El aplazamiento de
la subasta del lote 192, el principal
productor de petróleo del país, pone en evidencia las grandes falencias de la
política de contratación de hidrocarburos nacional.
En los últimos dos años Perú-Petro ha organizado tres licitaciones
internacionales: la de nueve lotes mar adentro, que no atrajo postores; la de
los lotes III y IV, con un solo postor calificado; y la subasta de siete lotes
en selva, aplazada por falta de interés de las empresas.
La más riesgosa, empero, es la
del lote 192, porque si el Estado no consigue transferirlo a un nuevo operador
antes del 29 de agosto (fecha en que vence el contrato de Pluspetrol) deberá paralizar sus operaciones y cerrar los
pozos.
Especialistas petroleros
advirtieron que la escasa convocatoria a esta subasta se explica por las
difíciles condiciones económicas establecidas en las bases del concurso. Una de
ellas es el pago de US$345 millones, que el postor ganador deberá abonar a
PerúPetro por la compra de los equipos del lote. “Al término del contrato
vigente los equipos revertirán a PerúPetro y este los venderá al nuevo
operador. Pero US$345 millones es un monto elevado que afectará su flujo de
caja, sobre todo, ahora que el precio del crudo ha caído”, explicó Carlos
Gonzales, gerente general de Enerconsult.
Añadió que otro tema de inquietud
es la tarifa por el uso del Oleoducto Nor Peruano, la cual no está especificada
en las bases.
Carlos del Solar, ex presidentede
la SNMPE, anotó que será muy difícil que los postores abonen los US$345
millones exigidos por las bases del concurso, debido a la difícil situación que
actualmente atraviesa la industria petrolera. “Si PetroPerú no entiende que
esta situación de bajos precios no es coyuntural, sino estructural, no
conseguirá contratos. Perú-Petro tiene que enfrentar la realidad”, expresó.
El comercio
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