Sueldo, saldo y lucro
Primera entrega
Por Patricio Ortega y
Luisa García
La cola es larguísima. Usted está a muchos
años de la jubilación, pero lo que ve y siente le parece una premonición de
pesadilla. Transpira, le duelen los pies, la garganta seca, el estómago vacío,
pero la cola no avanza. Usted es uno de los miles que en las últimas dos
semanas desbordaron las escasas oficinas de atención de las AFP.
Enojado y sediento,
usted no termina de entender porqué debe perder esas largas horas de la vida
para un trámite que le parece absurdo. Usted no es un experto en sistemas
previsionales, pero no le gusta entregarse a lo que no alcanza a comprender.
Lo que usted sabe es que
su AFP –cuyo letrero se ve a lo lejos– le cobra un tanto por ciento de su
sueldo cada mes, y a cambio le promete una jubilación cuando llegue a los 65
años. Pero no entiende qué es eso de cambiar
del descuento de sueldo al descuento de saldo. Claro, usted es
peruano y ya sabe cómo se disimula la yuca tras frases inocuas.
Pero, ya que tiene
tiempo, sigue pensando, y las dudas lo van embargando. ¿Qué tipo de comisión le
conviene, la vieja, por sueldo, o la nueva, por saldo?
Sueldo o saldo ¿acaso
alguien se lo ha explicado?
Aquí lo hacemos. Y de
paso, le daremos más información sobre esa entidad, la AFP, que lo tiene parado
en la cola, pero que no demora en recabar mes a mes el porcentaje del dinero
que usted gana, para garantizarle una jubilación.
¿Cuán bien administran
su dinero las AFP? ¿Cuán razonable es lo que le cobran por hacerlo? ¿Cómo
compara eso con los costos en otros países? ¿Cuán buena va a ser su jubilación?
Y finalmente, ¿sueldo o saldo?
Lo que puede decirse es
que la deficiencia de la campaña de información para explicar a la gente la
diferencia en los sistemas de cobro de comisiones, fue escandalosa. ¿Quién es
el culpable de esa negligencia, la SBS (superitendencia de banca, seguros y
AFP) o las propias AFP?
Como era de esperar, se
tiran la pelota entre sí. Nosotros, sin grandes posibilidades de error, podemos
suponer que los dos están en falta. Aunque el hecho es que usted es cliente de
las AFP, le paga a ellas y no a la SBS, que es regulatoria.
La disputa llevó a que
algunos congresistas pidieran la cabeza del ministro de Economía, Luis
Castilla, o la del superintendente de la SBS, Daniel Schydlowsky. Otros
acusaban a las AFP de informar mal a propósito para que la reforma no tenga
éxito, pues aparentemente no les conviene. Eso afirmó, por ejemplo, la SBS.
Daniel Schydlowsky, superintendente de la SBS. (Foto: Diario la Tercera de Chile) |
Las AFP, mientras tanto,
fueron las primeras en pedir una prórroga del plazo para que los afiliados
puedan quedarse bajo el viejo régimen de cobro de comisiones por sueldo. Para
ellas, la fórmula es: a más plazo, menos cambio de sueldo a saldo.
Bueno, ¿y cuál es mejor?
Ventajas y desventajas
La nueva modalidad de
cobro de comisiones – la de saldo– coloca al afiliado y a las AFP bajo las
mismas reglas de juego. Bajo
el antiguo esquema de sueldo, como la comisión se calculaba sobre el ingreso
del afiliado, si el fondo tenía pérdidas no perjudicaba a la AFP que seguiría
cobrando de todos modos, mes a mes.
Por eso el Gobierno
aplicó el nuevo sistema de
la comisión por saldo, para que la AFP y el afiliado estén en el mismo barco:
si pierde uno, pierde el otro.
Bajo el sistema de
saldo, la comisión se cobra en un porcentaje anual del fondo acumulado por cada
uno de los afiliados. De este modo, si debido a malos negocios el fondo se
reduce, las AFP cobrarán menos. En cambio, si la rentabilidad es elevada las
AFP tendrán mayores ingresos por comisiones.
Pero la modificación de
la ley estableció que, para
calcular la comisión por saldo, las AFP no podrán tocar los fondos acumulados
por los afiliados hasta la fecha. Sólo se podrá cobrar por el
dinero que generen los afiliados a partir de la entrada en vigencia de la nueva
modalidad de cobro.
Para no perjudicar a las
AFP nació la idea de un híbrido. Se llama comisión mixta y es la que lo tiene a
usted haciendo cola. Es una transición entre la comisión por flujo, o sueldo; y
la comisión por saldo, calculada a partir del fondo de cada afiliado.
Al empezar, la comisión
mixta representa muy pocos cambios: el
90% la compone la comisión por sueldo, y 10% la comisión por saldo. La relación
cambiará paulatinamente, hasta que dentro de diez años será enteramente una
comisión sobre el saldo del fondo acumulado.
Así son las cosas.
Ahora, ¿cuál de los dos sistemas es mejor para usted?
Si uno revisa las
recomendaciones de los economistas, concluirá de inmediato que la economía es
cualquier cosa menos una ciencia exacta.
Por ejemplo, el
economista de la Universidad del Pacífico, Jorge Gonzales Izquierdo, fue uno de
los críticos del mecanismo de saldo. Según él, porque al cobrarse del fondo que
el afiliado reúne para su futura jubilación, “reduce,
en términos relativos, la pensión futura”.
Jorge Gonzales Izquierdo |
La diferencia, entonces,
se produce al momento en que el afiliado paga la comisión. Si lo hace con su
fondo, el impacto se producirá cuando esté jubilado, y si lo hace con su
sueldo, lo notará mientras sea un trabajador activo.
“Yo prefiero que me
bajes el consumo hoy, porque trabajo, a que me lo bajes mañana, cuando ya estoy
viejo”,
opinó el especialista.
El superintendente de la
SBS, Daniel Schydlowsky, tiene la visión opuesta.
“Hoy día [con la comisión por
sueldo, o flujo] tú no sabes
cuánto te rinde tu AFP”, señaló Schydlowsky a IDL-R.
“En este sistema
prepagas, hasta el día de tu jubilación, por la administración de tu aporte
mensual, lo que hace imposible que sepas el costo neto del servicio. [El nuevo mecanismo
representa] Ciertamente un
cambio positivo que mostrará sus resultados en el largo plazo”,
añadió.
Pero el hecho de pagar a
las AFP con el saldo trae aparejado otro problema, acaso más grave: ¿qué pasa
cuando el afiliado no está trabajando?
En una economía
informal, como la nuestra, en la que son pocos los afiliados que tienen la
dicha de aportar a su fondo durante toda la etapa laboral, bajo el nuevo
esquema las AFP seguirían cobrando sus comisiones, porque se descuentan del
fondo acumulado.
Ahora, como el cobro se
efectúa sobre el fondo acumulado, no importa que un afiliado no aporte, pagará
de todos modos.
Pero lo fundamental es
tener claro lo siguiente: el
viejo modo de cobrar las comisiones no existirá más, salvo para quienes están
en él y quieren quedarse. Ninguno de los nuevos afiliados podrá acogerse a él. Por
lo tanto, a mediano plazo, la inmensa mayoría, sino todos los afiliados a las
AFP estarán bajo el sistema de saldo.
El punto a favor de la
comisión por saldo es que con ella, el afiliado pasa a un régimen en el que
paga por servicio prestado –a diferencia del antiguo pago por adelantado-, y
así puede conocer el costo neto del servicio: rentabilidad del fondo menos la
comisión cobrada.
Además, el nuevo sistema
incentiva a las AFP a lograr mejores rendimientos financieros, porque su
ganancia dependerá directamente de ello.
El objetivo es que la
gente empiece a elegir su AFP en función al indicador de rentabilidad menos
comisión, y no por los regalos de los promotores. Entonces se podrá hablar de
una competencia por calidad de servicio y no por publicidad.
Otro hecho importante,
que usted en la cola debe tener presente, es que hasta hoy nuestro país tuvo, en promedio,
las comisiones más caras de Latinoamérica. Y es probable que
las siga teniendo mientras en lugar de un mercado competitivo haya uno
concentrado y oligopólico.
Competencia
La regla es simple, como
sucedería en cualquier mercado: cuanto más compitan las administradoras por
adquirir afiliados, la probabilidad de que las comisiones bajen es mayor. Pero
eso no ha ocurrido. ¿Por qué?
La Asociación de
Administradoras de Fondos de Pensión (AAFP) nos dio su particular versión. “Lo que pasa es que es un negocio caro
porque hay pocos afiliados”, sostuvo el gerente general de la AAFP,
Fernando Muñoz-Najar.
Fernando Muñoz Najar, gerente general de la AAFP |
Pero esa afirmación no
es correcta. Para comprobarlo basta analizar el ROE o rentabilidad financiera
de las AFP, uno de los indicadores económicos más determinantes para una
empresa.
El ROE señala la
rentabilidad obtenida por una empresa en relación a su capital. Si el capital
de una empresa es de 100 y se tiene una ganancia de 5, entonces el ROE es el
5%. Mientras más alto el ROE, más rentable es una empresa.
Según la Escuela de
Gestión y Economía Gerens, en el 2011, las
500 empresas con mayores ingresos del país tuvieron, en promedio, un ROE del
24%. Las AFP tuvieron un en promedio del 25,6% en el 2011, y del 28,4% en el
2012, según la SBS.
“Lo que ellos dicen es:
‘nuestras comisiones son altas porque los costos son muy altos’, pero si los
costos fueran tan altos, en realidad la rentabilidad sería del 10%”, y no es
así, indicó Jorge Rojas, doctor en Economía por la Universidad de Illinois.
El asombro crece cuando se comparan estos resultados con
el negocio por excelencia de los grupos financieros: los bancos. En el caso de
Holding Continental su AFP, Horizonte, tuvo un ROE de 43% en el 2012, frente a
un 33,08% del BBVA Banco Continental. Para Scotia Peru Holdings, la situación
no fue muy diferente: Profuturo AFP obtuvo un ROE de 28,72%; y Scotiabank,
19,22%.
En el caso de Credicorp,
de los Romero, entre su banco y su AFP las cosas fueron más parejas: 22,41% para el BCP y 21,36% para Prima
AFP.
En promedio, las tres
AFP vinculadas a un banco tuvieron un ROE de 31%, frente a un 24, 9% de los
bancos con los que comparten el mismo grupo financiero.
Profuturo AFP, del grupo Scotiabank. (Foto: IDL-Reporteros) |
No baja porque
curiosamente en nuestro Sistema Privado de Pensiones (SPP) nunca se cumplió
esta regla. Por más rentabilidad sobre patrimonio que se reportó, ningún grupo
económico se atrevió, antes de la reforma, a competir en el mercado oligopólico
de las cuatro AFP.
Ese es un punto a favor
de la nueva ley: que permitió el ingreso de la AFP Hábitat, ganadora de la
licitación de diciembre.
Cuestión de historia
El efecto de la falta de
competencia y su relación con el valor de las comisiones puede medirse en
relación a la diferencia entre las comisiones máxima y mínima de las AFP.
Solo cuando la
competencia es efectiva, este margen se extiende significativamente. Y, en
nuestro sistema privado de pensiones, esto solo sucedió dos veces antes de la
licitación, síntoma de dos momentos en los que hubo competencia.
Uno fue en julio de
2005. Horizonte, Integra, ProFuturo y Unión Vida aún coexistían apaciblemente.
La diferencia entre la mayor comisión y la menor comisión era de 0,35 puntos
porcentuales. Pero, en agosto de 2005, un mes después de la entrada de Prima,
la diferencia se amplió a 0.95.
Este escenario mejorado
duró muy poco. En diciembre de 2008, Prima AFP pasó de cobrar 1,5% a 1,75% de
comisión sobre el sueldo, y la diferencia se redujo.
El segundo momento fue
en setiembre último. El Estado puso a competir a las cuatro AFP por la
adjudicación de los nuevos afiliados que entren al sistema hasta diciembre. La
consigna fue “a la AFP que a
esa fecha esté cobrando la menor comisión se le va a asignar el beneficio de
los nuevos afiliados”, precisó el congresista Jaime Delgado, uno de
los padres de la reforma.
Jaime Delgado, congresista de Gana Perú. (Foto: Agencia Andina). |
La diferencia, entonces,
entre la comisión máxima y mínima pasó de 0.39 a 0.5 puntos porcentuales.
Aldo Fuertes, consultor
de la Universidad ESAN, explicó que en un mercado concentrado pero con presión
competitiva, los participantes renuncian a ganar más a partir de precios
elevados, y buscan utilizar su volumen para disminuir el costo de
administración. Pero, por el contrario, en un mercado concentrado y sin presión
competitiva, lo más fácil sería optar por elevar los precios y, así también,
las ganancias.
Es el caso de las AFP,
que luego de cortos períodos competitivos, subieron el monto de las comisiones
discrecionalmente.
Toda la evidencia
demuestra que si no hay competencia, y el mercado, como veremos, es dominado
por el oligopolio financiero que controla también los bancos y los seguros,
poco importará cuál sea el esquema de comisiones, pues estas seguirán siendo
altas.
La misión de la SBS y de
las autoridades gubernamentales será, entonces, forzar a los grupos dominantes
dueños de las AFP, a competir entre sí.
A
juzgar por el avance de la cola en las que usted sufre y reniega, eso va a
tomar su tiempo, en el mejor de los casos
No hay comentarios:
Publicar un comentario