viernes, 8 de marzo de 2013

Delia Grozo: Heroína de la Policía


La seño María

El fotógrafo Gary triste por la terrible asesinato de una mujer ejemplar y a manos de miserables que solo merecen la muerte.


Mi amigo, el fotógrafo Gary, llegó al restaurante por una pachamanca a la olla tres sabores y un emoliente friecito con limón.

“María, todos los días, los delincuentes matan personas inocentes, pero el crimen cruel de la suboficial de la Policía, Delia Margarita Grozo Egoávil, me ha conmovido aún más. Por la forma tan cobarde en que fue emboscada y asesinada de cinco balazos, y porque era una mujer ejemplar que luchaba duro cada día para darle una mejor vida a sus hijos.

Su sangrienta muerte se da en vísperas del Día Internacional de la Mujer, que se celebra hoy precisamente, por lo que debe ser homenajeada. Esta señora, de 52 años -28 de los cuales estuvo en la Policía-, laboraba en la Unidad de Educación de la Dirección de Bienestar de la PNP y, en sus días de franco, trabajaba en el Serenazgo de Magdalena. Era, como se ve, una mujer aguerrida. No se conformaba con su sueldo de policía, no podía, si quería que sus hijos de 19 y 22 años siguieran estudiando. Así que arriesgaba la vida en una patrulla del Serenazgo de Magdalena.

Seguramente cuando en las largas noches luchaba para no ser vencida por el cansancio y el sueño, o tras lidiar con peligrosos delincuentes, sonreía satisfecha, pues sabía que su sacrificio serviría para asegurar a sus hijos la tan ansiada educación.

Qué triste que una mujer ejemplar muera de forma tan terrible y a manos de miserables que solo merecen la muerte. Los delincuentes que la mataron robaron un auto en una calle de Magdalena y la valiente brigadier no dudó en cumplir con su deber e ir tras ellos. Estaba en el asiento del copiloto, mientras un sereno conducía la patrulla.

Pero fueron emboscados a la altura de la cuadra 2 del jirón Grau, en el cruce con la avenida Sucre, donde los asesinos bajaron del auto robado y la acribillaron sin piedad. Luego huyeron a pie. Las autoridades se empeñan en mostrar con orgullo elevadas cifras sobre “bandas desarticuladas”. Pareciera que ya no hubiese delincuencia en el país.

Pero lo que no nos dicen es que los integrantes de estas “bandas desarticuladas” se rehacen en otros grupos y crean nuevas bandas, una y otra vez, multiplicándose. ¡Ya basta! Estos criminales solo merecen cadena perpetua y no ser liberados al cabo de tres, cuatro o cinco años gracias a beneficios penitenciarios absurdos motivados, entre otras razones, por la falta de espacio en las cárceles.

Que se construyan más prisiones y que en ellas sean arrojados y olvidados para siempre estos asesinos que destruyen vidas, destrozan proyectos y sueños, y pisotean a gente honrada”. ¡Qué tristeza! Me voy apenada por esa señora policía. Cuídense.

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