Por: Aleida Dávila Montes TIRIOS Y
TROYANOS COLUMNA DE DIRECTORA DEL DIARIO EL
CAJACHO
Quizás esta columna genere
resquemores y malestares mal entendidos. No podemos resistirnos a escribir
estas líneas, con la libertad que nos da nuestra independencia periodística, a
pesar que algunos no lo crean. Para ello no es necesario recurrir a los insultos.
Ayer nos llamó un veterano proveedor
de Yanacocha. Solicitó conversar para brindarnos información sobre un hecho
delicado. "Yo creo en las inversiones y en la minería" nos dijo para
romper el hielo. Acto seguido comenzó a narrarnos sobre el servicio que le
presta a la minera.
Hasta allí todo bien. Sin embargo,
su rostro fue cambiando poco a poco cuando comenzó a comentarnos que para ser
un pequeño empresario comunal o proveedor de Yanacocha hay que sortear malos
manejos, oscuros intereses y romper una argolla (bien constituída) de algunos
malos funcionarios.
"Señorita para acceder a ser
proveedor hay que entregar sobres cerrados. Existen personas que controlan a
quién, y a quienes hay que contratar como proveedores. Eso lo sabe todo el
mundo". Lo que me narraba no era un tema que ocurre en México, donde
existe la famosa "mordida", me contaba de lo que se vive en
Cajamarca.
Cada palabra las decía con mucho
sentimiento, además de conocer todos los pasos que siguen los proveedores
locales para brindar servicios a las mineras. Su frase final fue más
concluyente: "Señorita esta es una de las razones por la que la gente no
le guarda confianza a la empresa. Todos saben que existen malos funcionarios,
inescrupulosos que tienen una tarifa que exigen para acceder a ser proveedor.
En algunos casos se entregan sobres cerrados. Yo creo en la minería, pero hoy
hablo por muchos".
Termina la conversación y nuestro
amigo proveedor –quien insistió en declararse un decidido partidario de las
inversiones y la minería- coge su maletín y se retira. Duda al retirarse,
probablemente piensa que su conversación la archivaremos. Nada de eso. Por el
contrario nos deja un sin sabor, esa sensación de hablar en voz alta, sin
medias tintas, exigiendo transparencia y justicia. Esto tiene que acabar.
Claro que tiene que acabar. Si
Yanacocha o cualquier otra similar quiere hacer empresa en Cajamarca debe
comenzar respetando el valor de la persona, no haciendo negocios debajo de la
mesa, no permitiendo que algunos malos funcionarios sigan con esas viejas
mañas, no permitiendo la política de sobres cerrados. Tiene que acabar.
Antes de culminar esta columna nos
acordamos lo que hace unos días expresó el Presidente Humala "si es
necesario hacer cambios en la empresa hay que hacerlos". Hoy más que nunca
es necesario hacer una autocrítica, la población de Cajamarca sabrá
reconocerla.
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