jueves, 16 de julio de 2015

Gfk: “La población dice que la calle está dura y eso tendría que verse en el discurso electoral”



Jueves, 16 de julio del 2015
Omar Mariluz

ENTREVISTA: Hernán Chaparro, gerente general de GfK Perú.

¿Qué características diferentes veremos en el elector para la campaña del 2016 dada la nueva coyuntura de desaceleración económica?

Hay algunos rasgos que se mantienen y otros que han cambiado o se han profundizado hoy día y, en términos políticos, para mal. A nivel de economía hay una desaceleración, hay problemas ahí, y quien asuma el Gobierno tendrá que afrontarlos.

¿Pero qué rasgos nuevos se ven en el elector?

Acabamos de terminar un estudio que hemos hecho a nivel de Lima y pienso que se pueden extrapolar los resultados al conjunto del país. Para Lima tienes que prácticamente el 40% de la población no le interesa la política, vive en otra cosa.
¿Y qué perfil tiene ese bloque?

El perfil típico es el pequeño empresario que se dedica a ver su negocio y está preocupado en cómo le va, no se amarga, mejor dicho. O el ama de casa de sectores populares que también lo que le preocupa es ver si sube el pollo o el gas o aquello que toque la puerta de su casa. Pero, la verdad, lo que pasa en el Congreso no le interesa, ni se amarga.
¿Y el otro grupo?

Luego tienes un 30% muy crítico de los partidos, del Congreso, de la oferta política actual, que de alguna manera sigue la política, pero con mucha bronca. Siente que toda la oferta actual es un desastre. El perfil es: jóvenes de todos los sectores que, por lo tanto, están buscando que la democracia se exprese en progreso personal.

¿Qué discurso calaría en este segmento?

Sienten que hay mucha corrupción y que en su desesperación sí podrían apoyar a alguien con mano dura, más estricto, pero es un segmento que estaría más dispuesto a apoyar algo que vean como alternativo, no necesariamente un antisistema o un outsider.

¿Y el 30% restante?

Lo tienes dividido en un 15% que es la gente que sí valora las instituciones, cree que los partidos son importantes, pero de estar informado no pasa. Y el otro 15% son ciudadanos cívicos que participan en asociaciones, son activos con algún nivel de militancia política.

Eso nos deja un escenario muy volátil, ¿qué tipo de discurso veremos para estos segmentos?

Ese escenario es la base del populismo: ‘A mí no me importa cómo lo hagas, a mí dame resultados y resultados que me hablen a mí’. Es decir, dentro de ese mensaje va a prestar atención siempre y cuando le hable de algo que está en su mesa, en su oficina, en el negocio del elector, sino no van a prestar atención.

Puro corto plazo…

Eso puede ser visto como retador para un político en el sentido que implicaría pensar claramente lo que van a ofrecer en el corto plazo a la ciudadanía, porque le puede hablar de reformas de largo plazo, pero si no hay temas de corto plazo no hay interés.

Sería un discurso muy personalista…

Claro, finalmente lo público pierde interés y ese es un problema porque lo que la gente espera es que lo ayude y esa es la cama perfecta para un discurso muy populista, que es una opción. Otra opción es alguien que tenga credibilidad y que pueda plantear reformas alternativas más de ordenamiento institucional, como reforma del Poder Judicial, etc.

¿Y cómo modifica este discurso la desaceleración económica?

Esto se agrava ante la desaceleración económica porque ante ese problema los niveles de inseguridad aumentan y en cualquier país del mundo cuando la sensación de inseguridad aumenta lo que hay es un mayor reclamo de liderazgos más carismáticos.

Populismo con mano dura…

No por gusto en la encuesta pasada cerca del 80% lo que te pide es (un liderazgo) que, dentro de la democracia, tenga mano dura, es decir, que tenga el control de las cosas porque percibe que no hay instituciones.

En su última encuesta muestran que la confianza del consumidor está en su nivel más bajo desde que se hace el sondeo en el 2012 y hay una mayor preocupación por el empleo, ¿cree que esto marque esta campaña?

Acuérdate que solo el 20% de los hogares en el Perú trabaja en alguna planilla, el 80% es gente que tiene un negocio personal, y es altamente probable que esté en el mundo de la informalidad. El Perú nunca fue una sociedad del sector proletario u obrero.

Claro, es una economía informal…

Entonces, ocurre que el trabajador independiente es muy sensible. Hay trabajo o no hay trabajo, voy a hacer negocios o no, esa es la preocupación. Pasa que al país le va mal y ya lo están sintiendo.
Justo en sectores que concentran a esa población…

Claro, si bien el año pasado la economía creció menos, sin embargo, todo lo que era comercio y servicios iba bien y se mantenía, y ahora también está cayendo eso, lo cual en la calle significa que un pintor, un ambulante, un comerciante esté diciendo que la calle está dura. Ahí es donde el discurso electoral tendría que comenzar a verse.

¿Qué tipo de discurso, por ejemplo?

Puede que haya una serie de medidas específicas. Yo, la verdad, ahí no soy el especialista, pero tienen que ser medidas que al leerlas, al escucharlas, al comentarlas en el boca a boca, la gente diga: ‘Mira, hay esperanza’. Tiene que haber alguien que lidera porque lo que no ha habido en este Gobierno es liderazgo alguno.

¿Los cuadros técnicos no bastan?

En economía se han dado una serie de medidas cuyo impacto hoy la gente discute, pero de nuevo, con muy poco liderazgo político. Y como decía Javier Silva Ruete, los ministros tienen un rol técnico, pero tienen que tener liderazgo político. Alguien tiene que tener liderazgo político si tienes un gabinete de puros técnicos. Pero además quien sea presidente en este país va a enfrentar un Estado que sigue siendo paquidérmico.

En materia económica al que más activo se le ve en propuestas que tocan a la puerta es a Pedro Pablo Kuczynski, con temas de reducción de impuestos, por ejemplo…

Uno de los temas en términos de lo que es el pequeño empresario, que es lo que hay más en el país, por supuesto, que va a ser importante, es qué facilidades se van a dar para hacer negocios, qué alternativa dan para saber si voy a poder dinamizar mis inversiones. Y ojo que ese sector está en ese 40% que es alguien que está desenchufado.

Que no le interesa la política…

Entonces, llegar a él no va a ser fácil porque es alguien que ya volteó la página, que ya tuvo bastantes decepciones y que ha dicho: ‘Yo he progresado en este país a pesar de que hubo de todo, ha habido azul, amarillo, rojo, derecha, izquierda, centro, y yo he tenido que empujar la cosa y me ha funcionado’.

Pero ahí no solo importará el mensaje, sino el mensajero…

Llegar a esas personas con tanto nivel de desconexión no va a ser sencillo. Esa mezcla de mensaje con credibilidad y reputación de quien lo dice va a ser muy importante.

Cualquiera con dos dedos de frente mantendrá programas sociales
El gerente general de GfK, Hernán Chaparro, sostiene que la inclusión social, materializada a través de los programas sociales, seguirá siendo un punto atractivo en la agenda de los candidatos, sobre todo al interior del país, donde la percepción de desigualdad es mucho mayor, tanto en aspectos sociales, como en económicos y políticos.

“Sospecho que con dos dedos de frente cualquier candidato va a decir que va a hacerlo mejor, nadie va a bajarse de eso porque tiene cierta racionalidad mantener esos programas, quizá digan que se pueden administrar mejor”, comentó.

Sin embargo, dijo que un discurso radical antiminero no tendría igual impacto en provincias que en el 2011, a pesar de los recientes conflictos como el del proyecto Tía María en Arequipa, debido a que la población sabe que la inversión y la actividad minera en su conjunto son necesarios para el desarrollo del país.

“Va a ser muy difícil que la ciudadanía apoye un cambio radical de modelo; a lo más apoyará las propuesta del (ministro de la Producción Piero) Ghezzi de diversificación productividad que puede ser una idea fuerza. ‘Vivamos de la minería pero desarrollemos otros sectores’, eso puede ser una idea fuerza”, anotó Chaparro.

OTROSÍ DIGO


Sorpresas. El gerente general de GfK comentó que en esta campaña será difícil que se presenten candidatos sorpresa debido a los cambios que se introdujeron en la ley electoral y que obligan a los postulantes a pasar por los partidos inscritos. “Va a ser muy difícil que alguien llegue a inscribir una agrupación en los meses que quedan”.

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