miércoles, 29 de julio de 2015

Wikileaks: Rospigliosi pidió intervención contra Humala





El documento sostiene que el es ministro del Interior durante el gobierno de Alejandro Toledo, Fernando Rospigliosi , buscó en 2005 el apoyo de la Embajada en una campaña contra el candidato nacionalista Ollanta Humala .
Redacción. La República.pe 

Según un cable filtrado por Wikileaks , Rospigliosi estaba acompañado por Rubén Vargas, exdirector de la Defensa Nacional. Por entonces, ambos trabajaban en una consultora contratada por la sección antinarcóticos de la Embajada.

A pesar de compartir la inquietud de los exfuncionarios ante el avance del candidato nacionalista en las regiones cocaleras, el embajador estadounidense, James C. Struble , rechazó implicarse "en campañas de información o comentarios antiHumala" 

Según un cable diplomático fechado el 29 de noviembre de 2005 , Rospigliosi y Vargas se reunieron con los consejeros políticos de la Embajada 11 días antes.

En dicho encuentro, Rospigliosi describió a Humala como un capitán retirado que tenía la mentalidad del "típico militar" "poca comprensión de los matices políticos" . En cambio, aseguró que su esposa Nadine Heredia, licenciada en periodismo, sabía cómo comunicarse con el público y ejercía "una considerable influencia sobre él" 

Rechazan entrometerse en campaña 

En sus comentarios finales, el embajador Curtis Struble aseguró que compartían las preocupaciones de Rospigliosi y Vargas sobre el despunte de Humala en las encuestas y que de llegar al poder asentara una base proEvo y proChávez. Sin embargo, aseguró que ellos no podrían meterse en la campaña electoral, “eso le corresponde a los partidos” 

En cambio, el embajador estadounidense sí estuvo de acuerdo en dar seguimiento a las noticias sobre Humala en las regiones cocaleras, "dada su política a favor de la coca y la probabilidad de que se alíe con organizaciones cocaleras" 

En la misma línea, Struble definió al candidato nacionalista como "fascistoide" , quien podría convertirse en correa de transmisión de Hugo Chávez y su revolución bolivariana 

Como se recuerda, Humala ganó la primera vuelta, con un 25% de los votos, y perdió en la segunda frente a Alan García. Actualmente busca llegar al sillón presidencial con la alianza Gana Perú, y las encuestas le dan alrededor de un 10% de los votos. 

Datos: 

- El documento sostiene que fue Fernando Rospigliosi quien pidió el apoyo en el 2005. Sin embargo, este ya no era ministro de Toledo en ese año.

- En el 2005 Rospigliosi trabajaba para el capital humano Social (CHS) , consultoría que fue contratado por la NAS para proporcionar comunicaciones de apoyo en los esfuerzos anti-narcóticos y lucha contra la trata de personas. 

Rospigliosi pidió ayuda a EEUU

Para frenar a Ollanta Humala. junto a Rubén Vargas acudieron a embajada en noviembre de 2005. Cable entregado por Wikileaks señala que ex funcionarios del gobierno de Toledo solicitaron ayuda a EEUU para frenar avance de nacionalista. 


Un cable filtrado por Wikileaks relata que en noviembre de 2005 –ad portas de iniciar la campaña presidencial– Fernando Rospigliosi, ex ministro del Interior del gobierno de Alejandro Toledo, y Rubén Vargas, ex director de Defensa Nacional de la misma gestión, acudieron a la Embajada de Estados Unidos para solicitar ayuda para frenar el avance electoral de Ollanta Humala. 

El documento dado a conocer por el diario español El País aparece luego que el último martes 16, el postulante por Gana Perú asegurara que Alejandro Toledo –durante su gestión como presidente– intervino en la campaña contra su candidatura, información que –sostuvo– le fue proporcionada por la actual embajadora estadounidense, Rose M. Likins, quien negó al día siguiente tal versión. 

¿Qué contiene el cable? 

Según el documento con fecha 29 de noviembre de 2005, once días antes Rospigliosi y Vargas se reunieron con los consejeros políticos de la embajada, cita en la que expresaron su preocupación “sobre las perspectivas de que el ultranacionalista Ollanta Humala se estableciera como una fuerza política en el Perú”, señala el documento. 

Debido a ello –continúa– Rospigliosi y Vargas sugirieron al gobierno de Estados Unidos “revisar sus opciones” y plantearon dos propuestas: que la sede diplomática amplíe sus comunicaciones con el fin de que la empresa de comunicación Nexum monitoree la cobertura de Humala y promueva “noticias anti Humala en las regiones de coca”. 

El cable redactado por el entonces embajador estadounidense James C. Struble precisa además que Rospigliosi y Vargas informaron que Humala tenía su base política en las zonas fronterizas del norte y sur del país, donde propalaba sus “sentimientos antichilenos y antiecuatorianos”. 

Asimismo, el embajador Struble narra como ambos ex funcionarios del gobierno de Toledo temían el ascenso de Evo Morales a la presidencia de Bolivia, debido a que este podría tener un efecto rebote en nuestro país y contribuyera a la candidatura de Humala. Como se recuerda, Morales efectivamente ganó las elecciones en el vecino país en diciembre de 2005. 

En tanto, agrega el diplomático que Rospigliosi y Vargas consideraban que Ollanta trataba de presentarse como el “moderado” de los Humala, al recordar que su hermano Antauro Humala lideró una rebelión etnocacerista en Andahuaylas, que, se recuerda, terminó con la vida de cuatro policías. 

Presencia de Nadine Heredia 

El cable se refiere a la referencia de Fernando Rospigliosi sobre la esposa de Ollanta Humala, Nadine Heredia. El diplomático describe que la considera una persona que “ejerce una influencia considerable sobre su marido”. 

“Ollanta es un típico militar en su pensamiento y tiene poco conocimiento de matices políticos. Por el contrario, su esposa es producto de una familia de clase media, estudió periodismo en la Universidad de Lima, tiene un sentido mucho mejor de cómo comunicarse con el público”, escribe Struble so-bre lo dicho por Rospigliosi. 

El cable diplomático indica además que en esa fecha, Fernando Rospigliosi (ver entrevista) y Rubén Vargas trabajaban en la consultora Capital Humano y Social (CHS), contratada por la Sección de Asuntos Narcóticos, NAS (por sus siglas en inglés), de la Embajada de los EEUU, que proporcionaba información sobre este rubro. 

El cable finaliza con el comentario del embajador Struble que indica que, si bien la sede diplomática estadounidense comparte “muchas de las preocupaciones de Rospigliosi” sobre el despunte de Humala en las encuestas y en relación a que una eventual victoria suya significaría asentar en el Perú una base “pro Evo y pro Chávez”, ellos no tenían intención de intervenir en la campaña. 

“No tenemos intención de involucrar a la embajada en contra de Humala con campañas de información: que es una tarea de los partidos políticos rivales”, escribió el diplomático. 

No obstante, Struble se muestra de acuerdo con brindar seguimiento a las noticias sobre el líder nacionalista en las regiones productoras de hoja de coca, “habida cuenta de sus políticas en favor de la coca y la probabilidad de que va a formar alianzas con organizaciones cocaleras”, redactó. 

En esa misma línea, el ex embajador de Estados Unidos en el Perú muestra su preocupación por el problema que supondría la victoria de Humala Tasso en la lucha antidrogas de su país. Struble califica a Humala de “fascistoide” y teme que podría convertirse en un transmisor de la ideología del presidente venezolano Hugo Chávez. 

La información aparecida en El País hace referencia a otro cable de fecha 22 de noviembre de 2005, documento en el que el ex embajador estadounidense informa sobre cómo el Perú –con sus altos índices de pobreza y su decepción en el gobierno– puede ser terreno fértil para los planes de Chávez, en relación a expandir su “revolución bolivariana”. 

Struble, además, deja en evidencia su escepticismo sobre los intentos de Humala Tasso de ubicarse en el “centro político”, al referir que el nacionalista se ha desmarcado del etnocacerismo, pero aún considera a Chávez “un ejemplo democrático”. 

“Sobresale como un faro, un outsider que sirve de comodín y cuyo carisma atrae por igual a los fascistas y a los marxistas”, dijo.


Rospigliosi explica su visita a la embajada norteamericana

"Dice Humala que yo fui a la embajdada, por encargo de Alejandro Toledo , para pedir que hicieran una campaña en contra de él. Falso. Ollanta ha tergiversado y manoseado el cable de Wikileaks ", escribe en su columna del día, Fernando Rospigliosi .

Por Fernando Rospigliosi 
frospigliosi@larepublica.com.pe

Un cable de Wikileaks ha sido tergiversado y manoseado por Ollanta Humala tratando de usarlo para darle impulso a su languideciente candidatura. Dice Humala que yo fui a la embajada norteamericana, por encargo del entonces presidente Alejandro Toledo, a pedirles que hicieran una campaña contra él. Falso. Basta leer el cable, publicado primero por el diario español El País y ayer por La República, para darse cuenta de la mentira de Humala. 

Lo que ocurrió 

En primer lugar, Rubén Vargas y yo no fuimos a la embajada a pedir nada. Funcionarios de la sección política nos invitaron a almorzar a un restaurante para conversar sobre la coyuntura política, las elecciones y el narcotráfico. El embajador de los EEUU no estuvo presente. 

En segundo lugar, esas reuniones son frecuentes entre funcionarios de la embajada norteamericana –y de otras embajadas– con periodistas y analistas, sobre todo en períodos electorales. Después de la reunión, los funcionarios elaboran un informe y lo envían a Washington.

Eso es archiconocido para cualquiera de los muchos periodistas y políticos peruanos que han participado en esas reuniones, incluyendo, por supuesto, a Ollanta Humala y sus adeptos. 

En tercer lugar, en esa reunión Vargas y yo expresamos claramente nuestras opiniones sobre el riesgo que significaba Humala, como un agente de Hugo Chávez, para la estabilidad económica y la democracia peruana, sobre todo teniendo en cuenta el inminente triunfo de Evo Morales en la vecina Bolivia. 

En cuarto lugar, conversamos específicamente sobre la situación de los valles cocaleros, donde Humala trataba de acercarse a los productores de coca ilegal vinculados al narcotráfico, y donde los enviados bolivianos, con el cuento de la fraternidad de gremios cocaleros, hacían activismo político. 

Los funcionarios de la embajada preguntaron si, además de nuestro análisis, teníamos sugerencias, y les planteamos dos: ampliar el monitoreo de medios a la situación política y no solo a los temas de coca ilegal; y ayudar a combatir la campaña de los humalistas pro coca ilegal.

Por lo demás, esas y otras opiniones las manifesté públicamente en artículos y entrevistas a lo largo de esa campaña electoral, criticando claramente a Humala y el peligro que significaba para la estabilidad económica y la democracia peruana. Por supuesto, hoy día me ratifico plenamente en todo lo que dije en esos meses. 

Por último, en ese momento, noviembre del 2005, yo no tenía ninguna relación con Alejandro Toledo ni su gobierno. Desde mayo del 2004 no hablé con Toledo hasta hace muy poco tiempo. Tampoco tenía ninguna relación con su gobierno, al que yo criticaba públicamente en varios aspectos. 

En suma, esa reunión la tuve con los funcionarios norteamericanos a título personal y no como enviado ni en representación de nadie. 

Hipocresía 

Conocido el cable, Humala ha mentido sistemáticamente, tratando de aprovecharlo electoralmente para perjudicar a Toledo. Eso no sorprende a nadie. Lo que sí resulta asombroso es la hipocresía y el fariseísmo de muchos políticos que, en innumerables oportunidades, han acudido a la embajada norteamericana a solicitar favores o a pedir su directa intervención en diversos asuntos del país, y que ahora se rasgan las vestiduras ante un supuesto pedido de intervención.

Por ejemplo, según uno de los cables de Wikileaks, Jorge del Castillo fue –él sí en nombre del Apra– a pedir a la embajada que presione a Lourdes Flores para que se retire de una vez y apoye a Alan García en la segunda vuelta del 2006. 

O Salomón Lerner Ghitis, que fue a tratar de convencer al embajador norteamericano en 2006 que Humala era una buena persona y que no amenazaba sus intereses. 

Y el propio Humala, que acudió varias veces a la embajada, entre otras cosas, para pedirles que le permitan viajar a los EEUU. 

Humala, seguidor de Hugo Chávez el 2006, ahora ha intentado conseguir el padrinazgo de Lula y ha viajado varias veces a Brasil a tomarse fotos con el ex presidente y a solicitar su apoyo que, al parecer, se ha concretado en algunos asuntos. No con la munificencia de Chávez, por cierto. Pero algo es algo. 

EEUU interviene 

Lo más importante es el fariseísmo de los políticos que se rasgan las vestiduras ante la intervención extranjera, cuando la mayoría de ellos la recibió con beneplácito en muchas épocas no tan lejanas.

Por ejemplo, cuando el gobierno norteamericano, encabezando a la comunidad internacional, impuso a la dictadura de Alberto Fujimori y Vladimiro Montesinos la realización de elecciones para restablecer el Congreso, en mayo de 1992. Como se sabe, la dictadura no tenía eso en sus planes. Querían gobernar sin contrapesos, al estilo de las dictaduras tradicionales. 

Eso permitió, por lo menos, algunos ámbitos para que actuara la oposición política y existiera alguna libertad de prensa. 

O en el año 2000, cuando después de la venta de armas por cocaína a las FARC colombianas que hizo Montesinos, avalado y defendido por Fujimori, la presión norteamericana se convirtió en uno de los factores decisivos de su caída. 

En todo ese período, la década de 1990, muchos de los políticos que hoy se rasgan las vestiduras –incluidos izquierdistas que están con Humala y se atreven hoy a levantar la voz– acudían no solo a la embajada de los EEUU en Lima a reclamar una mayor injerencia norteamericana en los asuntos peruanos, sino viajaban a Washington, visitaban el Departamento de Estado, el Congreso y el Senado, pidiendo ayuda para acabar con la dictadura.

Y hoy dicen “qué horror, Rospigliosi habló con funcionarios de la embajada contra Humala, qué espanto”.

Qué caraduras.


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