como Dubai, Kuwait, los emiratos árabes y otros de por allí; no conozco de actos semejantes en Trujillo, Piura, Ferreñafe, Ica y otros del Perú. Como fruto de este complicado y carísimo actuar se nos informó de cientos de grandes capitalistas interesados en tierras de Olmos, no creo exagerar si afirmo que se habló de 800 interesados. La verdad aplastante llegó más tarde. Al primer acto solo llegó una escuálida y muy sospechosa decena de pretendientes que solo adquirieron el 50% del área en remate. Finalmente y luego de nuevos y sucios enjuagues en los niveles nacionales y regionales, que hicieron aún más ilegal y evidentemente corrupto todo el procedimiento, quedaron como imposibles de rematar 10,000 hectáreas de las mejores tierras del mundo y que terminaron, en un acto de caridad, siendo adquiridas por Odebrecht, en otra asquerosa y pestilente demostración de ilegalidad y corrupción.

Pero aquí son necesarias algunas precisiones. Acontece que en cualquier lugar de la costa del Perú hay muchos interesados que de hecho y casi a jalones, compran tierras de cultivo que muy difícilmente igualan a las de Olmos, a US$20 y 30,000 la hectárea. Las vendidas y no vendidas de Olmos se ofrecieron a US$4,500, más o menos el 12% de esas de menor calidad. Qué pasó aquí?, se trata únicamente de acciones de insuperable incapacidad o también hay aquí graves hechos de corrupción?. Yo, en un acto de caridad que reclamo sea adecuadamente interpretado y agradecido, me limito en afirmar que  Fernando Cillóniz Benavides ha demostrado aquí ser un perfecto incapaz y … punto.

Pero Olmos es un cajón sin fondo que ofrece muchas muestras de lo que es y cómo funciona la corrupción en el Perú. Por ello reclamo para que se deslinde cómo es que en la actualidad el Estado peruano se está comprometiendo a pagos del orden de los US$800.000.000 que se generan de una deuda inicial que PROINVERSION fijó enfática y reiteradamente en US$35’000.000 y que, incluidos intereses, gastos, seguros y todo lo demás, no puede, de ninguna manera, transformarse en una deuda mayor de unos US$65’000.000.

Meterse en el tema de lo que incorrecta y corruptamente se ha dado en llamar daños por explosiones en la perforación del Túnel Trasandino, es otro sitio donde solo puede encontrarse con olores fétidos insoportables. Aquí, Odebrecht que debería ser fuertemente penalizado por un injustificado retraso, reclama daños y perjuicios que solo ella y las autoridades de la Región Lambayeque justifican, del orden de US$81’000.000. Debo precisar que el contrato sobrevaluado dio a esta obra un valor del orden de los US$65’000.000. Una obra semejante, en esos mismos momentos, en Europa, no llegaba a un valor del orden de los US$35’000.000

Dicho todo lo aquí escrito, me toca precisar que no soy ni pontífice ni detractor, ni de la privatización ni de la estatización. No dudo que se trata de dos formas de hacer obra pública que pueden y deben convivir porque cada una de ellas tiene características propias que las hacen mejor calificadas para específicos tipos de obras. El problema está en lo que definitivamente es el gran problema del Perú. : la CORRUPCIóN. Aquí está la madre del cordero, porque no dudo que contamos con los técnicos que para cualquier caso requerimos o los podemos conseguirlos en el extranjero, en los pocos casos que ello resultare necesario.

Pero, como muy esquemáticamente vengo de explicar, todo ello se hace negativo cuando las acciones que requiere el desarrollo del Perú se ven, como indudablemente ahora están, sometidas a condiciones de dura y grande corrupción que hacen, por igual, tanto de la privatización como de la estatización, acciones absolutamente negativas para el desarrollo. Creo que aquí debemos ver, como corolario de mi esfuerzo de analista de la vida política del Perú, que la disyuntiva no es Privatizar o Estatizar, la gran acción, sin ninguna disyuntiva,  a que inapelablemente la Patria y el futuro de nuestros hijos nos llama, es luchar indesmayablemente contra la CORRUPCIóN que fatalmente domina todo el panorama político del Perú de hoy.

Chiclayo,  2013.   997161705 

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