En los años 2003-2004 los representantes de
Perú LNG en sus presentaciones ante la Comisión de Energía y Minas del Congreso
de la República exponían con entusiasmo las bondades del proyecto de
exportación del gas natural, a partir del lote 56 (Pagoreni). Entonces se proyectaban precios del marcador Henry
Hub vigentes para el mercado norteamericano (EE UU y México) de 10 a 12 dólares
por millón de BTU, unidad de calor que por usos y costumbres sirve de unidad de
medida en el mercado del gas.
Pero ahora enfrentamos una situación grave,
pues desde la crisis financiera internacional del 2008 al presente, los precios
del gas natural en dicho mercado se han derrumbado, bordeando actualmente los
2.20 dólares por millón de BTU. Este problema se agravará con la recesión de la
economía norteamericana, y significará menores regalías pagadas para el país
con el cumplimiento del contrato de exportación del consorcio Perú LNG hacia
México por más de 520 millones de pies cúbicos diarios.
Si se tiene presente que el precio del
marcador Henry Hub tenía un valor de 14 dólares en julio de 2008, es decir,
meses antes de que se dispare la crisis en setiembre de 2008, resulta evidente
que las empresas busquen los mercados más atractivos y rentables, de allí que,
iniciado el proyecto de exportación del lote 56 a mediados de 2010, el
abastecimiento de otros mercados como España, Japón, China, Corea del Sur,
Singapur sea una necesidad para las empresas comprometidas en el proyecto de
exportación Perú LNG, que están lideradas por la transnacional española Repsol.
En especial destaca el mercado japonés, que,
urgido por la reconstrucción económica después del terremoto, abona precios
extraordinarios por el gas natural, pagando hasta 17 dólares por millón de BTU,
al igual que Corea del Sur, donde uno de los socios del Consorcio Camisea, SK,
abastece el más grande complejo petroquímico de dicho país cuyos productos
satisfacen el mercado de China. Esta dinámica pudo constatarla el presidente de
la República, Ollanta Humala Tasso, en su último viaje a Asia.
De allí, la importancia del rol regulador y
vigilante que debiera tener Perupetro en los precios finales del gas natural
exportado, pues es a partir de dichos precios que se liquidan las facturas en
el puerto de destino final, y se determina un precio referencial en una fórmula
especial para fijar las regalías que financian juntamente con los líquidos y
gas natural del lote 88, en parte el canon gasífero para el Cusco, y el Fondo
de Desarrollo Económico de Camisea (Focam) para los departamentos de Ayacucho,
Huancavelica, Ica, región Lima y Ucayali, más el Fondo de Defensa para las
Fuerzas Armadas del Perú.
Las reservas del lote 88 destinadas al
mercado interno y las del lote 56 para la exportación, a pesar de sus
anormalidades y perversiones legales originales (pactadas antes del actual
gobierno) en el referido contrato, estimularía la inversión de riesgo en los
demás lotes colindantes, además de sus efectos positivos en la balanza de
pagos, exportaciones, ingresos fiscales, producción de líquidos y gas licuado
de petróleo, ingresos regionales (canon gasífero y Focam), más su impacto en el
PBI y empleo. Siempre asumimos que con la exportación del gas natural se
estimularía la monetización y puesta en valor de las importantes reservas de
hidrocarburos, que en la forma de gas natural y condensados yacen en el
subsuelo, en el llamado "Gran Camisea".
Si bien no se descubren importantes reservas
de petróleo crudo, existe un gran potencial gasífero que sería equiparable al
de Bolivia. En el país altiplánico las reservas probadas desde 2005 llegan a 25
trillones de pies cúbicos (TCF), y en Perú bordeamos los 15 trillones con
tendencia al incremento si se fomenta la inversión exploratoria con energía. Por
la importancia de los montos de inversión comprometidos en el proyecto de
exportación que superaban los 4,000 millones de dólares, se fortalece el
círculo virtuoso y la monetización de las reservas existentes en el Gran
Camisea.
Es decir, asumiendo el principio de la
existencia de un gran potencial gasífero alrededor del Gran Camisea (lotes 88,
56, 57, 58, 76, Fitzcarrald, etc.) el proyecto exportador ha tenido y tiene un
efecto dinámico para convertir las reservas posibles y probables en reservas
probadas, gracias a una agresiva actividad exploratoria.
Según información de Perúpetro, existiría un
potencial de 39 trillones de pies cúbicos (TCF) en la cuenca de Camisea, que
tendrían que ser monetizados con el debido respeto ambiental y social para el
cambio de la matriz energética, la masificación del gas natural y el desarrollo
de la petroquímica en el sur del país. Es más, Petroperú debiera acceder al lote
Fitzcarrald, tal como lo ha solicitado a Perupetro hace más de dos meses,
yacimiento que tendría importantes reservas de gas natural para justificar su
participación en el Gasoducto Andino del Sur.
Fecha:13/07/2012
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