César Delgado Herencia
Los maestros y
sindicatos peruanos de centros públicos han asistido –y asisten- desde hace
cuatro décadas a una campaña de demolición de la educación pública para
desembocar en “ventana de oportunidades” de mercado ([1]), que hoy maneja
presupuestos ejecutados públicos y privados que rebasan los 10,000 millones de
dólares anuales. Campaña basada en cuentos, mitos y leyendas sobre la Escuela
Pública y con algunas observaciones de baja calidad de instituciones privadas,
que se extiende no sólo a sus efectos visibles sino que como bloque histórico,
actúan en conjunción autoridades, políticos, educacionistas, empresarios que
con la fachada de “mejorar los aprendizajes de los niños” están destruyendo la
naturaleza de la educación pública tal como emergió y todavía se mantiene en
algunos países de la vieja Europa. Como sostiene el periodista
David Brooks de
La Jornada “…buscan
imponer un modelo empresarial para evaluar a profesores y escuelas, debilitar
los sindicatos del magisterio y privatizar uno de los últimos sectores
públicos, que ahora es visto como un ámbito con enorme potencial para los
negocios. Todo en nombre, como dice su publicidad, del bienestar de los niños…”
([2])
El magisterio que trabaja en la
Escuela pública ha pasado de ser reconocido y respetado por la comunidad
nacional y familiar a ser los responsables de todos los males educativos así
como por extensión de los males sociales de este país; no hay problema social
que no se “resuelva” incorporando al currículo escolar esas intenciones, sea
porque no vamos al mundial de fútbol, o por la alta siniestralidad en las
carreteras, o porque un entrevistado no sabe dónde nació San Martín, o porque
los egresados de la educación básica no saben meter un clavo, etc., etc.
La sostenida campaña
mediática financiada directa e indirectamente por grupos de presión nacionales
–con intereses diversificados en el mercado desde financieros hasta mineros-
aceptada por el funcionariado de primer y segundo nivel (quienes fijan
políticas, objetivos y estrategias nacionales/regionales) así como,
instrumentando mediciones internacionales estandarizadas, busca consolidar un
modelo empresarial asentado en la “evaluación” de profesores, instituciones
escolares, con ello lograr debilitar sindicatos y su intento final, avanzar en
privatizar esta etapa de educación básica que como vemos tiene enorme
“potencial” para los negocios. El poder mediático del empresariado peruano en
la educación está ganado esta discusión porque con ese enorme peso
comunicacional (diarios impresos, radios, televisión, web) está logrado definir
los términos del problema, sin mayor respuesta y a tiempo por parte del
profesorado.
Para esa finalidad la derecha
nacional tiene situación de dominio de todo el proceso educativo de la
educación básica, desde la formación inicial de docentes hasta su desempeño en
aulas, pasando por materiales educativos, conocimiento e investigación por
agencias externas, estudios para reformas, manejo de datos e información, ha
creado aquellas condiciones de incalidad de la Escuela Pública, direccionada a
posesionar en la mente de los padres de familia el mito de la educación
privada.
Resulta interesante que
intelectuales orgánicos implementadores del modelo de gestión empresarial
–Bernardo Toro fue un tiempo especialista del Banco Mundial- como Diane Ravitch, ex
secretaria asistente de Educación de Estados Unidos en el Gobierno Republicano
de G. Bush, profesora en la Universidad de Nueva York, ahora crítica del modelo
empresarial, escriba: “…las escuelas públicas de la nación y los profesores que trabajan en
ellas han sido sujetos de un asalto sin fin (...) un esfuerzo amplio y bien
financiado para sustituir las escuelas públicas con administración privada
(...) y para responsabilizar a los maestros de los males de la sociedad… “ (…) “… Por primera vez en nuestra historia
hay un esfuerzo concertado, encabezado por gente poderosa, para minar la
mera idea de escuelas públicas y desprofesionalizar
a aquellos que trabajan en este sector…”. ([3]) Subrayado mío.
Para los peruanos esos intentos tuvieron una expresión en la década de
1990 con el experimento frustrado de Alberto Fujimori, apoyado por el Banco
Mundial y otras agencias multilaterales, en los derogados Decretos Leyes 26011,
26013 de 1993 para importar el modelo educativo empresarial chileno, basado en
ideas del economista Milton Friedman uno de los publicistas del modelo neo
liberal del Consenso de Washington de menos Estado y más sociedad, en lo que
entienden por sociedad estos economistas. Como vemos por la cita de Trathemberg
sólo se cambió de estrategia dado que la finalidad sigue siendo la misma “…En ese momento –cuando el capital privado sea
hegemónico en la educación básica- todo el debate sobre la calidad
de la educación pública y la carrera magisterial cambiará totalmente de
contenido…”.
Los que hoy escriben y se
sorprenden con esos datos fueron beneficiados desde las empresas dedicadas a
sistemas de cómputo, acopio de datos, así como preparación, ejecución de
pruebas de la evaluación para la reforma docente, servicios de capacitación
general y especializada, evaluaciones de soporte, diseño de materiales
educativos, rehabilitación de infraestructura, equipamiento tecnológico, que
implicaban esas “reformas educativas” de la década anterior. Funcionando en organismos
asesores nacionales o extranjeros para el mismo fin. Miles de millones de soles
de las arcas públicas se trasladan en contratos de todo tipo para promover esos
“cambios” (que explican el aumento de presupuesto en el oncenio a pesar de la
baja demanda pública en la década comentada, sin descuidar la reducción de la
carga docente pública a un promedio de 15 estudiantes por aula).
La clave del éxito de la campaña de
demolición de la educación pública con la fachada del “bienestar de los niños y
niñas pobres” es el trabajo de propaganda en Internet, Televisión, Radio,
Prensa, los grupos políticos –recordemos cómo fue tratado el tema educativo en
los planes de gobierno de los candidatos a la presidencia 2010, los espacios
para el “primer problema de desarrollo nacional”, etc.-, así como un conjunto
de ONG, asociaciones civiles, iglesias dedicadas a esas reformas de la
educación. Un aparte son las organizaciones empresariales, financieras, que de
forma directa o indirecta han contribuido a que las oportunidades de la mina de
oro de la educación pública sean las actuales.
Esas
organizaciones, como sus intelectuales orgánicos, se encargaron en un gran
esfuerzo desde fuera del sector educativo -contando con sus estadías como
asesores, consultores- o funcionarios desde la administración de la educación-,
construir el andamiaje necesario para la ventana de oportunidades de la escuela
pública. Hoy los sindicatos magisteriales, los profesores y las instituciones
educativas son los chivos expiatorios en una sociedad que fracasa en la
formación integral de los estudiantes públicos.
La argumentación para la presencia del modelo
empresarial en la escuela pública se basa en los exámenes estandarizados PISA ([4]), o de
la UMC, empleados no sólo para diagnosticar el desempeño de estudiantes, sino
medir efectividad y el valor agregado de los profesores a la formación de los
alumnos. De este modo “justifican” la presencia del afán de lucro. Mucho dinero
no gastado eficientemente y pruebas estandarizadas en competencias
instrumentales de cálculo y comprensión que tienen ocultas la decisión de
afectar la enseñanza, obligándolo a que los profesores –que mayormente no
estiman su propio trabajo como veíamos en la pregunta de Toro- ignoren o dejen
otras áreas curriculares como arte, ciencias sociales, filosofía, cultura que
son precisamente las formadoras de identidad nacional y sentimiento de
pertinencia ciudadana. El eje del modelo pedagógico empresarial daña el plan de
estudios oficial de los DCN, dado que priorizan esas habilidades, limitando
otras opciones y reduciendo la educación escolar a una preparación para
exámenes, a una academia de preparación y supuestamente para premiar al más
capaz que se ha esforzado y por esto es mejor estudiante. Ejemplos de estas
actividades están en los apoyos por la educación de las empresas financieras,
comunicación, mineras, industriales; así como organizaciones empresariales
representativas.
No podríamos imaginar que los políticos que apoyan el modelo empresarial
educativo le digan a sus hijos nos
gustaría llevarlos al concierto, a clases de violín, al equipo de natación, al
ballet, al club de ajedrez pero sólo lo haremos si comprobamos que eso elevará
sus calificaciones en los exámenes’. El profesor William Ayers ([5]), dice “…Eso es una locura, ningún padre privilegiado diría tal cosa; entonces,
¿por qué se lo decimos a un niño afro estadunidense en Brooklyn? Es un insulto
y lo más lejos de la democracia. Por eso, esa reducción del currículum, eso de
deshacerse de las artes, de educación física, todo eso tendrá consecuencias
desastrosas a largo plazo si uno desea vivir en una sociedad humanizada y
democrática…”.
Ese anarquismo individualista que se inicia
con Max Stirner en el siglo XIX, que ahora domina la “nueva derecha”
norteamericana y su rebote en una sociedad civil peruana anglófila, busca la
reducción del papel del Estado a favor del libre mercado, asignador de la
riqueza cuya filosofía de base es la creencia que es el capital privado el gran
creador de la riqueza y no el trabajo humano de trabajadores en largas
jornadas. Esta es la concepción que está en la base del modelo empresarial
educativo y que tiene condiciones para expandirse en la educación básica, como
ayer lo hizo con la educación superior, que representa más del 60& de la
matrícula de los peruanos que persiguen una profesión de mediano o largo plazo.
Interesa comprender que la propuesta del
modelo empresarial no lo sostiene investigaciones, estudios –así como sucedió
en la década anterior con los aludidos decretos leyes-. Como es otro producto
importado por los bazares académicos de la derecha, el modelo está compuesto de
“resultados” de pruebas estandarizadas, centramiento en el docente de ser causa
de esos resultados, anti sindicalismo puro que no permite por sus huelgas y
paros las horas de exposición pedagógica. El modelo es puesto en realidad sólo
por la decisión política del momento, de arriba hacia abajo, lo observamos en las
leyes magisteriales recientes. El dato objetivo es la baja calidad de la
educación pública, su solución en esa mentalidad es administrativa –tal como ya
precisaba José Carlos Mariátegui en sus 7 Ensayos hace casi cien años-.
Según los mentores del modelo el tema no es
de aprendizajes sino de enseñanza, el maestro está politizado y se dedica a
otra cosa, no a desarrollar aprendizajes en sus estudiantes. Sin embargo,
además de lo escrito sobre el dominio en todos los procesos de formación
inicial de maestros que tiene los mentores del modelo empresarial,
investigaciones actuales indican que la calidad del profesor es un factor que
representa cuando más el quinto (20%) en la mejoría de los aprendizajes de los
alumnos de la Básica, el 80% para un buen desarrollo académico, son los
factores no escolares, la pobreza y la distribución de recursos en la escuela
pública son mucho más importantes para la calidad de la educación pública.
¿Será esperanza la educación privada para superar esta situación, considerando
que su plantilla docente está integrada mayoritariamente por los mismos
docentes que laboran en la Escuela pública?
La aludida profesora de la Universidad de Nueva York, respecto al empuje
que tiene en su país el modelo empresarial en la educación agrega que “…la historia no será bondadosa con quienes atacaron a maestros,
buscaron despedirlos basados en medidas inexactas y trabajaron fervorosamente
para reducir el estatus y la compensación de los profesores. (…) No admirará el
esfuerzo de insertar valores empresariales al trabajo de educar niños y forjar
sus mentes, sus sueños y su carácter. No disculpará a aquellos que olvidaron
los propósitos cívicos y democráticos de nuestras escuelas (...) ni hablará
bien de aquellos que pusieron la búsqueda de ganancias sobre las necesidades de
los niños…”
A MODO DE CIERRE
Empezamos el artículo haciendo mención a la pregunta del experto
colombiano. Hemos hecho preguntas derivadas ¿debe haber educación privada en
educación básica? ¿Será esperanza la educación
privada para superar la incalidad de la educación nacional? ¿La educación privada en el modelo empresarial es la educación que
queremos los peruanos?
Las dos primeras es
si, tan igual como las
escuelas confesionales, extranjeras, pero ellas deben tener la misión de
igualar y no diferenciar. Al igual que en el transporte, la calidad del
servicio está en la gestión pública y las otras empresas son particulares que
complementan aquella; como los grandes almacenes de capital extranjero no
pueden erradicar las bodegas ni mercados municipales.
La escuela privada
no puede ser hegemónica, con fines de lucro para inversión de riesgo porque
esta se justifica por la ganancia, es su naturaleza; es como si pensáramos un
gobierno del sistema político
por empresarios o sindicalistas. Y aquí ingresamos al fondo del tema, la
tercera pregunta mucho más amplia que la educación privada, ¿cuál es la
educación básica que queremos los peruanos para nuestros hijos? Esta respuesta
no está clara ni en la Ley General de Educación ni en el plan nacional ni
planes regionales de educación.
En ese sentido, el
modelo empresarial educativo de lucro al amparo de la normativa aprobada en
unos de los peores momentos para la educación pública no es una esperanza por
la lógica del propio sistema cíclico de expansión y contracción de las
economías emergentes; la esperanza sigue en la educación pública, en la
enseñanza fiscal, pero libre de esas políticas mercantilistas del capital.
Todos los reformadores orgánicos del capital que envían a sus hijos a escuelas
muy diferentes a las que proponen para los hijos de otras personas. La norma de
un gobierno ciudadano es muy simple, es la versión moderna de la política
educativa de mediado del siglo pasado de Juan Mendoza: que lo que la gente más
privilegiada y más sabia desea para sus propios hijos, eso debería de ser la
norma para los hijos de todos.
Finalmente,
recordemos el pensamiento de José Rivero que en el articulo La agonía de la escuela pública dice “…La escuela pública revalorada posibilitará
ejercitar a la mayoría su derecho a educarse bien, particularmente los menos
pudientes; formación e identidad de la ciudadanía en contextos de
multiculturalidad; posibilitar a la mayoría ciudadana que sus hijos sean
educados con un conjunto de conocimientos, destrezas y
valores compartidos; integración y socialización, etc. “
Es un tema de
democracia, mayorías, ciudadanía, multiculturalidad, valores compartidos,
integración, socialización, igualdad, inclusión, etc. y no necesariamente de
saberes instrumentales, cuantificables
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