viernes, 9 de noviembre de 2012

LYNCH Y SUS TERRORISTAS


Lo sucedido entre Nicolás Lynch, conocido entre sus amigos como “Cochebomba”, y los terroristas miembros del Movadef no es un hecho aislado, como pretenden hacernos creer. Lo cierto es que esto es una consecuencia de haberse rodeado Ollanta Humala de una serie de personajes de izquierda, oenegeros y rojos reciclados.
Hoy en su confusión, estos personajes –los pocos que quedaron después de la poda que hizo el presidente a fines del año pasado- no saben aún a quién seguir, si a su ideología política anquilosada y violenta, o los más de 12 mil dólares que reciben cada mes; más gastos y otros.

Estos personajes se encuentran en difícil conflicto, pues además los han ubicado en posiciones que pueden considerarse estratégica para la seguridad nacional.

Ahora Lynch pretende asumir el rol de héroe de la democracia y nos dice el candelejón que la embajada es la casa de todos los peruanos, incluso de los miembros del Movadef, el propio excanciller José García Belaunde, que por lo general es muy cuidadoso de lo que dice, se preguntaba por qué Lynch los tenía que recibir y además por qué tenían que tramitar documentos.

Cuando como todos sabemos, la función de la embajada es brindar apoyo y ayuda a los peruanos en el exterior sobre temas que tienen que ver con su vida cotidiana, y no gestionar comunicados políticos que poco tienen que ver con los peruanos en Argentina. Es decir, hay algo raro en todo eso.

Terroristas
Además quiero dejar en claro, que en mi opinión Movadef no es otra cosa que la fachada supuestamente política de Sendero Luminoso, aquel grupo terrorista que liderado por un loco, intentó dejar el país en escombros y por lo tanto Movadef es un grupo terrorista, al igual que sus “militantes”, los social confusos.

Sin embargo, en este caso, los visitantes del exembajador Lynch fueron condenados y cumplieron sentencia en cárceles de Lima acusados de terroristas. Estos personajes nunca hicieron un mea culpa ni pidieron perdón al Perú, ni mostraron arrepentimiento; es más, su labor actual es difundir ese mensaje de terror envuelto en térmicos de la cultura política.

Quiero subrayar con insistencia esto, pues con vergüenza ajena he revisado en varios diarios y escuchado a limitadas presentadoras de televisión que los califican de “militantes” de Movadef.

Pero de eso Lynch prefiere no hablar. Se limita a repetir una y otra vez aquello de que su obligación era como embajador recibir a todos y tramitar sus pedidos.

Todo ello obliga a reflexionar sobre la falta de criterio y tino político de Lynch, siendo estos requisitos básicos para representar al país en cualquier lugar del mundo.

Los ministros

Pero como dije, el caso Lynch no es aislado ni es una golondrina en el verano; lo cierto es que la amenaza salta por todos lados, por las ubicaciones más estratégicas: en el Ministerio del Interior, tenemos un ministro –Wilfredo Pedraza- demasiado cercano a las ONG’s, funcionario de la execrable Comisión de la Verdad y con una evidente simpatía a ciertos terroristas. Y es precisamente él quien tiene bajo su administración a la Policía Nacional.
En el sector Defensa, tenemos a Pedro Cateriano, alumno de Vargas Llosa y colaborador demasiado cercano al impresentable Fernando “cara cortada” Olivera. Dicho esto huelgan comentarios.


En Justicia tenemos a Edda Rivas, exesposa del actual presidente de la nefasta Corte Interamericana de Derechos Humanos, Diego García Sayán, quien sabemos, es demasiado cercana a las ONG’s. Ella junto a algunos de los miembros de la Comisión de Indulto del Ministerio de Justicia, como Óscar Ayzanoa, quien se allanó en varios casos del Perú ante la Corte Interamericana, aceptando pagar indemnizaciones y premios a terroristas.

También podemos mencionar a Patricia Salas, ministra de Educación, con bastante cercanía con Patria Roja, y que finalmente cedió en todo lo posible al Sutep y premió a sus miembros con bonos adicionales a su sueldo. Así mismo el seudo canciller Rafael Roncagliolo, quien dice que lo de Lynch es un tema menor ¿…?

Enquistados

En fin los caviares, oenegeros, izquierdistas disfrazados y los otros rojos se encuentran aún enquistados en el gobierno, buscando agazapados la oportunidad para dar el zarpado. Hasta la fecha, Humala ha sufrido en carne propia lo que significa la traición de estos personajes que no han dudado en apuñalarlo cada vez que han visto perder la “mamadera” de dinero que significaba un puesto en el Estado.

Por lo pronto, los ex aliados han salido a defender a su compañero de ruta Nicolás Lynch, hablan ahora de un complot de la derecha, como si ella hubiera empujado al exembajador a abrir las puertas al terrorista.
Y han creado su propia teoría del complot:

La derecha no quiere Unasur y por lo tanto han eliminado a Lynch por ello. ¡Por favor! De cuando acá “Cochebomba” puede significar un factor determinante para una alianza latinoamericana, si de profesor o columnista mediocre no ha pasado en su carrera profesional. Ni siquiera políticamente puede considerársele un personaje estratégico.

Dicho sea de paso, son hasta ridículas las justificaciones que viene dando y negando a los cuatro vientos que él respalde a Sendero Luminoso, pues todos recuerdan sus tibios argumentos para “condenar” a este grupo terrorista, siempre con el clásico “sí pero no”.

¿Se imaginan ustedes a un embajador inglés atendiendo muy suelto de huesos a una representación del IRA irlandés, o un diplomático español en amena charla con los terroristas vascos de ETA?. La humillación para esos países hubiera exigido algo más que una simple renuncia. Ya en estos momentos estarían procesados y su condena, no solo sería la humillación pública, sino la cárcel.

Alertas
Hay que estar alertas, Sendero Luminoso ha llevado su estrategia a diferentes ámbitos, al interior del país buscando desesperadamente en convertirse en partido político, en el VRAEM, matando policías y militares y aterrorizando a la población y en el frente externo, en una feroz campaña de reivindicación política, buscando los apoyos que los legitimicen ante el mundo.

Es por ello, que el presidente Humala y su cancillería deberían preocuparse en desarrollar una estrategia comunicativa que muestre al mundo la barbarie terrorista, sus objetivos actuales que entiendan de una buena vez que aquellos disfrazados de corderos no son más que lobos que esperan su oportunidad para encender la mecha de la bomba que pueda destruir al país. Por ello se necesita gente que no se preste para convertirse en tontos útiles de la subversión. Ya está advertido, señor presidente Humala. Ya está advertido

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